“Esto no va”, escuchó Julio Laurenza en su ámbito de trabajo respecto de un proyecto de innovación tecnológica que había desarrollado por su cuenta para un cliente. “Yo pensaba lo contrario, así que me puse a buscar opciones –reseña este estudiante de biotecnología–. Me contacté con la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) y en la Universidad de Morón se abrió un espacio para crear un laboratorio que funcionara como una planta piloto, es decir, una planta industrial a menor escala”.
El proyecto que combinaba tecnologías conocidas y experiencia laboral consistía en implementar una función para nanovehículos (nanocarriers) que encapsulara activos farmacéuticos, los transportara hasta el sitio donde deben ejercer su acción y lograr así un incremento en la efectividad.
Luego de ubicar una firma en Santa Fe que podía proveerlo de los equipos necesarios para el proceso, pero que nunca habían sido empleados para esos usos, vencer sus resistencias y hasta pasar por un extravío de las muestras enviadas, el producto demostró el 100% de efectividad en los testeos en laboratorio.
El valor inicial de la inversión rondó los $110.000, una cifra muy baja si se la mide con los resultados. Casi la misma que podría demandar para su industrialización.
La historia de Laurenza se enmarca en el espíritu que anima la Semana Nacional del Emprendedor Tecnológico que se lleva cabo en múltiples sedes de todo el país hasta el 22 de septiembre. Este encuentro de participación e interacción entre actores provenientes del sistema científico-tecnológico, empresas y organizaciones del sector productivo, se propone facilitar la incorporación de herramientas y habilidades para el desarrollo de negocios de base científica y tecnológica. Asimismo, promueve la incorporación de procesos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y de transferencia del conocimiento en los procesos productivos.
En esta edición cuenta con la adhesión de un centenar de instituciones que forman parte del sistema emprendedor y ofrece una agenda de talleres, cursos, seminarios y conferencias que incluye más de doscientas actividades en todo el país.
Durante la apertura realizada en Tecnópolis, el ministro del área Lino Barañao se refirió al contexto global en el que surge esta iniciativa y afirmó que uno de los desafíos a futuro es combatir la inequidad, que puede revertirse “a través del ascenso social que promueve la tecnología”.
La implementación cooperativa de la tecnología es la premisa que anima a Fiqus LTD, una productora de software miembro de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (Facttic).
“Un espacio para que las cooperativas de trabajo del sector intercambien y construyan en conjunto –apunta Nicolás Dimarco, cooperativista y emprendedor del rubro–. Como Fiqus, hacemos mantenimiento de desarrollos y desarrollamos otros, con una necesidad más específica, como una plataforma online de profesiones al servicio de un centro de gestión y participación (CGP) barrial”, refiere.
A la par de su desarrollo de una aplicación para celulares colaborativa para viajar en colectivo, una especie de GPS que permitirá conocer la frecuencia de los servicios mediante una aplicación, Daniel Salvucci está convencido de la potencialidad tecnológica de la zona oeste del GBA de la que es vecino.
“Hay gente joven talentosa, universidades, inversores y planes de apoyo oficiales”, ilustra.
Por eso, como parte de la semana, organizó el evento zonal Starupoeste, una maratón de actividades de fin semana que concluirá el sábado con “una canilla libre de tecnologías para equipos de trabajo que diseñarán y realizarán prototipos 3D de sus proyectos”. Contagia entusiasmo.
PARA IR
“Cooperativismo y tecnología” en el Centro de Formación Profesional N° 24. Artigas 690, Flores, CABA. Viernes, de 17 a 21.
Startup Oeste, en la facultad regional Haedo de la Universidad Tecnológica Nacional, Roberto Ruiz 545, Haedo. Viernes y sábado de 9 a 19.
Comentá la nota