Mientras el candidato a Gobernador del Frente de Todos sigue con sus recorridas de campaña, aparecen los interrogantes acerca de cómo formará su gabinete si llega al Ejecutivo, los interlocutores en la Legislatura y el rol de La Cámpora y los intendentes.
Alberto Fernández dijo que tenía definido el 70 por ciento de su equipo de gobierno y, a partir de ese momento, comenzaron a circular nombres para todos los gustos. Axel Kicillof, en cambio, no quiere saber absolutamente nada con ese tema.
“Si le preguntás por el gabinete, se va a enojar”, advierte una fuente más que cercana al candidato a Gobernador del Frente de Todos; y agrega: “Por el momento estamos en una etapa de diagnóstico, queremos saber con qué nos vamos encontrar cuando nos toque asumir”. No obstante, es inevitable que se empiecen a barajar apellidos para los distintos cargos.
Si las generales confirman el resultado de las PASO, Kicillof será el próximo mandatario provincial. ¿Cómo encarará su gobierno, quiénes serán sus aliados, qué rol tendrá finalmente La Cámpora? Interrogantes que se trasnforman en enigmas sobre lo que viene en la Provincia. La Cámpora tiene ascendencia sobre el candidato, pero no comanda su campaña.
Los intendentes del PJ sueñan con lugares en el gabinete. Martín Insaurralde opera por espacios de poder, al igual que Sergio Massa. Ninguno de los dos, demasiado confiables para Axel, quien, de todos modos, deberá equilibrar poder para gobernar.
“No quiero escuchar que se anden promocionando como especialistas en tal o cual área, como futuro ministro o ministra, secretario o secretaria; no se habla de nombres. Necesito un diagnóstico de todo lo que vamos a encontrar, no nos apresuremos. Al que no le gusta, vuela”, le dijo Kicillof a su grupo de asesores cuando escuchó que habían empezado las “negociaciones” de cara al 10 de diciembre.
¿Por qué no hay nombres? En primer lugar aseguran que para designar a tal o cual ministro necesitan saber con qué se van a encontrar, qué caja les va a dejar el saliente. “Una cosa es un ministro de Salud que trabaje en el marco de una emergencia permanente, atajando penales, y otra, muy distinta, es un ministro que tenga la posibilidad de encarar nuevos programas. Lo mismo sucede en Producción, en Cultura”, comentan desde el entorno del exministro de Economía de Nación.
Sin embargo, mientras Kicillof intenta completar los veinte distritos que le quedan (las recorridas son jueves y viernes), empiezan a circular nombres, posibles futuros ministros. En la mayoría de los casos están vinculados al peronismo, que pareciera no querer quedarse afuera. Y a veces, no sólo se trata de versiones. “Estuvieron por Lotería intentando empezar la transición”, cuenta un funcionario del Instituto, apuntando los dardos, sin vueltas, a un “personaje” ligado a Martín Insaurralde.
La respuesta fue contundente: “Todavía no nos fuimos, y la transición va a arrancar cuando me lo pida Vidal, no cuando me lo pida Insaurralde”. La “presión” del lomense tendría que ver con la no muy buena relación que mantiene con Kicillof, quien, aseguran, responde de manera directa a Cristina (ahora, también a Alberto). “Sólo a Cristina”, aporta la fuente, y excluye de esta manera a Máximo Kirchner, de quien dice ser “muy amigo” el marido de Jésica Cirio.
“Los nombres o las versiones de nombres vienen todos de afuera, de acá no va a salir nada”, insisten en el equipo de Kicillof, y hacen hincapié en que ni Jésica Rey, ni Federico Thea, ni Paula Español, ni Mara Ruiz, ni Cecilia Nahón, ni Laura Goldberg sonaron como eventuales ministros. Tampoco se habló de Pablo López, Agustín Simone, Javier Rodríguez, Pablo Ceriani, Juan Cuattromo, Ariel Aguilar, Matías Ginsberg, Augusto Costa, Nicolás Beltram y Cristian Girard. Esto, claro está, no quiere decir que no vayan a ser. Por el contrario, lo más seguro es que alguno de ellos, justamente por ser personas de confianza de Kicillof, ocupen puestos de relevancia en el gobierno.
Los equipos técnicos se reúnen los lunes, martes y miércoles. Y no hay especialistas en ningún tema. Todos hablan de economía, de salud y de política; más allá de que, por ejemplo, Costa sea quien más clara la tiene con las temáticas vinculadas al campo. A este grupo hay que sumar a los legisladores Teresa García (senadora) y Carlos “Cuto” Moreno” (diputado), encargados de la fiscalización electoral y el armado de las recorridas por el interior, respectivamente.
García -si se quiere- sería una especie de excepción, ya que hay versiones que la ubican al frente de alguna cartera de las importantes. Su papel combativo como jefa de bloque del kirchnerismo (le quedan dos años) -dicen- sería desaprovechado con la presidencia en manos de Magario. Otros manifiestan que el eventual corrimiento estaría relacionado con que se trata de dos personalidades fuertes y que, lejos de complementarse, podría generarse algún que otro chisporroteo, que es mejor evitar.
También se habla de los intendentes que se sientan cerquita de Kicillof en los actos y reuniones. De uno, en particular. Sucedió en Avellaneda, por ejemplo, en el encuentro con los candidatos a jefes comunales de los 135 distritos. A la izquierda se acomodó el mandamás de José C. Paz, Mario Ishii, a quien se menciona como futuro ministro de Desarrollo Social. “Hace las veces de consejero, es un hombre de experiencia”, señalan en el entorno del actual diputado nacional.
El Ministerio de Economía y Arba aparecen entre los lugares “negociados”, y los nombres que circulan están vinculados al PJ. Para la cartera que hasta agosto ocupó Hernán Lacunza se menciona la vuelta de Silvina Batakis, una de las autoproclamadas candidatas a Gobernadora. Tan fuerte es el rumor que en el propio ministerio ya aguardan por su llegada. Compartió con Kicillof hasta hace muy poquito tiempo la Comisión de Economía del PJ. Tampoco hay que descartar el nombre de Roberto Felletti, integrante de esa misma comisión y actualmente secretario de Economía y Hacienda de La Matanza.
En la Agencia de Recaudación, los nombres en danza son dos, y ambos conocen muy bien de qué se trata. El número 1 es el ex director ejecutivo, Martín di Bella, quien, junto al senador Juan Manuel Pignocco y otros dos economistas, es autor de unos noventa informes vinculados a los números de la Provincia que forman parte de la lectura obligada de Kicillof. Otra candidata es Luciana García, directora general de Rentas de Esteban Echeverría y ex subdirectora ejecutiva de Planificación y Coordinación del organismo.
Para los comicios generales falta poco más de un mes, y un día más para el inicio de la transición. Será recién ahí, el 28 de octubre, cuando empiecen a confirmarse algunas de las tantas versiones. Por esas horas se sabrá si será Kicillof el único diagramador de su gabinete o si se verá obligado a ceder espacios a La Cámpora, al massismo y a los intendentes, entre otros sectores.
Al igual que sucede con el armado de las listas, los lugares son pocos y los nombres, muchos, aunque Kicillof los guarde celosamente.
Las autoridades legislativas saldrán de los “acuerdos”: posibles nombres
“A las autoridades de las cámaras se las elige a partir de acuerdos previos”, afirma un legislador cercano a Kicillof, aunque destaca que hasta ahora no hay definiciones vinculadas a los nombres ni al tipo de gestión que se pretende, más allá de que el “austeridad, austeridad, austeridad” que tanto se menciona con relación al Ejecutivo correrá también para el ámbito legislativo. De todos modos, en los pasillos de Diputados son varios los candidatos que suenan para quedarse con el puesto de Manuel Mosca. Se puede decir que hay más lugar para la rosca, para las negociaciones.
En la Cámara Alta, en tanto, la presidencia corresponde a Verónica Magario, y la titularidad de la bancada oficialista (hoy la principal opositora) seguiría en manos de Teresa García, la senadora más cercana al extitular de Economía, siempre y cuando no desembarque en el gabinete.
Volviendo a Diputados hay que decir que, según comentó un importante integrante del equipo de Vidal, “desde el insaurraldismo dan por hecho que la presidencia del cuerpo será para el intendente de Lomas de Zamora”. Claro, no para el propio Martín Insaurralde, pero sí para uno de sus principales laderos. Y aquí, los “candidatos” son dos.
El número 1 es el alcalde de La Costa, Juan Pablo de Jesús, quien es el primero de la lista de la Quinta. Y el 2 es Federico Otermin, también miembro del bloque “PJ y Renovación”, que fue secretario de Cultura y Comunicación de la administración lomense entre 2013 y 2017. Por supuesto, desde la bancada de Unidad Ciudadana, aunque en silencio, no ven con buenos ojos esos “supuestos acuerdos” y sueltan para posible presidente del cuerpo al camporista Facundo Tignanenlli, ultrakirchnerista y ultracristinista.
En la misma situación aparecen Eduardo “Lalo” Révora, primo de Wado de Pedro, y Avelino Zurro, sobrino del intendente Pablo Zurro (Pehuajó). Pero hay quienes se animan a decir que el camporismo apunta a la vice y no a la presidencia. De ese bloque, también es parte Carlos “Cuto” Moreno, amigo personal de Kicillof. Si fuera por el candidato a Gobernador, sin dudas, lo sentaría en el sillón principal. Entre otras cuestiones, Moreno forma parte del grupo de asesores que diagrama las recorridas de Axel por el interior de la Provincia. En su entorno no niegan ni confirman un paso al Ejecutivo.
La mira puesta en el 10 de diciembre: primeras medidas del “Gobernador”
“Lo primero que vamos a hacer cuando asumamos es dejar los comedores de las escuelas y sociedades civiles abiertos en enero y febrero, eso es seguro. No sé puede dejar sin una comida a miles y miles de chicos que realmente están pa-sando hambre”, dice a La Tecla una de las personas más allegadas al candidato a Gobernador del Frente de todos, Axel Kicillof.
Trabajo para el intendente de José C. Paz y futuro ministro de Desarrollo Social, Mario Ishii? “Hasta el día de hoy ya es-cuché el nombre de seis posibles ministros de Gobierno y de dos o tres de Economía, con eso te digo todo”, resalta otra de las personas que forman parte de los equipos técnicos del postulante a calle 6, y remata: “No hay nombres, todavía, ni uno”.
Kicillof no deja de lado la campaña, y a cada lugar que va pide a los gritos por el voto para Alberto y Cristina, para que él y Magario gobiernen la Provincia y para que el municipio en cuestión también sea liderado por el peronismo. Pero también suelta cuáles serán las medidas iniciales, las primeras acciones de gobierno. Claro, los 1.636.674 votos de diferencia hacen que la confianza sea grande, muy grande.
El exministro tiene la cabeza en el 27 de octubre, día de los comicios; en el 28 de octubre, día que comenzaría la transición; y en el 10 de diciembre, la fecha en que tendría que asumir el cargo. Por eso, a veces habla como candidato y a veces como Gobernador electo. Y otras tantas mezcla, echando mano al “Si es que ganamos”, “Si ganamos vamos a hacer tal o cual cosa”.
“Hay que tomar medidas de urgencia en lo ocupacional y lo productivo. Esas son las emergencias: lo que tiene que ver con el hambre, con el empleo, con la producción; pero también con la salud, la educación y la vivienda. Son emergencias que vamos a tener que atender rápidamente ¿Cómo lo vamos a hacer? Poniendo en marcha el programa integral de desarrollo y de inclusión para la provincia de Buenos Aires”, reveló Kicillof en su paso por Bragado.
2023-2027: versiones de acuerdos K que también involucran a Kicillof
Los números de las primarias, sobre todo porque en la Provincia no hay segunda vuelta, indican que, casi de manera indefectible, Axel Kicillof se convertirá a partir del 10 de diciembre en el sucesor de María Eugenia Vidal. De la gestión que lleve adelante dependerá su futuro. Eso sí, en el horizonte no está por ahora la presidencia de la Nación. Es que el sillón de Rivadavia ya tiene candidato para los comicios de 2023, y no es Alberto Fernández, precisamente.
Versiones extraoficiales de fuentes cercanas al Instituto Patria hablan de un “seguro” acuerdo para que quien asuma el rol de postulante presidencial dentro de cuatro años sea el hijo de Cristina y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.
Por tal motivo, el actual diputado nacional y exministro de Economía iría por un segundo mandato en la Provincia; por supuesto, como se dijo antes, siempre y cuando el primero sea lo suficientemente bueno como para llegar a la compulsa con serias chances de consagrarse. Este supuesto acuerdo incluye también suma libertad de conducción al ex jefe de Gabinete y echaría por tierra eso de “Alberto al Gobierno, Cristina al poder”.
“La parte que le toca a Cristina, que encabezará Máximo, será más adelante”, sostiene la fuente, en referencia al ‘23. Así las cosas, en caso de que el justicialismo triunfe tanto en Nación como en Provincia, no sólo ahora, en octubre, sino también dentro de cuatro años, Kicillof será ladero de Alberto Fernández en la primera parte de su gestión y de Máximo Kirchner en la segunda.
Una imagen vale más que mil palabras
“Una cosa es que te lo muestren, y otra, muy distinta, es que te lo digan”. La frase corresponde a una de las personas más allegadas a Kicillof. Apunta a que, a modo de finalización de la gestión Vidal, si es que se da, apenas el exministro de Economía se siente en el sillón de Dardo Rocha se realice un video-resumen de “cómo nos encontramos con la Provincia”.
La idea ya fue tirada en la mesa chica y será analizada en los próximos días. “Una cosa es que yo te diga que no hay vacunas, que las guardias de los hospitales están hechas pedazos, que vas a Adicciones a las 9 de la mañana y está cerrado, y otra cosa, muy distinta, es verlo”, resume la fuente.
El diagnóstico del candidato
“El principal conflicto es que no se cuenta con la información necesaria para saber en qué condiciones va a recibir la Provincia el próximo Gobernador”, dice a La Tecla el propio Kicillof; y resalta: “Espe-ramos la máxima responsabilidad de parte de los funcionarios para que no se haga más daño al tejido social, económico e industrial”.
“A la vez, la Provincia necesita una macroeconomía abocada a la reactivación, y por eso se necesita un Gobierno nacional que tenga otra visión de país, que tenga a la producción y al trabajo como prioridad”, añade el exministro; y hace foco en el endeudamiento y el cierre de empresas, a los que califica como “dos problemas muy preocupantes”. “Por eso creemos que la Provincia necesita un programa de integración productiva, que abarque a todos los sectores”, completa.
El pedido de la vice
Desde el entorno de la candidata a vicegobernadora, Verónica Magario, aseguran que ésta pidió por un solo nombre para la Provincia, el de la exministra y actual diputada nacional María Cristina Alvarez Rodríguez, quien fue parte del gabinete de Daniel Scioli, ocupando los cargos de ministra de Gobierno y ministra de Infraestructura.
La Marsellesa en guaraní: reunión con los que “no nos van a votar”
Viernes. Tras su paso por General Pinto, Kicillof recorrió en Lincoln la empresa Ingeniería Mega S.A., dedicada al secado de granos. Luego de una hora, aproximadamente, el candidato y la comitiva que lo acompañaba se dirigieron hasta la unidad básica del postulante a intendente Luis Siri (se juntaron en la calle unas 400 personas), y más tarde a la parrilla de campo “Don Alberto”. Allí aguardaba una rica picada, un más sabroso asado y el denominado “círculo rojo linqueño”.
El presidente de Federación Agraria, su par de la Sociedad Rural, la titular del Centro de Comercio y varios de los más importantes empresarios del distrito se sentaron durante una hora y media mano a mano con el candidato más votado en las primarias. Le dijeron todo lo que tenían que decirle, lo escucharon, le replicaron y, al final del evento, varios de ellos se fueron al menos con media sonrisa.
“Se va contento el gorilaje”, se le escapó, bien bajito, a uno de los postulantes a concejales del Frente de Todos; y destacó, también bien bajito, que “ni ellos pueden creer haberse sentado con Axel; lo más cerca que estuvieron de Vidal fue a 50 metros”.
El encuentro no fue casual. La modalidad se repite desde el comienzo de la campaña en casi todos los distritos a los que llega el “Kicimóvil”. “Juntémonos con los que no nos van a votar”, sale una y otra vez de la boca de Kicillof. Y siempre, o casi siempre, el balance es positivo. “Terminan cantando la Marsellesa en guaraní”, manifiesta, entre risas, uno de los hombres más cercanos al exministro de Economía.
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