Hay esposas, hermanos e hijos en la nómina de aspirantes, tanto en el oficialismo como en la oposición. Para un politólogo, esto se produce por la falta de pluralidad en los partidos.
Por: David Correa.
Tucumán tendrá elecciones provinciales el próximo 14 de mayo, jornada en la que se renovarán todos los cargos desde gobernador y vice hacia abajo. En rigor, los tucumanos y tucumanas deberán elegir 49 legisladores provinciales, 19 intendentes, 184 concejales y 93 comisionados comunales del interior de la provincia. Desde el retorno de la democracia, en 1983, es la primera vez que en 14 municipios los actuales responsables de las gestiones buscarán que hermanos, esposos, esposas o hijos sean electos en su lugar para garantizar la continuidad de sus proyectos. Es decir, apuestan a los lazos de familia.
En algunos casos, la mayoría, esta acción obedece a que los intendentes transitan un segundo mandato seguido y la Constitución provincial impide una tercera elección consecutiva. En otros, los menos, se trata lisa y llanamente de estrategia electoral. Aunque el 12 de abril vence el plazo para que las agrupaciones políticas registren las listas de candidatos y candidatas, en cada distrito ya están presentes los afiches y pintadas con los nombres que proponen los oficialismos para la sucesión. Este escenario prevalece en las intendencias peronistas pero también está presente en las que forman parte de Juntos por el Cambio, por lo que las críticas de los partidos tradicionales a esta opción por los lazos de familia no existen, al menos en la superficie.
En principio, podría señalarse que se trata de acciones que se emparentan de manera directa con el nepotismo que, de acuerdo a la Real Academia Española, “es la preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos”. Para el politólogo tucumano Luis Karamaneff, que en la actualidad desarrolla su actividad profesional en la Ciudad de Buenos Aires, “estas decisiones políticas deben analizarse sin prejuicios porque, aclara, suele señalarse que tienen que ver con las monarquías pero la historia demostró que son mucho más comunes en los sistemas democráticos”. Y pone ejemplos. “A nadie se le ocurriría cuestionar el legado de los Kennedy o los Clinton en los Estados Unidos, o aún con diferencias, sobre la gran influencia que tuvieron en la política argentina dos referentes de fuerte presencia, como son los Kirchner, Néstor y Cristina”, apuntó, consultado por elDiarioAR.
A nadie se le ocurriría cuestionar el legado de los Kennedy o los Clinton en Estados Unidos, o aún con diferencias, sobre la gran influencia que tuvieron en la política argentina dos referentes de fuerte presencia, como son los Kirchner, Néstor y Cristina - Luis Karamaneff — Politólogo
Agregó que más atrás de la llegada de los Kirchner a la Casa Rosada, la historia reciente argentina tiene apellidos que han formado verdaderas dinastías político electorales, como los Saadi, en Catamarca; los Saá, en San Luis; los Posse, en San Isidro (Buenos Aires), y muchos otros ejemplos. “Se trata de familias que se han entregado al mundo de la política y del que muy pocos de sus miembros han quedado al margen, por lo que fue natural que algunos de ellos abrazaran esta vocación. Quizás, las diferencias radiquen en los niveles de compromiso de quienes se candidatean, es decir, si se trata de hombres o mujeres que recién se comprometen por el cargo a que se los propone o porque los respalda una militancia”, señaló.
En relación al escenario tucumano, Karamaneff no dudó en señalar que la prevalencia de los lazos familiares obedece a la falta de democracia y de vida interna en los partidos políticos, por la existencia de la Ley de Acoples. “Evita las elecciones en el seno de las fuerzas para elegir a sus candidatos, la competencia entre pares y neutraliza la pluralidad. Es algo que les conviene a los candidatos a gobernador, vice y a los intendentes, porque la cosecha de votos beneficia a los de arriba pero abajo se producen duros enfrentamientos territoriales”, manifestó. “Si me preguntaran qué se debería hacer para empezar a terminar con las elecciones de candidatos por ser parientes, creo que un camino sería ponerle fin al sistema de acoples”, agregó.
"Pancho" y "Panchito" Serra. Padre e hijo. El mayor es el intendente de Monteros pero intentará llegar a la Legislatura. El menor buscará retener la intendencia para la familia.
La ley que establece los acoples fue creada en 2006, tras la reforma constitucional que impulsó el ex gobernador José Alperovich. Permite a un partido político anexar sus candidaturas parlamentarias -tanto para la Legislatura como para concejos deliberantes- a una postulación para una función ejecutiva, ya sea provincial o municipal. Así, como en un sistema piramidal, cuanto más amplia sea la base de postulantes a cargos legislativos, mayores son las posibilidades de que una fórmula gubernamental obtenga más votos. O sea, favorece a los oficialismos.
Por los municipios, caso por caso
En Famaillá, la Capital Nacional de la Empanada, los mellizos Orellana (Partido Justicialista) repetirán la estrategia que les rindió desde los años 90, es decir, alternarse en el poder local. Aunque puede ser reelecto, el actual intendente José Orellana, condenado en diciembre del año pasado por abuso sexual de una empleada cuando era diputado nacional, irá por una banca en la Legislatura provincial debido a que su mellizo Enrique no puede ser reelecto en la Cámara. Así, este último será candidato a reemplazar a su hermano.
José Orellana, intendente de Famaillá, hará enroque con su hermano mellizo. El irá por un puesto en la Legislatura y Enrique competirá por la intendencia. Eso a pesar de que en diciembre pasado fue condenado por abuso sexual cuando era diputado nacional
En Monteros, el intendente Francisco “Pancho” Serra (PJ), que buscará llegar a la Legislatura, ungió a su hijo y actual secretario de Gobierno municipal, “Panchito” Serra, para que intente sucederlo en el cargo. En Lules, el intendente Carlos Gallia (PJ), también buscará llegar al Poder Legislativo tucumano y su espacio impulsa a su esposa Mharta Albarracín, secretaria General de Educación y Cultura municipal, para que ocupe el cargo de intendenta.
En el caso de Aguilares, uno de los distritos más importantes del sur tucumano, la intendenta Elia Fernández de Mansilla (PJ), esposa del actual presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, presentó en sociedad a su hija Gimena Mansilla, como candidata para sucederla. Mansilla padre irá por la reelección en el parlamento tucumano. Mientras que en Alderetes, el jefe municipal Aldo Salomón (PJ), aun pudiendo aspirar a la reelección, buscará que su esposa, la actual legisladora Graciela Gutiérrez -que ya no puede ser reelecta- se convierta en intendenta.
En Burruyacu, en el extremo noreste tucumano, prevale el apellido Leal. El legislador provincial Jorge Abraham Leal (PJ), buscará retornar a la intendencia que en la actualidad está en manos de su hijo homónimo quien, a la vez, intentará llegar al parlamento provincial. En la otra punta, en Graneros, la intendenta Alejandra Cejas (PJ), eligió a su hija Raquel Graneros, secretaria de Acción Social municipal, para que intente sucederla.
En Trancas, sede de la Fiesta Nacional del Caballo, el intendente Roberto Moreno (PJ), no dudó en depositar en su hermano Antonio, asesor letrado del municipio, las esperanzas para que lo suceda. Pegado a la capital tucumana se encuentra el municipio de Las Talitas, cuyo intendente Carlos Najar (PJ), postula a su hermana, la legisladora Marta Najar, para que continúe al frente de esa administración. Tanto Moreno como Najar, buscarán llegar a la Legislatura.
En La Banda del Río Salí, el intendente Darío Monteros (PJ), se inclinó por su hijo Gonzalo, actual legislador, para postularlo como sucesor. Mientras que en Tafí Viejo, el jefe municipal Javier Noguera (PJ), optó por su esposa Alejandra Rodríguez, referente del Punto ANSES de su ciudad, para que continúe con su proyecto de gestión.
Juan Bautista Alberdi se encuentra en el sur tucumano y la intendenta Sandra Figueroa (PJ) transita por sus últimos meses de gestión. En este caso, su espacio buscará que la suceda el actual secretario de Gobierno y su esposo, Luis Campos. Éste ya había ocupado ese cargo antes de que asumiera Figueroa. Y en la ciudad de Bella Vista, el intendente Sebastián Salazar (de la UCR y en la alianza Juntos por el Cambio) favoreció a la concejal Paula Quiles, su esposa, para que intente sucederlo.
Finalmente, en La Cocha, límite de Tucumán con Catamarca, el actual legislador provincial Leopoldo Rodríguez (PJ) procurará volver como jefe municipal a su ciudad, cargo que detenta en la actualidad su hijo homónimo. Este último buscará llegar al parlamento tucumano.
En La Cocha, el actual legislador provincial Leopoldo Rodríguez (PJ) procurará volver como jefe municipal a su ciudad, cargo que detenta en la actualidad su hijo. Este último buscará llegar al parlamento tucumano.
Las excepciones
En Simoca, Capital Nacional del Sulky, el jefe municipal Marcelo Herrera (PJ), desestimó que un familiar sea quien intente sucederlo y propuso a su actual jefe de gabinete, Elvio Salazar. En Yerba Buena, en donde manda el radical Mariano Campero, los candidatos a sucederlo son Manuel Courel, jefe de gabinete municipal, y Pablo Macchiarola, secretario de gobierno, ambos, del círculo más íntimo de actual titular del ejecutivo.
Con posibilidades de ser reelecto, en la turística ciudad de Tafí del Valle, a 2000 metros de altura, el intendente Francisco Caliva (PJ) irá por cuatro años más. Mientras que en el caso de Concepción, el jefe municipal Alejandro Molinuevo (UCR), quien sucedió en el 2021 al exintendente Roberto Sánchez (UCR), hoy diputado nacional y presidente del radicalismo tucumano, buscará ser electo en las urnas para continuar al frente del Poder Ejecutivo local. Cuando se hizo cargo era presidente del Concejo Deliberante.
La duda
Un gran interrogante es saber qué hará el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, presidente de su Partido por la Justicia Social (PJS), alineado a nivel nacional con el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. No puede ser reelecto y por estos días se encuentra enfrascado en la interna de JxC tucumana, puesto que aspira a encabezar la fórmula opositora que enfrente al oficialismo tucumano. Su rival es el radical Sánchez y a menos de 100 días de las elecciones provinciales no han podido llegar a un punto de acuerdo.
En medio de las marchas y contramarchas de esa interna, desde el alfarismo se señaló a elDiarioAR que Alfaro no está dispuesto a negociar y a reservarse para sí la elección de quien aspirará a sucederlo. Todo indica que para intentar garantizarse fidelidad y la continuidad de su proyecto, buscaría que sea su esposa, la senadora nacional Beatriz Ávila, candidata a intendenta de la capital tucumana.
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