Por: Artemio López. El escenario electoral sigue abierto. Las dos grandes coaliciones no logran definir una supremacía neta a nivel nacional. Concurren para ello varios factores algunos de los cuales lo conocemos y enumeramos rápidamente.
La fortaleza es la gestión de Kicillof y su notable intención de voto en un distrito que aporta el 38% de los sufragios generales y el 50% al Frente de Todos (FdT).
Según todos los estudios de opinión pública realizados en la provincia de Buenos Aires, distrito que representa el 38% del padrón nacional y el 50% de los votos oficialistas, el gobernador Axel Kicillof es hoy quien posee mayor intención de voto.
En cualquiera de los escenarios de internas que evalúan las múltiples empresas consultoras, aún las opositoras, se impone con contundencia a sus competidores por una ventaja de más de 10 puntos, mientras que en un escenario general, la diferencia sobre Diego Santilli, el opositor mejor posicionado, es de 12 puntos y se amplía si es contra otros posibles candidatos de Juntos por el Cambio.
Este panorama comenzó a consolidarse luego del intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner. Se dinamizó anticipadamente el proceso polarizador que se activa en los contextos electorales y en un movimiento de defensa de su líder, sus valores y su cultura política, el “núcleo duro” del kirchnerismo se aglutinó.
Desde ese trágico momento, sostenidamente en los distintos estudios de opinión que realizamos, se observa que la totalidad de los votantes del Frente de Todos, que mantuvieron su apoyo en el año 2021, volverían a votar al espacio ubicando sus preferencias mayoritariamente en el gobernador.
Vale destacar también que Kicillof presenta mayor correlación en imagen e intención de voto respecto a la figura de la Vicepresidenta. Fideliza al máximo el voto de Cristina Fernández de Kirchner, e incluso para alguna empresa de consultoría, lo supera en el interior de la provincia y en votantes jóvenes.
Por su parte, lo que podemos denominar “núcleo blando”, que incluye a votantes del Frente de Todos que no mantuvieron su voto en 2021, también regresó a su intención de voto oficialista luego del intento de magnicidio.
Del total del universo de votantes del Frente de Todos en 2019, según la empresa Proyección Consultores, el 55% mantenía su apoyo previo al jueves primero de septiembre, luego de los terribles sucesos de ese día, el apoyo creció al 75% de la intención de voto a Kicillof asociado al crecimiento de la valoración de su gestión, que marca una tendencia en alza durante el último semestre, con una suba mayor a un 7% en 180 días.
En términos porcentuales, los niveles de rechazo de su gestión no superan el 40%, lo que representa el núcleo histórico de voto antiperonista bonaerense.
Otro factor importante a considerar es la persistencia de opciones de ultraderecha, aún incipientes en 2021, que toman votos de Juntos por el Cambio.
El “efecto Milei”, que ya operó diluyendo el comparativamente pobre caudal electoral de María Vidal en la última elección de la Ciudad de Buenos Aires, se nacionalizó, logró cruzar la General Paz, y los distintos territorios de la Provincia no son su excepción.
En efecto, tanto la figura de Milei, y un candidato eventual como Fernando Burlando (en la simulación de la citada empresa consultora Proyección , aún no publicada, ya roza los10 puntos), así como la candidatura del espacio de ultraderecha bonaerense de José Luis Espert, en crecimiento en los últimos meses, representan un gran problema para Juntos por el Cambio.
Este combo de archipiélago opositor sin duda favorece las posiciones oficialistas nítidamente, que tienen como principalísimo escollo, no a los quiebres internos, recordemos que en el año 2021 marcho en unidad de cúpulas a las elecciones y se quebró por abajo perdiendo más de 4 millones de votantes que lo acompañaron en el año 2019.
Las trabas principales que impiden despejar el panorama electoral en favor de la continuidad oficialista surgen de su política socioeconómica y su mirada conceptual, estratégica.
Desde el punto de vista conceptual, señalaremos dos errores evidentes, sin pretender cerrar el tema.
Primer error: Muchas veces el oficialismo y muchos comunicadores "propios" reproducen la agenda opositora, criticándola. Es la 'trampa reactiva', que para el socio lingüista George Lakoff, se produce porque en nuestro caso, los peronistas han dejado que 'en casi todos los temas los conservadores definan el marco del debate.
Los peronistas necesitamos ´un conjunto de políticas proactivas y de técnicas de comunicación para transmitir nuestros propios valores según nuestros propios términos'.
Segundo error conceptual claro del oficialismo es la búsqueda a veces grotesca del “centro político”.
Empíricamente en todas las elecciones acontecidas en la región quedó demostrado que “el centro político no existe", tal como lo señala en El Destape Alfredo Serrano Mancilla y describe en teoría Lakoff, "es imposible que la mayoría de los asuntos puedan colocarse en una escala lineal y los moderados estén siempre en el punto medio de las escalas. Primero, porque muchos de ellos son asuntos de “sí o no”: no hay escala".
No existe el centro, sí existen lo que Lakoff llama "biconceptuales", personas que en algunos aspectos de la vida son conservadoras y en otros son progresistas.
Para evitar la "trampa del centrista", el pensador estadounidense cree fundamental no caer en la tentación de viajar al centro: Muchos peronistas creen que deben “escorarse a la derecha” para conseguir más votos. En realidad, este es un error. Al acercarse a la derecha, los peronistas refuerzan los valores de la derecha y renuncian a los suyos; y, además, “se alejan de sus bases".
Por si no quedara claro, Lakoff recuerda que los conservadores no lograron el éxito acercándose a la izquierda, "tuvieron éxito activando la cosmovisión conservadora".
No se construyen mayorías avanzando desde "el centro" hacia los "núcleos duros". Por el contrario, afirmados en los polos, se expanden los consensos hasta disputar el centro.
Lo contrario es pérdida de identidad, angostamiento de la base de representación y luego derrota electoral. Lo sabe bien Cristina Kirchner y también, hay que decirlo, Mauricio Macri.
Cuando Néstor Kirchner, tras la crítica derrota del año 2009 concluyó en que "perdimos por no profundizar", ofreció un ejemplo teórico-práctico de afirmarse en los núcleos para expandirse hacia el centro tras una situación de quiebre electoral. Esa conclusión es la base del triunfo de 2011.
En referencia a la política socioeconómica, hoy en materia de distributiva aún no estamos ni cerca de finales del año 2015, ni siquiera mejor que en 2019.
Se puede argumentar mucho sobre por qué un gobierno popular - democrático no puede torcer el patrón distributivo instalado por un gobierno neoliberal, todas las opiniones son atendibles y toda derrota tiene una explicación, pero como señalaba el sociólogo Norberto Ivancich: “Las ´ideas´ son los efectos que producen”.
Al respecto solo señalaremos que tuvimos dos años de récords de exportaciones y baja en el desempleo que está cerca de sus mínimos históricos, pero con franca caída salarial en particular y de ingresos en general sostenidas en un patrón distributivo muy regresivo.
La salida exportadora no parece estar impactando en el bolsillo de los argentinos del medio a la base de la pirámide social.
Al respecto señala el economista y ex director del Banco Nación, Claudio Lozano:
“Si comparamos el año 1974 con el año 2021, la suba exponencial de las exportaciones, coinciden con el desplome monumental del salario.
Un aumento del 1882% en las exportaciones medidas en dólares se acompañó de un incremento de la pobreza de un 850%.
El salto exportador coexistió, agrega Lozano, con el hundimiento de las condiciones de vida de la mayor parte de la población. No existe relación lineal entre el incremento de las exportaciones y mejores perspectivas sociales”.
Para corroborar que tal como señala Lozano no existe relación lineal entre las exportaciones y las condiciones materiales de existencia de la población, con datos oficiales del Ministerio de Desarrollo Productivo Sabemos que el salario formal promedio al 3 de febrero de este año fue de $161.939, en tanto la canasta de pobreza subió en enero 7,2% y un hogar de 4 miembros necesitaba $163.538 para no ser pobre.
Los datos son elocuentes, se necesita exportar, es una verdad de Perogrullo, pero esa condición no supone desatender las condiciones de vida de la población pues el crecimiento económico sigue anclado en una proporción muy mayoritaria al mercado doméstico y al salario.
En este sentido y desde otra perspectiva de análisis el RIPTE, que se define como la remuneración promedio sujeta a aportes al Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que perciben los trabajadores que se encuentran bajo relación de dependencia y que han sido declarados en forma continua durante los últimos 13 meses, muestra una evolución descendente notable. El RIPTE no refleja necesariamente la evolución de los salarios del empleo registrado privado.
Esto se debe a que las características metodológicas del RIPTE elaboradas en función de los objetivos que persigue el indicador, plantean un conjunto de definiciones sobre el empleo y los conceptos salariales, que no incluyen a la totalidad del empleo asalariado registrado privado ni a todos los conceptos salariales que perciben.
Sin embargo, las variaciones de la RIPTE son muy importantes ya que intervienen en el cálculo de la movilidad jubilatoria del Régimen General del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y en el cálculo de las indemnizaciones por accidentes de trabajo.
Más allá de consideraciones metodológicas, su último registro, en el mes de enero del año 2023, fue de $201.580,26 su variación mensual de 3,2% mientras el IPC general del mismo mes llegó al 6% y alimentos al 6,8%.
Como consecuencia tenemos hasta la última medición conocida el RIPTE más bajo de la serie en los últimos 16 años.
Por otra parte. el Salario Mínimo, Vital y Móvil aumentará un 15,6% en abril, y será de $80.342. Una línea de pobreza para hogar tipo 2 metropolitano (4 miembros) ascendió en febrero a $163.000 mensuales.
Como se observa en el gráfico, está en sus mínimos históricos desde el año 2015 cuando Cristina Kirchner abandona el gobierno con el más alto SMVM regional medido en dólares y poder adquisitivo interno.
Técnicamente el Salario mínimo vital y móvil, es la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión.
Pero, además, este monto es un indicador para calcular la liquidación del Salario Social Complementario del plan Potenciar Trabajo del Ministerio de Desarrollo Social y el Programa Acompañar bajo la órbita de Mujeres, Géneros y Diversidad.
El SMVM no sólo impacta en las prestaciones mencionadas, sino que también lo hace en los requisitos para acceder a otros programas como las Becas Progresar del Ministerio de Educación y a la Asignación Universal por Hijo (AUH) de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES).
En línea con lo dicho anteriormente, la participación de los trabajadores sobre el PIB según estudios de la Universidad de José C Paz está en el 43,6% en el tercer bimestre de 2022, último dato disponible.
Muy preocupante porque supone una caída de 3,1 puntos respecto a la participación que tenían cuando la población desalojara con su voto a Mauricio Macri de su catastrófico gobierno (el peor en término de daño social desde 1983) y 10,6 puntos respecto a la participación que tenían cuando Cristina Fernández deja el gobierno.
Corregir entonces el rumbo socioeconómico de sesgo netamente exportador a la espera del “derrame” y con muy bajo impacto en los niveles de ingreso familiares es la tarea pendiente para el oficialismo, no sucederá de la noche a la mañana, pero hay que dar señales claras de la intención de hacerlo, tiempo no sobra.
Es la condición que le resta para definir favorablemente su continuidad en octubre.
La gran traba , la peor herencia del macriato, es el cepo que impone al desarrollo de una política socioeconómica soberana el pésimo acuerdo con el FMI que pactara delictivamente el gobierno de Macri pero convalidara el ministro del FDT Martín Guzmán.
Una aberración de la que solo mostraremos el perfil de deuda, vencimientos de capital e intereses de la deuda pública en moneda extranjera desagregada por provincia.
Como se observa, las exigencias de pago son incompatibles con el desarrollo económico con equidad. Pagamos o crecemos y distribuimos, ambos objetivos son incompatibles.
Como señala el economista Horacio Rovelli: Sin saber quiénes se quedaron con los 45 mil millones de dólares que le prestó el Fondo Monetario Internacional al gobierno de Mauricio Macri, la Cámara de Diputados finalmente dio media sanción y giró al Senado un proyecto de acuerdo que con ahorro argentino seguirá pagando los intereses generados por el stand by de 2018 y renovará el capital con un nuevo préstamo a 10 años de plazo y cuatro años de gracia. Cumpliendo con todos los requerimientos, la deuda con el FMI se terminaría de cancelar en el año 2034.
El plan acordado disminuye los subsidios energéticos y al transporte, y lo que es peor incluso: permite el aumento generalizado de los precios, sobre todo de los alimentos, una dinámica inflacionaria agravada por el conflicto entre Ucrania y Rusia que los grandes empresarios locales trasladan al país, como lo demuestran los precios de la carne, el maíz y el trigo.
Máximo Kirchner lo señalo claramente en Avellaneda este 11 de Marzo:
“… nunca les mentimos cuando les dijimos a qué venía el FMI. Y si bien Mauricio Macri es el principal responsable, quizás si nuestro frente político hubiese tenido mayor decisión y coraje nuestra realidad y la negociación se hubieran dado de otro modo".
Agregando complejidad al acuerdo dado al préstamo delictivo que pactaran Macri y el FMI, si se observa lo ocurrido con la evolución del IPC desde el acuerdo que se diera al maridaje durante el actual gobierno. Como se ve en el cuadro el IPC anualizado se dispara, no se puede negar el motor inflacionario que supuso, cuyo récor llegó con el actual 102,5% anual.
En fin, el ministro Sergio Massa sabe muy bien lo que sucede, siempre objetó la modalidad del acuerdo que perpetraran Macri y el FMI y convalidara Guzmán, objeción que fue el motor de la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque en la cámara baja.
Ojalá logre el objetivo de comenzar a rediseñar el modelo de política económica de sesgo exportador y reprimarizante, mejore las expectativa lo que supone aumentos de ingresos familiares (salarios, planes, jubilaciones, pensiones, etc.) al tiempo que pueda repactar el acuerdo delictivo con el FMI,
Ojalá tenga éxito porque, parafraseando al Bambino Veira, enfrente …“Vi al demonio”.
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