Las empresas se están fijando objetivos ambiciosos para aumentar el uso de plástico reciclado, impulsando la demanda de este material.
El poliéster reciclado depende de la recolección de botellas de plástico, que cayó durante la pandemia. Las limitaciones de suministro y los precios más altos podrían afectar las promesas de sostenibilidad y los objetivos a largo plazo.
La marca de ropa Patagonia fue una de las primeras en comenzar a producir poliéster reciclado a partir de botellas usadas de plástico en 1993.
La compañía, conocida por sus políticas de sostenibilidad líderes en la industria, ha incorporado el material reciclado en muchos de sus artículos, afirmando que el 89% del poliéster perteneciente a su última temporada de productos es de carácter reciclado.
Mientras, compañías como Coca-Cola, Nestlé y Adidas buscan activamente reducir su uso de plástico virgen como parte del plan a largo plazo para ser más sostenibles y adaptarse a las nuevas políticas regulatorias para la nueva resina plástica posconsumo (PCR), elaborada a partir de botellas de refresco.
El principal escollo es que, a raíz de la creciente apuesta por estos materiales, el pronóstico es que la demanda supere la oferta disponible en los Estados Unidos y la Unión Europea, provocando a su vez un aumento de los precios.
Los problemas relacionados con el tereftalato de polietileno reciclado (PET) subrayan muchos de los desafíos comerciales que podrían lastrar los ambiciosos objetivos de sostenibilidad corporativa que se superponen con otras organizaciones.
Las empresas necesitan implementar con urgencia procesos y materiales alternativos a mayor escala para reducir las emisiones de carbono y limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados. Sin embargo, implementar estos nuevos métodos puede resultar mucho más complicado de lo esperado, incluso con los recursos de los que disponen las multinacionales.
Un material versátil
El PET reciclado, comúnmente conocido como rPET, es un tipo de plástico posconsumo que se utiliza para fabricar diferentes tipos de productos. Estos incluyen botellas de plástico, recipientes para alimentos, alfombras, tejido de poliéster reciclado, correas industriales, materiales de construcción y muebles.
Existen desafíos para la adopción más amplia de rPET, junto a críticas sobre si en realidad es sostenible o ayuda a empresas como H&M a poner en práctica el greenwashing.
Los beneficios ambientales de rPET incluyen una menor dependencia del plástico virgen a base de aceite, menos emisiones de gases de efecto invernadero y una menor contaminación.
Los compromisos y políticas de las empresas están impulsando la demanda
Las telas y las fibras fueron el principal uso final del rPET hasta el año pasado, cuando el uso del material para botellas y envases destinados a alimentos creció en un 32%, según datos de Packaging World.
También hubo un aumento del 10% en el consumo de uso final de rPET en Estados Unidos y Canadá, según el informe más reciente de la Asociación Nacional de Recursos de Contenedores de PET.
Este cambio en el uso y la demanda obedece al compromiso anunciado de varias empresas importantes de utilizar menos plástico virgen y aumentar el reciclaje.
En 2018, el gigante de bebidas Coca-Cola se comprometió a utilizar un 50% de material reciclado en sus botellas y latas para 2030. La compañía también dijo que tenía como objetivo recolectar y reciclar un volumen de botellas equivalente al que produce cada año.
A principios de 2020, Nestlé también se comprometió a aumentar la cantidad de rPET utilizado en todas sus marcas al 50% para 2025 y conseguir que todos sus envases tengan un carácter reciclable o reutilizable para 2025.
La empresa matriz de los alimentos para mascotas Nescafé y Purina utiliza un 8% de contenido reciclado en el plástico para sus botellas de agua en la actualidad, por lo que deberá obtener y usar una cantidad significativamente mayor para cumplir con los propósitos de sostenibilidad.
Por su parte, empresas de bienes de consumo y moda como Unilever, Procter & Gamble y Adidas también han hecho grandes promesas en torno al la adopción de índices más altos de plástico reciclado.
El director de sostenibilidad de Nike, Noel Kinder, dijo que el volumen de poliéster reciclado de la empresa ya es equivalente a más de 1.000 millones de botellas de plástico al año.
Los estados de California y Washington en Estados Unidos también han aprobado leyes que exigen que ciertos artículos tengan cantidades específicas de plástico reciclado en el contenido de sus envases.
La oferta insuficiente ejerce presión sobre los precios
Son varios los desafíos que hay en el horizonte para los planes y políticas que involucran rPET. La tasa de reciclaje de botellas de plástico para bebidas en Estados Unidos cayó del 27,9% en 2019 al 26,6% en 2020, en comparación con el 64% en Europa.
Un informe elaborado NAPCOR atribuyó el fenómeno a cierres en los centros de reciclaje propiciados por la pandemia, así como a la interrupción de los programas de reciclaje urbanos en muchas ciudades.
Para cumplir con los objetivos de reciclaje de las marcas de bebidas en Estados Unidos se precisarán aproximadamente 500 millones de kilos de rPET de grado alimenticio en la próxima década, casi 3 veces la cantidad producida en 2017.
Los aumentos en la demanda también ayudaron a impulsar el precio del rPET más alto que el del plástico virgen a principios de 2020, y el rPET ahora se vende con una prima del 20%, según informa The Wall Street Journal.
Otro de los factores fue el mayor coste de producción debido al aumento de los precios de la energía, según S&P Global Platts.
Un futuro complicado
Fuentes del sector ya expresaron su preocupación de que algunas de las grandes empresas retrocedan en sus compromisos de sostenibilidad debido a las limitaciones de suministro, la escasez de personal y la creciente subida de los precios.
Otro problema medioambiental es que los artículos hechos de poliéster reciclado seguirán desprendiendo microfibras de plástico durante el lavado.
Pese a que el PET se puede reciclar al menos 10 veces, la ropa hecha de rPET probablemente no se reciclará, especialmente si pertenece a cadenas minoristas de fast fashion, cuyos artículos a menudo se desechan después de unos pocos usos.
Comentá la nota