El gobernador dijo que Jaldo ganará por “dos dígitos” y evitó referirse a la gestión nacional; el jefe de gobierno porteño desafió al kirchnerismo: “Ya se van”
Nicolás Balinotti
En un cierre de campaña casi inédito, sin actos ni manifestaciones ruidosas musicalizadas por bombos y trompetas, el peronismo tucumano, que encarna hoy Juan Manzur, eligió recorridas sorpresa por el interior de la provincia y evitó cualquier encontronazo con la prensa para tomar distancia de la gestión nacional del Frente de Todos. El gobernador se desmarcó de hasta de su propia equipo de asesores, a quien les dijo una cosa y finalmente hizo otra.
Tanto Manzur como Osvaldo Jaldo, su segundo y el candidato a sucederlo en la gobernación, no asistieron el miércoles pasado a la cumbre de gobernadores del PJ que exigieron una fórmula de unidad para las presidenciales. “Tenemos que intentar despegarnos lo máximo posible hasta que sean las elecciones”, reconoció la estrategia un histórico asesor del oficialismo desde la época en la que mandaba José Alperovich.
A través del aparato de comunicación propio, Manzur intentó llevar optimismo al oficialismo tucumano y proyectó un cómodo triunfo. “Ganaremos por una diferencia de dos dígitos”, dijo el gobernador, que fue más 500 días jefe de Gabinete de Alberto Fernández y exministro de Salud de Cristina Kirchner. “El lunes después del triunfo se va a volver a involucrar en la disputa nacional”, dijo a LA NACION una funcionaria con llegada al mandatario. Aquí el oficialismo evita hablar de inflación y los dirigentes locales esquivan el debate si debe haber PASO o no para definir los candidatos nacionales.
Todo lo contrario sucedió con la fórmula de Juntos por el Cambio, que tuvo un colorido acto en Concepción, la segunda ciudad más grande de la provincia de la que fue hasta hace poco intendente el radical Roberto Sánchez, un expiloto de rally que sueña con romper la hegemonía del PJ en alianza de Germán Alfaro, del Partido de la Justicia Social. “La carrera del cambio”, se tituló el cierre en el que el binomio recorrió la ciudad a borde de un auto de carrera. “Hicimos todo lo que teníamos que hacer, nos unimos, hemos recorrido la provincia, tenemos propuestas. Ahora solo falta plasmar la voluntad de cambio el domingo”, dijo Alfaro, que bajó sus pretensiones de encabezar la boleta en pos de la unidad opositora.
Sánchez y Alfaro, que el domingo esperarán los resultados en búnkeres separados, compartieron después un acto con Horacio Rodríguez Larreta, que llegó a la provincia en un avión privado tras un paso por Mendoza para apoyar a Alfredo Cornejo, que el domingo también tendrá elecciones en su distrito.
Junto con Larreta, la fórmula opositora montó un escenario en el Parque 9 de Julio y convocó a 4000 personas. Se pasaron por una pantalla gigante mensajes grabados de Patricia Bullrich y Gerardo Morales. Sánchez, que se involucró en la política hace 12 años de la mano de la UCR, tiene como referentes nacionales a Morales y Alfonso Prat-Gay. Alfaro, en cambio, es de raíz peronista y sindical, y comulga más con Larreta que con Bullrich.
“Hay que terminar con un gobierno de tantos años. Pasaron muchos años de bancarse lo mismo”, arrancó Larreta subido a un escenario estilo pasarela con la estética de Juntos por el Cambio, que es la primera vez que competirá en esta provincia con esa marca. El jefe de gobierno porteño intentó arengar con preguntas que el público no devolvía. Generó una reacción cuando apuntó contra el kirchnerismo. “Se va a acabar el gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner. Un gobierno que fracasó”, dijo Larreta, que prometió que si llega a la Casa Rosada estará “en Tucumán desde el primer día”.
Antes de Larreta, los oradores fueron Alfaro y Sánchez. Ambos agradecieron el apoyo que vino desde Buenos Aires. Sánchez nombró uno a uno en un intento de bajar los decibeles de una interna que escaló tras el intento de sumar a Juan Schiaretti. “Gracias Morales, Macri, Bullrich, Pichetto, López Murphy, Espert y Rodríguez Larreta”, enumeró el radical, en un intento de poner paños fríos en la interna nacional. Se abrazó con Alfaro, el peronista con el que se alió pese a las diferencias que están a la vista, y ambos apuntaron contra Manzur: “Vencimos a un adversario tramposo”.
Una música pegadiza acompañó el cierre de una noche en el parque símbolo de la provincia. Sánchez volvió a Concepción, su ciudad, a 90 kilómetros de esta capital, y Alfaro se fue a cenar con su familia. Larreta, siguió de campaña: reunió a la tropa del Pro tucumano y brindaron en una cervercería que está de moda.
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