Es que “las empresas tienen una capacidad determinada de elaboración de productos” y frente a “una crisis del agua potable como tenemos hoy, no pueden sustituir el papel de OSE, sobre todo en el área metropolitana con la densidad de población que tiene y los volúmenes de agua que consume”.

“Hoy la industria, en su mayoría de las empresas, está trabajando como que fuera verano; nosotros tenemos periodos de zafralidad muy alta donde se contrata personal zafral, se elevan los turnos, generalmente se trabaja en 24 horas, de lunes a sábado, 48 horas semanales; hoy estamos prácticamente en lo que sería una zafra de verano, con tres turnos, con zafrales incorporados, y a partir de allí la elaboración, que está a tope”, precisó.

“Después, cuando las grandes superficies hacen pedidos de 70 o 50 camiones de bidones, evidentemente no se puede cumplir, no ya con las grandes superficies sino también con el pequeño comerciante; y ahí van un poco también las estrategias de las empresas que definen cómo y a quién venden y en qué volúmenes; no es un problema solo de la industria en cuanto a sus capacidades, que hoy está al tope de sus posibilidades”.

Además, apuntó el factor de contar con “los insumos necesarios para el envasado del agua” y que “los pozos tienen determinadas posibilidades”, ya que “la mayoría de las (empresas) que envasan agua mineral” lo hacen con líquido “extraído de pozos semisurgentes”; mientras que las “aguas mineralizadas” tienen origen en el suministro “de OSE o provenientes de alguna otra fuente, ya no natural”, y que luego reciben “tratamiento”.