Los peruanos, que tuvieron cuatro mandatarios desde 2018, deberán escoger este domingo entre dos candidatos totalmente contrapuestos entre sí, en un balotaje marcado por la polarización y la inestabilidad política que arrastra el país desde hace años.
Los peruanos acudirán este domingo a las urnas para elegir en segunda vuelta al próximo presidente entre el sindicalista de izquierda Pedro Castillo y la ex legisladora de derecha Keiko Fujimori, en comicios que se anticipan reñidos y con la incógnita de cuánto y cómo influirán el voto en blanco, el de las zonas rurales, los residentes en el exterior y la abstención.
Con ciudades a lo largo del país empapeladas de propaganda política, los electores confrontan sus bajas expectativas en el próximo mandatario. El maestro de escuela rural y la hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori cerraron sus campañas el jueves en Lima con mítines con cientos de seguidores.
Keiko Fujimori, de 46 años, defiende la continuidad del modelo económico, tildado de neoliberal, que instauró su padre durante sus diez años de gobierno entre 1990 y 2000. Mientras que Castillo, de 51 años, aboga por un activo papel del Estado en la economía. Ambos encabezaron esta semana bulliciosos y coloridos mítines en diferentes ciudades buscando captar votos de los indecisos, que bordeaban el 18% en los últimos sondeos.
Las elecciones están condicionadas por el coronavirus y un alto escepticismo ciudadano, derivado del impacto económico de la pandemia y de una prolongada crisis que potenció la habitual fragmentación de la representación política y generó que en la primera vuelta, el 11 de abril, hubiera 18 candidatos presidenciales, el segundo número más alto en la historia del país.
Un dato importante sobre los dos candidatos. Ninguno de los dos superó el 20% de los votos en la primera vuelta. Castillo y Fujimori pasaron con 19,06% y 13,37%, respectivamente -entre los dos sumaron menos de un tercio de los sufragios-, con 18,21% de votos en blanco o nulos y 29,88% de inasistencia, según el escrutinio oficial de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
Las últimas encuestas de las cuatro principales firmas de opinión pública asignaron una leve ventaja a Castillo, pero en todos los casos en situación de empate técnico, con una diferencia inferior al margen de error.
Sin embargo, los sondeos no consideran la intención de voto de los peruanos empadronados fuera del país: son casi un millón de los 17,7 millones de ciudadanos en condiciones de votar. Asimismo, tienen dificultades técnicas para dimensionar el sufragio en las áreas rurales y entre aquellos ciudadanos que pueden sentirse avergonzados de su decisión en un contexto de alta polarización.
La campaña de cara a la seguna vuelta
La polarización se reflejó en una campaña plagada de acusaciones y noticias falsas contra los dos candidatos, que concentran altas dosis de "antivoto", como llaman los peruanos a la determinación de un ciudadano de no votar por un candidato bajo ninguna circunstancia.
Castillo dedicó buena parte de sus discursos a desmentir que tenga vínculos con Sendero Luminoso y el chavismo venezolano, así como que planee afectar la propiedad privada y alentar una reforma de la carta magna por fuera de las prescripciones constitucionales. También, debió tomar distancia del líder de su partido Perú Libre (PL), Vladimir Cerrón, condenado por hechos de corrupción ocurridos mientras fue Gobernador del departamento Junín.
En tanto, Fujimori, que encabeza el partido Fuerza Popular (FP), llegó a pedir "perdón" y "una nueva oportunidad" tras presentarse a este proceso electoral con la libertad restringida e investigada por presunto lavado de activos, y sin deslindarse del todo de la gestión de su padre, el expresidente Alberto Fujimori, preso por delitos de lesa humanidad y corrupción.
Por este motivo, en los últimos días se reprodujeron las masivas marchas contra ella que ya se habían realizado en 2011 y 2016, cuando también compitió en el balotaje presidencial y perdió en ambos casos, incluso en el último después de haber ganado holgadamente la primera vuelta.
La candidata de ancestros japoneses, que en su tercera campaña presidencial ha vestido la camiseta de la selección fútbol, afirmó que si gana Castillo Perú será como Corea del Norte o Venezuela: “Un gobierno de Castillo afectará directamente tu bolsillo", aseguró Keiko a sus compatriotas, a quienes promete rebajas de impuestos y subsidios.
Por su parte, Castillo, que niega ser comunista o chavista, afirmó que, si gana su rival, Perú va a seguir sumido en la corrupción y la desigualdad. "No más pobres en un país rico", repitió sistemáticamente durante las últimas semanas.
Otro signo relevante de la campaña fue el afán de los candidatos de buscar alianzas con el resto de los partidos, no solo para los comicios del domingo sino también con la mira puesta en un eventual Gobierno, pues ambos tienen bancadas minoritarias en el Congreso unicameral.
Votar en pandemia
Por otra parte y tal como sucedió en la primera vuelta, los comicios del domingo estarán condicionados por la pandemia de coronavirus.
La ONPE dispuso nuevamente un horario ampliado -de 7 a 19 (9 a 21 hora argentina) en vez del tradicional de 8 a 16- y 11.918 centros de votación, alrededor del triple de lo habitual, con el fin de favorecer el distanciamiento social, según la agencia de noticias Andina.
De esos locales de votación, 214 estarán en otros países, en los que están empadronados poco más de 977.000 ciudadanos, con los mayores números en Estados Unidos (310.378), España (152.381), Argentina (143.189) y Chile (117.140).
Asimismo, la ONPE recomendó un escalonamiento horario, con prioridad para adultos mayores, embarazadas y personas con discapacidad y riesgo de 7 a 9, y según el último número del documento de identidad en las 10 horas restantes.
Además, el organismo advirtió que a cada ciudadano se le tomará la temperatura al ingresar al centro de votación y si tiene más de 37 grados no podrá sufragar y se le extenderá un certificado para justificarlo, ya que el voto es obligatorio en Perú y su incumplimiento es pasible de multa.
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