Los más de 500 empresarios valoran el estilo de Massa al frente del Ministerio de Economia, pero creen que los problemas de la Argentina demandan un acuerdo político. Dudan que la dirigencia política esté dispuesta a hacer el ajuste necesario.
Por Liliana Franco
El flamante ministro de Economía, Sergio Massa hizo su carta de presentación ante un empresariado expectante en el marco del discurso que brindó este miércoles al cierre del encuentro del Council of the Americas.
Durante su exposición comentó una anécdota que le sirvió para realizar una convocatoria política. Dijo: "Hace once días, cuando me tocaba asumir, uno de los tantos líderes de la oposición me llamó a la noche para felicitarme y a la mañana siguiente me vuelve a llamar y me dice 'te llamo para preguntarte si vas a contar que te llamé porque en la interna me sirve estar del lado de los duros'. Eso describe conductas. No tenemos que tener miedos ni vergüenza de sentarnos a una mesa a buscar acuerdos", aseveró Massa. De esta forma apuntó a un aspecto central de su gestión: la necesidad de construir consensos.
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Es habitual que los extranjeros vean el potencial de Argentina, un ejemplo, es Susan Segal, una entusiasta de las posibilidades que tiene el país. Quizás, por esta razón, el embajador de los Estados Unidos abandonó la diplomacia para sugerir a los políticos argentinos a que se “trabajen acuerdos desde ahora”, sin “esperar 16 meses” hasta el próximo cambio de gobierno.
Como si Massa hubiera adivinado que la mayoría de los empresarios tienen serias dudas de que la dirigencia política está dispuesta a trazar un plan de mediano plazo. “Hablan de consensos pero ni siquiera se ponen de acuerdo entre ellos” fue una de las frases más escuchadas en los off the record y, esta crítica, era tanto para el oficialismo como la oposición.
“Los problemas de la Argentina no se resuelven con un par de medidas, la crisis es mucho más profunda de lo que se ve”, sintetizaba un importante empresario al tiempo que se quejaba de las trabas burocráticas para importar insumos, las dificultades para contratar personal, entre tantos otros problemas cotidianos que enfrenta y que son ajenos a la empresa.
Por eso, y a pesar de que muchos creen que el “estilo Massa” al que definen como de “hiperactivo y conciliador” puede ayudar a transitar esta difícil coyuntura, el desánimo está puesto en el futuro.
A pesar de esto, de todas maneras la presencia del nuevo ministro de Economía generó mucha expectativa. La prueba es que se congregaron unos 500 empresarios, mucho más que en otras reuniones, con presencias que no son habituales en este tipo de eventos como, por ejemplo, Alfredo Coto o José Luis Manzano, Betina Bulgheroni, entre muchos otros. En el salón y en el VIP del encuentro (donde se encontraban las principales figuras) sin embargo, había un clima de cauta expectativa.
“Fue recibido como un presidente” comentó uno de los presentes al referirse a la gran atención generada por el ministro. Antes, el auditorio no pudo evitar reírse ante el fallido del embajador en los Estados Unidos, Jorge Arguello, que mencionó a Masa como el “Presidente”
Algunos de los directivos de empresas se lamentaban el que Massa no hubiera asumido antes. “Nos hubiéramos ahorrado un mes” comentaron a Ámbito. Y agregaban “ojalá no sea tarde”. Otros en tanto, valoraron que Massa haya dejado la comodidad del Parlamento para intentar encauzar la economía. Pero, una gran mayoría cuando se le requería la opinión sobre el discurso del ministro respondían:”Wait and see”.
Donde hay consenso es que la Argentina tiene “enormes oportunidades” pero que “no aprovechamos”. Por citar sólo un caso, el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, considera que habrá una gran cantidad de interesados en explotar potasio en su provincia (cerca de nueve).
Y desde ya que coinciden con lo señalado por Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio en cuanto a que "La única manera de progresar es creando cada vez más empresas, consecuentemente más trabajo".
Seducir
Massa apuntó a seducir a los empresarios señalando la necesidad de llevar adelante medidas de ordenamiento en el gasto público. No sólo con el recorte de grandes partidas, sino también con muestras de austeridad, como restringir los viajes de funcionarios al exterior, algo que su antecesora, Silvina Batakis, no logró. Y, parece que Massa tendrá dificultades para lograr que sus pares comprendan la necesidad de controlar los gastos.
Justamente la portavoz, Gabriela Cerruti, en conferencia de prensa, negó que se estudie alguna disposición que restringa los gastos superfluos o los viajes como dijo el ministro Massa en el Council. La portavoz indicó "Es un deber y una obligación. No deberían existir los gastos superfluos en el Estado, así que no entiendo que haya una decisión administrativa con respecto a eso sino un control estricto de que no se lleven adelante los gastos que no son los adecuados. Por otra parte, esos controles se llevan adelante con los diferentes organismos de control que tiene el Estado", subrayó.
Lo cierto es, que sin una resolución, la cual le fuera negada a Batakis, la restricción del gasto en la administración pública dependerá más de que la secretaria de Hacienda no gire fondos.
En donde si, se avanza es en el congelamiento de los ingresos a la Administración Publica y que abarcará también a las empresas del Estado.
Acuerdo
Si bien Massa insistió en la necesidad de que los actores de la sociedad se sienten a negociar, entre los empresarios se pudo observar escepticismo en cuanto a la posibilidad de lograr estos acuerdos.
Al respecto, confiesan su temor en cuanto a que, si la gestión Massa fuera exitosa, estos resultados pudieran dar lugar a nuevos enfrentamientos dentro de la coalición gobernante que podrían volver a generar inestabilidad. “Los integrantes del Gobierno no son socios, son competidores”, sintetizó un empresario.
Es más, creen que “muchos políticos no tienen conciencia de la gravedad de la crisis” y fue “la disparada del dólar que permitió que Massa hoy esté en el gabinete nacional”, recuerdan.
Concluían que el miedo es el que los hace reaccionar, de donde temen que si la situación se tranquiliza “volverán a las andadas”.
Además, algunos datos de la realidad llevan a confusión al gobierno. Por ejemplo, las cifras de ventas de las empresas muestran que el consumo masivo sigue “muy fuerte”, aunque temen que la aceleración inflacionaria termine revirtiendo la tendencia.
¿Cómo reaccionaran cuando comiencen a llegar las tarifas y haya protestas?, se preguntaba un importante petrolero al tiempo que sostiene que sería productivo y más efectivo incentivar a la población al ahorro del consumo. ¿Que estas planteando que no suban las tarifas? preguntó con preocupación otro importante directivo. “¡Para nada! Lo que sugiero es premiar con un importante descuento en la tarifa el ahorro en el consumo”. Una idea, que comentan, llegó a oídos del equipo de Energía.
Por de pronto Massa anticipó que se está trabajando en agilizar las obras vinculadas al gasoducto Néstor Kirchner, que se logró ahorrar unos 800 millones de dólares por menor importación de energía –agradeció las gestiones del ex secretario de Energía – por las negociaciones.
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