El intendente de Empedrado Daniel Omar Mieres, pasó del silencio más absoluto a responsabilizar a las administraciones provincial y nacional y al fenómeno de El Niño, por la delicada situación institucional que vive el Municipio a causa de su inacción como cabeza del Departamento Ejecutivo.

Finalmente, tras la reunión que mantuvo con legisladores e intendentes del frente para la victoria (fpvkk), el jefe comunal dio la cara y salió a enfrentar a la multitud que se congregó nuevamente en la plaza para pedir que cambie de actitud y comience a gestionar, o directamente dé un paso al costado y se convoque a comicios para que la gente elija a su sucesor.

Como si los enviados de Camau Espínola que se reunieron con él en la tarde del martes, le habrían escrito un libreto, el cuestionado jefe comunal salió en la puerta del palacio comunal y, sin ponerse colorado, responsabilizó directamente a la administración de Ricardo Colombi como también al Ejecutivo nacional, aunque no especificó si apuntaba a Mauricio Macri o a Cristina Fernández de Kirchner, de la inacción en el que está sumido su Municipio.

“Vivimos una situación muy complicada en lo financiero, debido a la situación del fenómeno de El Niño. Sin ayuda de la Nación y la Provincia, es complicado dar respuestas”, dijo y denunció “un ahogo económico”.

Pero su estrategia discursiva cae en saco roto, ya que los reclamos de los habitantes de Empedrado vienen desde hace dos años, con cuestiones que hacen a los servicios esenciales que debe cubrir el Estado municipal. 

Evidentemente a la administración de Mieres los recursos girados por la Provincia todos los meses no les son suficientes para cumplir con los servicios que sus antecesores sí podían con menos recursos.

“No recibimos de la Provincia ni de la Nación lo que pretendemos. No tenemos maquinaria para realizar trabajos esenciales”, vociferó ante el silbido sostenido de quienes se encontraban manifestándose. Acto seguido dijo que “así no se podía hablar”, dio media vuelta y se retiró.

“Le voy a poner el pecho a la situación, y si se me hace juicio político voy a defenderme como corresponde. Tengo la capacidad suficiente para cambiar este presente. Ni piensen que me voy a tomar licencia o voy a renunciar”, manifestó en declaraciones radiales.

El jefe comunal realizó la primera medida de resistencia al vendaval de quejas, responsabilizando a terceros. 

Al fenómeno de El Niño, a los Gobiernos provincial y nacional y también a las gestiones anteriores. 

Cada vez que intenta explicar la situación que se vive en Empedrado, acude a un nuevo responsable. Pero a ciencia cierta queda al descubierto que no tiene un plan de gobierno. Entre los habitantes de la Comuna es vox populi que su gabinete es un cúmulo de inoperantes, a los cuales no se les cae una idea.

En dos años de gestión no han podido hacer un trabajo sostenido en el perfilado de las calles, la iluminación de la ciudad, la limpieza de los espacios verdes, la recolección de los residuos ni el arreglo de las calles asfaltadas.

“Hice un compromiso social, fui electo por cuatro años por la comunidad, a pesar de la visión parcializada que puedan tener. Aunque aún no estoy conforme con mi propia gestión, hay situaciones que superan las expectativas y hacen que uno no pueda generar las respuestas que pretenden”, expresó buscando justificarse con un juego de palabras sin sentido.