Elecciones provinciales, entre septiembre y octubre

Elecciones provinciales, entre septiembre y octubre

El Gobierno sigue sin definir fecha y candidato, en medio de crecientes contradicciones. Son conscientes de que el resultado del domingo no anticipa una tendencia. Apuestan a involucrar a Macri para una elección que no viene bien y donde descontar diferencias no es fácil a esta altura.

Sergio Flinta quien aún se considera con posibilidades de que esta vez no sufra una nueva postergación como le pasó años atrás cuando fue ungido Arturo, aseguró ayer que las elecciones provinciales para elegir Gobernador y Vice, serán convocadas para la segunda quincena de septiembre o la primera de octubre, algo que anticipó EL LIBERTADOR, que las ubicó entre el 17 de setiembre y el 8 de octubre.

Respecto de los resultados de los comicios del domingo último, que mostraron el naufragio del trabajo de las encuestadoras, coincidió con su correligionario Carlos Vignolo que las encuestas que "nosotros utilizamos para elegir al candidato son para valoraciones cualitativas y no cuantitativas".

En los hechos algo de realidad hay, y algo se esconde en las manifestaciones del oficialismo. Los encuestadores con poca experiencia en la realidad provincial, y sin considerar las reglas de juego que se aplicaron no tuvieron el efecto de la tracción de las colectoras, que fue el arma secreta utilizada por el Gobierno, que el oficialismo municipal no supo calibrar cuando allanó la posibilidad de votar antes con boleta de papel, un error que a la postre resultó capital y selló sus propias posibilidades de un nuevo mandato.

A la luz de los resultados, el Gobierno cosechó por izquierda 37.000 votos que sacrificó en la lista de concejales para sumar a la fórmula municipal, con el efecto reflejo de mostrar un resultado que en los hechos no es tal como evidencia de potencial electoral.

Un clásico golpe de efecto para el que el oficialismo no tuvo respuesta.

Flinta habló de las estrategias políticas y el nombre del candidato de Encuentro por Corrientes, señalando que "el nombre ya está hace tiempo, no queríamos darlo a conocer porque estábamos trabajando para la Intendencia de Tassano". En los hechos no es así. Ni está, ni mucho menos Flinta lo conoce. Ricardo sigue deshojando la margarita en medio de las contradicciones que le genera las propias desconfianzas para con quien podría ser su sucesor.

Sostuvo que en breve darán a conocer quién será el elegido de la alianza gobernante, y añadió: "Ese será el próximo gobernador de Corrientes". Por otra parte, dijo que debe hacerse una lectura de cara a las provinciales y declaró que "aunque traten de despegarse, ayer (por el domingo) perdieron tanto Fabián Ríos como Camau Espínola".

Una lectura si se quiere simplista. Podría decirse que en la antevíspera ganó la astucia de un oficialismo que se opuso a pie juntillas a la reforma política, que abjuró del voto electrónico y que logró anticipar las elecciones, desdoblándolas de las provinciales, sabedor que en la precisa redoblaría la apuesta para que nuevamente se vote con boletas de papel y un festival de colectoras que le permitieron inundar los cuartos oscuros con papeletas por doquier, una práctica claramente distorsiva de la voluntad popular para la cual el gobierno municipal no tuvo reflejos como para atar la fecha de las elecciones al sí o sí del voto electrónico.

A la postre Colombi se salió con la suya. Al no convenirle el desdoblamiento legislativo, puso todas las fichas en la prueba piloto de Capital consciente de que al momento de la decisión sacaría el cuchillo bajo el poncho (aunque el intendente Ríos habló de un revólver en la cabeza) para que se vote a la vieja usanza sin importar los fallos del propio Superior Tribunal, que dejaron atrás la boleta al homologar el voto electrónico.

Con estas reglas de juego, amañadas y tramposas el Gobierno apeló a nueve colectoras que le reportaron 37.000 votos adicionales pero que a la hora de la lectura política con proyección sobre las provinciales, no son indicio de nada. Sirvieron sí para ganar la Intendencia aunque se pierdan dos concejales. Una práctica mañosa propia de quien, como Colombi, tiene muchos años de oficio y supo sacar ventajas nuevamente de cierto grado de ingenuidad a la hora de plantear una elección claramente anticipada sin un sentido político de una visualización provincializada.

El Gobierno terminó no solo provincializando la elección del domingo sino que por el involucramiento del propio Presidente se nacionalizó, mostrando un resultado que para interpretarlo debe ser mirado al derecho y al revés, analizando cómo y porqué se llegó a ello.

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