Se trata de Miguel Ángel Lunghi, quién anunció hace solo unas semanas que va a ir por un nuevo mandato a sus 80 años en Tandil, el distrito que comanda desde hace dos décadas. Quién es su referente en la pelea nacional
A medida que avanza el calendario electoral, son muchos los intendentes que buscan reelegir y miran de reojo a la Corte Suprema por la posibilidad de que frene esta chance para quienes ya fueron por una reelección en la Provincia de Buenos Aires. Uno de ellos, que tiene varias re-re en su haber, estudia el escenario con particular atención mientras resiste en su feudo, sin el respaldo de ninguno de los dos precandidatos nacionales fuertes de Juntos por el Cambio.
Se trata de Miguel Ángel Lunghi, quién anunció hace solo unas semanas que va a ir por la reelección, otra más, en el distrito que comanda desde hace ya 20 años, Tandil. Aunque no cuenta con el apoyo del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ni de la exministra Patricia Bullrich, el jefe comunal se siente con confianza para buscar su sexta candidatura.
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La solicitud presentada a la Corte Suprema que busca declarar inconstitucional la reelección de los intendentes destapó a los barones que la oposición también supo acobijar bajo su ala. Uno de esos casos se presenta en Tandil, cuna del exmandatario y líder del PRO, Mauricio Macri .
En la actualidad hay 91 intendentes de la Provincia de Buenos Aires sobre un total de 135, que se encuentran en "la privilegiada posición" de ser los únicos, exclusivos y excluyentes sujetos que tendrían la posibilidad de estar en ejercicio del cargo por 12 años. De ellos, 48 pertenecen a Juntos por el Cambio y 40 al Frente de Todos.
Sin embargo, quien se vería más gravemente afectado en términos nominales como fuerza política por la medida es el radicalismo. De los 32 intendentes que tiene sólo 3 podrían estar en condiciones de competir: Javier Andrés (Adolfo Alsina), José Castro (Montes) y Gustavo Notararigo (Saavedra). Lunghi no sería uno de ellos, por supuesto.
El caudillo de la UCR
En muchos casos la conducción política es una virtud que se hereda, y Lunghi no es la excepción a la regla. Hijo de José Emilio Lunghi, -quien gobernó la localidad de 1963 a 1966- el pediatra y político demostró que próximo a cumplir 80 años tiene la templanza y la seguridad de querer ir por un mandato más.
Radical de cepa, comenzó a militar en el partido a los 18 años, y desde 2003 viene cosechando una sucesión de éxitos ininterrumpidos. Ese primer golpe lo dio en una de las elecciones más ajustadas de la historia, en la que se antepuso por 280 votos al candidato justicialista Mario Bracciale.
El siguiente batacazo fue en 2007, cuando obtuvo la reelección con casi un 54% de los votos. Sin embargo, el margen más amplio de aprobación lograría consolidarlo en 2015. En las elecciones de ese año representando a la alianza Cambiemos, el caudillo logró imponerse al resto de los competidores con un 57% de los votos.
En 2019, repitió la fórmula con Juntos por el Cambio. Compitió y triunfo con un 54,87% de los votos. En esa oportunidad, el invicto agradeció a los tandilenses por haberlo elegido una vez más y convertirlo en "el intendente del Bicentenario".
El desafío de Lunghi
La interna de Juntos por el Cambios de cara a la Rosada empezó a acentuarse en los municipios, y alcanzó en esta oportunidad al radical, quien se encontró con un escenario de varios actores.
Por un lado, la precandidata a Presidenta, Patricia Bullrich declaró explícitamente que su candidato va a ser Marcos Nicolini. La última vez que visitó la localidad, reconoció públicamente en un acto los motivos de esa elección: "Es joven, es una persona que conoce muy bien Tandil y con experiencia en gestión".
El exjefe de gabinete de la UCR buscará la revancha, tras el resultado de las últimas elecciones en las que logró sumar un total de 14.976 votos, frente a los 26.894 del intendente.
Por otro lado, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta ya tenía en claro desde marzo quien sería su bendecido, el concejal Juan Manazzoni.
Pese al desafío presentado, Lunghi se mantiene firme. El radical siempre supo que su fidelidad estaba depositada en otro, el neurocirujano Facundo Manes. Con la templanza que lo caracteriza, sostiene la misma postura que declaró mediados del año pasado: "Es mi candidato, hace rato que lo vengo diciendo. Va a ganar, va a ser presidente y voy a entrar con él a la Casa Rosada, como amigo".
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