En esta oportunidad, el matutino incursiona en el interior de la residencia, en la que el ex hombre fuerte del Justicialismo permanece recluido –dice- mientras se resuelven “las chicanas” que va interponiendo para frenar procesos penales en su contra.

Hay un cuidadoso detalle del inmueble, de más de seis hectáreas. Según Nuevo Diario, la mansión cuenta con dos plantas y en total posee 62 dependencias edificadas, entre salas y habitaciones. En buena parte, la edificación tiene un acabado de granito en los pisos, cerámicos refinado, paredes de material macizo, alfombra y en algunos caso, vidrios.

Entre las particularidades, destaca que en la planta baja se edificó una sala a la que llaman “Salón Güemes” en alusión al “Comedor Güemes” que posee el centenario Club 20 de Febrero. También marca como llamativa otra sala equipada solamente con equipos de televisión de última tecnología, un cuarto nada más que para la vajilla y trece baños. Especial atención presta un “Cuarto de Hobby”, donde el ex mandatario guardaría sus réplicas de aeronaves y algunos dorados disecados, “como el que pescó junto a su ex secretario de seguridad y ex juez de Corte, Gustavo Ferraris, con quien solía salir de pesca a bordo del helicóptero del Servicio de Emergencia 911, propiedad de la provincia”. También supone Nuevo Diario que “los dueños tendrían una bóveda, la cual es cuidada con celo por el ex gobernador Romero”.

La mansión representa una inversión más que millonaria, cifra que Romero no puede justificar. Esta situación lo tiene al borde de la apertura de una nueva causa penal, esta vez por el delito de enriquecimiento ilícito, concluye el matutino.