La participación de las mujeres en el mercado laboral argentino ha crecido a pasos agigantados durante las últimas décadas y su impacto positivo en los ámbitos en los cuales se desempeñan es sustancial. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), si se incorporaran más mujeres en rangos directivos, las empresas crecerían un 20%.

En la misma línea se había expresado el informe Women Matter 2014 de McKinsey & Company, que aseguró que las empresas donde tres o más mujeres ejercen funciones de liderazgo registran un desempeño más alto, lo que reafirma que la visión de la mujer es clave a la hora de dirigir una organización

En Argentina, los resultados son contundentes: más del 50% de las empresas que implementaron iniciativas en diversidad e igualdad de género en el país afirmaron que a partir de ellas sus beneficios financieros aumentaron por encima del 15%, de acuerdo a otro reciente estudio de la OIT.

Lo paradójico es que, de acuerdo a estimaciones del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, las mujeres controlan dos tercios del gasto del planeta y aunque realizan el 66% del trabajo, sólo ganan el 10% del ingreso total. Sin embargo, reinvierten ese dinero casi en su totalidad (un 90%) en sus familias y en sus comunidades. Desde allí construyen su poder de transformación.

Consientes de ese impacto positivo, en Coca-Cola los números son consistentes con este enfoque. Hoy en día, es una de las pocas compañías que a nivel global tiene un 50% de empleadas mujeres. Pero aún más revelador que ese dato es que ese mismo porcentaje se mantiene a la hora de hablar de puestos gerenciales. Esto sucede en el marco de una cultura sustentable de diversidad, donde la equidad de género es clave y, en términos laborales, sus incorporaciones se dan en forma natural.

Y la tendencia se incrementa si nos fijamos en todo el sistema Coca-Cola, que también integra a sus cuatro socios embotelladores (FEMSA, Reginald Lee, Arca Continental y Andina). En nuestro país, por ejemplo, Coca-Cola genera unos 200 mil empleos totales, entre directos, indirectos y externos, y atiende a 363.000 clientes. El 80% de estos últimos está compuesto por pequeñas empresas como kioscos, almacenes y autoservicios, que en su mayoría están administrados por mujeres y representan el principal ingreso familiar.

La empresa como sistema es un enfoque que hace años prevalece en el mundo corporativo ya que tiene en cuenta todos los aspectos de su cadena de valor, así como sus diversos impactos en el desarrollo socioeconómico de un país y una región. En el caso de Coca-Cola, su extensa cadena de valor incluye desde las agricultoras hasta clientas y recicladoras, pasando por las artesanas, quienes trabajan con el material reciclado de los empaques.

El programa de Coca-Cola ya capacitó más de 9.000 mujeres en Argentina y se espera llegar a 10 mil para fines de este año.

Un programa revolucionario

Uno de los últimos y más importantes pasos que la compañía dio en esta senda de la igualdad es 5by20, una iniciativa que busca capacitar y empoderar a 5 millones de mujeres de su cadena de valor en todo el mundo hacia fines de 2020. Formación en negocios, en servicios financieros y en recursos de networking son algunas de las herramientas que se les brinda a esas mujeres a través de diferentes cursos y programas.

Desde kiosqueras y recicladoras hasta agricultoras y artesanas, ya son más de 4,6 millones de mujeres en todo el planeta que han adquirido herramientas necesarias para su desarrollo. 2020, claro, será el año bisagra para lograr la cifra final.

En Argentina, una de las principales acciones que realiza Coca-Cola en el marco de este programa es su alianza con Fundación Global y la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) para capacitar en temas de gestión, marketing y finanzas a mujeres kiosqueras y emprendedoras, muchas de las cuales son jefas de familia. De esta forma, ya se capacitaron más de 9.000 mujeres y se espera llegar a 10 mil para fines de este año.