El intendente de Carlos Paz levantó el tono de sus críticas contra el gobernador. Lo acusó de “faltarle el respeto a los carlospacenses”, de “abandonarlos” en materia de seguridad y provocar “situaciones conflictivas”. La política, en el detrás de escena.
Por Yanina Soria.
El intendente de Carlos Paz, Esteban Avilés, metió quinta a fondo y tensionó todo lo que pudo con la Provincia. Acusó públicamente al gobernador Martín Llaryora de tener una “clara intencionalidad” de faltarle el respeto a los carlospacenses y de “provocar situaciones conflictivas”. Salió a pegar en uno de los puntos más sensibles para el Gobierno: la seguridad.
En las últimas horas, el jefe comunal de la cuarta ciudad más grande de Córdoba volvió a hacer público -aunque esta vez en un tono más elevado- su malestar con el oficialismo. Acusa al Gobierno de “discriminar” y “abandonar” a la Perla de Punilla en materia de recursos, planificación y fondos para la seguridad local.
Y aunque tanto Avilés como la Provincia se esfuercen en enmarcar esas diferencias en una cuestión solamente de gestión, la realidad es que hay detrás hay política. De uno y otro lado.
Por ahora, uno juega, y el otro deja jugar. Pues, a excepción de las declaraciones que el ministro de Seguridad hizo en Alfil la semana pasada, la estrategia del Panal es bajarle el tono a la situación todo lo que se pueda.
Mientras el poder de daño de Avilés esté “controlado”, dicen, en el llaryorismo no ven tan mal que intente crecer. Lejos del rol que ejerce Luis Juez en el mapa cordobés (hoy, el único opositor que reconoce el peronismo) el carlospacense busca su lugar en el escenario provincial.
Como se viene señalando desde estas páginas, el vínculo del punillense, ex socio y funcionario de Hacemos por Córdoba durante los cuatro años de gobierno de Juan Schiaretti, se quebró con Llaryora.
El nuevo cordobesismo que impulsa el mandatario provincial no sólo no pudo sumar a la figura más taquillera del departamento Punilla, sino que, además, Avilés decidió romper relación con el peronismo y ejercer con altísimo perfil un rol de opositor.
Quizá, el más fuerte y sobresaliente del concierto de intendentes no oficialistas de Córdoba; porque, incluso, hasta Marcos Ferrer, radical que gobierna Río Tercero y que podría convertirse en el próximo presidente del centenario partido, conserva mejor diálogo con el Panal.
La realidad es que hoy los puentes parecen estar rotos con Avilés. De hecho, el intendente decidió no formar parte de distintas las instancias institucionales que mantiene la Provincia con los gobiernos locales. Entre ellos, la Mesa Provincia-Municipios. El ministro de Gobierno, Manuel Calvo, que la preside y responsable del vínculo político con los 427 intendentes y jefes comunales, no pudo tampoco con el líbero dirigente vecinalista. Así, Carlos Paz no forma parte de ese espacio del que el oficialismo presume como modelo de institucionalidad, y tampoco integra la Comunidad Regional Punilla reconfigurada recientemente.
Entre otros desaires, Avilés tampoco asistió a ninguno de los actos oficiales del Gobierno con los intendentes; ni siquiera a la presentación de la temporada de invierno que encabezó Darío Capitani, actual titular de la Agencia Córdoba Turismo, lugar que el punillense ocupó hasta el año pasado.
En esa línea de acontecimientos, tal como reflejó Alfil, hace unos días plantó también al ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros, cuando el funcionario asistió a la localidad a poner en funciones a la nueva cúpula de la Departamental Punilla y a entregar vehículos. Mediante una carta, el anfitrión se excusó por compromisos ya asumidos y de paso hizo saber que la invitación le llegó a último momento. Pero esa desatención tuvo una razón de ser: días antes, y a través de las páginas de Alfil, Quinteros lo había cruzado fuerte por esas primeras críticas lanzadas en materia de seguridad cuando Carlos Paz presentó un programa local en esa materia.
El ministro de la cartera dijo que Avilés intentaba llamar la atención como “nene caprichoso” y le pidió “ponerse los pantalones largos” para trabajar de manera conjunta. Además, señaló que la ciudad es una de las que más policía tienes y lo acusó de querer sacar rédito político de la situación.
Efectivamente, por lo bajo, desde la Provincia ven en la actitud de Avilés un claro intento de posicionamiento en el escenario provincial. Desde el Panal aseguran que el hombre fuerte de Carlos Paz tiene intenciones de saltar a la competencia por la gobernación en tres años. Incluso, hasta se animan a adelantar cierto interés del vecinalista por la Libertad Avanza. De hecho, entre los operadores libertarios de Córdoba, el perfil del tres veces intendente de Carlos Paz, seduce y mucho.
Sin embargo, el alcalde desestima esas apreciaciones políticas y rebate que, en realidad, el gobernador intenta desviar el foco del reclamo y “distorsiona” un pedido concreto: que la Provincia se haga cargo de la seguridad de Carlos Paz, “una competencia del Gobierno”. Punto.
Por ahora, desde la Provincia insisten en que seguirán invitando a los intendentes a sumarse a la Le de Seguridad para coordinar acciones “potenciar recursos, priorizando siempre a los vecinos”. Y de paso recordaron que Avilés no suscribió a esa normativa “y eso lo deja fuera del reparto de vehículos, capacitación para uso de armas no letales, aportes económicos, etc”. Dijo un alto funcionario provincial. Por su lado, el vecinalista respondió que lo que plantea la Ley, su cuidad ya lo viene desarrollando hace años y, entre otras cosas, reprochó que en plena temporada de invierno, la Provincia haya cambiado las autoridades de la Departamental Punilla con la que previamente se había trabajado todo esquema de seguridad para la temporada.
Así las cosas, la pirotecnia de los últimos días lejos está de poner fin a los entredichos. Por el contrario, todo indica que la novela recién comienza.
Comentá la nota