Por: Jorge Fontevecchia. Enmienda a la totalidad: devolución de un proyecto al Gobierno por disconformidad con su oportunidad, principios o espíritu que propone un texto completo alternativo.
Esa es la definición con que la Constitución de España faculta al Poder Legislativo para rechazar el proyecto del Poder Ejecutivo. Una enmienda a la totalidad de las dos grandes coaliciones políticas es lo que realizaron quienes el domingo anterior en las PASO votaron por Javier Milei, convirtiendo a La Libertad Avanza en primera minoría del país.
Explicar los motivos de esta enmienda a la totalidad de una parte tan voluminosa de la sociedad argentina no es sencillo. Múltiples causas convergieron trascendiendo a Javier Milei, para transformarlo en un significante polisémico.
Parte de las explicaciones surgen de similitudes con el fenómeno Trump, Bolsonaro, Giorgia Meloni, Viktor Orban en Hungría, Vox en España, José Antonio Kast en Chile, etc. Un humor de época internacional que se produce en distintas proporciones en todo el mundo y consta de cuatro invariables que se repiten también en Milei:
–Antipolítica: “la casta”, la elite de Washington, los burócratas de Bruselas.
–Cuestión de género: en contra de despenalizar el aborto.
–Xenofobia: al inmigrante latino en EE.UU., al inmigrante africano en Europa, al inmigrante interno en Argentina (“los planeros”).
–Dimensión mesiánica: Dios encima de todo con Bolsonaro, el lenguaje bíblico en Milei.
Se agregan en el caso de Trump, Bolsonaro y ahora Milei el enfrentarse con los medios de comunicación: la Academia Nacional de Periodismo acaba de pronunciarse criticando a Milei por sus ataques a medios y periodistas.
Y en el caso particular de Argentina, una revalorización del mercado y del capitalismo que no se da en la mayoría de países, probablemente en el caso argentino porque nunca se aplicó del todo y sí en mayor medida en los países que hoy le hacen críticas, como la mayoría de los europeos y Chile. Eso demuestra la encuesta internacional de Impsos/Mori, que ubicó a la Argentina junto con Japón, Corea del Sur y Estados Unidos entre los países cuya población respalda la libertad económica mayoritariamente.
La encuesta es parte sustancial del libro En defensa del libre mercado: desmontando las 10 críticas más comunes del anticapitalismo, que a su vez fue la base para la elaboración de las preguntas de la encuesta:
–El capitalismo es culpable del hambre y la pobreza.
–El capitalismo conduce a la desigualdad creciente.
–El capitalismo es responsable de la destrucción medioambiental y el cambio climático.
–El capitalismo conduce reiteradamente a nuevas crisis económicas y financieras.
–El capitalismo está dominado por los ricos, que marcan la agenda política.
–El capitalismo propicia la consolidación de grandes monopolios.
–El capitalismo promueve el egoísmo y la codicia.
–El capitalismo hace que las personas compren cosas que no necesitan.
–El capitalismo conduce a la guerra.
–El capitalismo acarrea el peligro constante del fascismo.
El autor del libro es el sociólogo e historiador alemán Rainer Zitelmann (aquí está su reportaje) y su obra fue calificada por Steve Forbes como “uno de los libros más importantes de las últimas décadas para defender el capitalismo, Adam Smith habría estado impresionado y orgulloso”. En el capítulo que se le dedica a Argentina, concluye que los niveles de apoyo al capitalismo son altos y que, al igual que en el resto del mundo, los hombres apoyan más al capitalismo que las mujeres.
En el capítulo destinado a las conclusiones, cita a Raymond Aron diciendo que el comunismo es “la religión de los intelectuales”, lo que hace extensible al anticapitalismo actual.
También se podría decir que el libertarismo es otra religión secular, como sucede siempre con los opuestos. Walter Benjamin escribió un inconcluso ensayo titulado Kapitalismus als Religion en el que escribió: “El capitalismo sirve esencialmente para satisfacer las mismas preocupaciones, angustias e inquietudes que antes respondía la llamada religión”. En el extremo libertario el mercado vendría a resolver la búsqueda de significado metafísico en un mundo secularizado.
“La economía de mercado es un juego de cooperación entre extraños que nos brinda a todos la posibilidad de enriquecernos a través de la especialización” o “los ricos en la economía de mercado son elegidos por los consumidores que votan con su dinero”, escribió Zhang Weiying, el reconocido economista libertario chino, exdirector de la Escuela de Administración de la Universidad de Beijing y fundador del Centro de Investigación Económica de China. Zhang Weiying es el padre de muchas de las reformas capitalistas chinas, como la “Reforma del sistema de precios de doble vía” en 1984, y actualmente es profesor de Economía en la Escuela Nacional de Desarrollo de la Universidad de Beijing. Quizá por eso, con superioridad epistémica, el vocero de la Cancillería china, Wang Wenbin dijo: “Si Milei visita China es probable que llegue a conclusiones muy diferentes sobre la cuestión de la libertad y seguridad del pueblo chino”, después que el líder de La Libertad Avanza dijera a la cadena internacional de economía Bloomberg que si fuera presidente no promovería relaciones con China porque “no hago trato con los comunistas”. Y también, que cortaría relaciones con Brasil y disolvería el Mercosur (solo el intercambio comercial con Brasil es superior a la suma del intercambio comercial total con Estados Unidos, sumada la Unión Europea).
El reportaje largo de PERFIL hoy es al profesor de Filosofía Política más popular de la Universidad de Havard, Michael Sandel, autor del libro El descontento democrático, donde explica que a mediados del siglo XX se produjo una transición de la concepción republicana de la libertad a la concepción liberal de la libertad, donde el ciudadano se transforma en individuo, desapegándose de sus responsabilidades cívicas: “Ser libre no es solo consumir los bienes que quiero. Ser libre es tener una voz significativa en la configuración de las fuerzas que gobiernan nuestra vida colectiva, es la libertad del ciudadano, no solo la libertad del consumidor”. “Los libertarios generalmente abrazan la concepción negativa de la libertad, la libertad del mercado, la libertad individualista del consumidor, y tienden a rechazar la concepción cívica de la libertad, la idea de que realmente solo somos libres si compartimos una vida común y podemos deliberar como conciudadanos sobre el bien común”.
Comentá la nota