En las PASO el Frente de Todos perdió en 6 de los 8 distritos que eligen representantes a la Cámara alta y en noviembre arriesgará el quórum en el recinto que preside Cristina Kirchner
Por: Joaquín Mugica Díaz.
El próximo jueves, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el senador nacional Martín Lousteau, arribarán a La Pampa para tener una agenda cargada de actividades de campaña. El destino no es casual. Tampoco el momento. A una semana y media de las elecciones, la provincia ubicada en el centro del país es la única de las que se eligen senadores que en el peronismo confían en poder dar vuelta en las elecciones legislativas del 14 de noviembre.
Pocos días atrás, la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, visitó la provincia. Hay una intención manifiesta de Juntos por el Cambio de mostrar a sus figuras en el territorio para colaborar con la contención de votos post PASO. Es el distrito clave que miran los dos jugadores fuertes de la elección. El Frente de Todos en búsqueda de dar vuelta la elección y la oposición trabajando para retener la conseguido y mantener la diferencia.
En estas elecciones hay ocho provincias que recambian sus legisladores para la Cámara alta: Catamarca, Chubut, Corrientes, Córdoba, La Pampa, Mendoza, Santa Fe y Tucumán. Depende de cómo le vaya al oficialismo, podrá o no mantener el quórum propio en el Senado. El panorama es complejo.
La Pampa es la única que figura en el radar del peronismo para concretar una posible remontada. En las elecciones primarias, Juntos por el Cambio sacó el 48,82% de los votos en una interna con cinco candidatos. El peronismo, oficialismo local, obtuvo diez puntos menos: 38,16%.
El Gobierno asume que perderá en la mayoría de las provincias donde se eligen senadores
La distancia es grande. Sin embargo, en el Frente de Todos recuerdan que el peronismo pampeano ya ha logrado hazañas similares. En el 2017 dieron vuelta la elección legislativa y pudieron consolidar el proyecto político en el trayecto que unió esos comicios con los del 2019, donde el ex gobernador Carlos Verna ungió a Sergio Ziliotto como su reemplazante en el gobierno pampeano.
La relación actual entre ambos es distante y una movida política del ex mandatario podría complicar al peronismo en el momento en que los pampeanos tengan que votar el domingo 14 de noviembre. Verna se corrió de la campaña y su dirigente de confianza, Fernanda Alonso, que gobierna General Pico, la ciudad de donde es el ex gobernador, pidió licencia. Ambos se ausentaron en la etapa final.
Fue un movimiento extraño que lo único que hizo fue complicar el andamiaje peronista. En General Pico la oposición sacó 7000 votos más que el peronismo, sobre un total de 20.000 que sacaron de ventaja en toda la provincia. La campaña y el resultado en esa localidad del interior son claves para tener alguna aspiración a dar vuelta la elección.
En la coalición gira el rumor de un boicot de Verna a Ziliotto. En el gobierno pampeano asumen que la relación no es la mejor, pero dicen que no les consta que el ex mandatario le haya pedido a intendentes que le responden que no hagan campaña por la boleta peronista. Verna está completamente corrido de la campaña. Ausente. Su silencio deriva en nuevas interpretaciones y el círculo no se termina de cerrar.
Ziliotto pareció diferenciarse en las últimas horas cuando sacó un spot publicitario en el que dice: “Votá mis candidatos, votá al Frente de Todos”. Una señal clara hacia el peronismo pampeano. Se puso al frente de la campaña para contener el voto oficialista y empujar una posible recuperación. Con o sin Verna, tiene que mejorar el resultado que obtuvo el peronismo dos meses atrás.
El oficialismo podría perder entre 5 y 6 senadores en la renovación de la Cámara alta (Comunicación Senado)
Según las encuestas que manejan en la oposición, el Frente de Todos logró descontar cuatro puntos después de las PASO, pero consideran que no pone en riesgo el resultado final de la elección. Asumen que ganarán, pero por un margen menor. Además, advierten que el conflicto político que se generó entre el ex gobernador y el actual mandatario les jugará en contra.
El Gobierno ganó solo en Catamarca y Tucumán. En las otras seis provincias perdió. En ambos distritos del norte no tendrá problemas para sostener el triunfo. En Catamarca, donde gobierna Raúl Jalil, uno de los gobernadores más alineados a la Casa Rosada, la diferencia fue de 20 puntos. El peronismo sacó 51,1% y Juntos por el Cambio 31,40%.
En la oposición tienen datos que les arrojan un resultado similar. Quizás con un leve recorte de la distancia. Pero la dan por perdida. En el oficialismo creen que podrán ampliar la brecha aunque muy poco. Respecto a Tucumán, el peronismo ganó por una diferencia menor a la catamarqueña, pero el voto está consolidado. Juntos por el Cambio no tiene margen para poder creer los 13 puntos de distancia que existen.
En las PASO, la fórmula que encabeza Pablo Yeldlin, hombre de extrema confianza del jefe de Gabinete, Juan Manzur, sacó 48,68%, mientras que la oposición alcanzó el 35,25%. Al igual que en Catamarca, los opositores no ven un escenario demasiado diferente. La derrota está firmada.
Tucumán es un distrito con una fuerte impronta peronista. Actualmente el peronismo tucumano cuenta con un voto menos en el Senado debido a la licencia que se tomó José Alperovich luego de ser acusado de abuso sexual. En resumen, tanto en Tucumán como en Catamarca conservarán los dos senadores de la mayoría. Las dos están en la escueta lista de siete provincias en las que el Frente de Todos ganó sobre un total de 24 distritos electorales.
Alberto Fernández junto al gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto
En Córdoba, el Frente de Todos sufrirá una dura derrota. Ya es un hecho. En las PASO quedó en el tercer lugar con el 10,9% de los votos. Se quedará sin senadores en el bloque debido a que Carlos Caserio, que se candidateo para renovar su banca, es el único legislador cordobés del peronismo en la Cámara alta.
Ese lugar lo ocupará Alejandra Vigo, la esposa del gobernador cordobés, Juan Schiaretti. Hacemos por Córdoba, la fuerza que conduce el mandatario, quedó en el segundo lugar en las primarias con el 24,44% de los votos. El primer escalón fue para Juntos por el Cambio que, en una interna con cuatro participantes, se quedó con el 47,80% de los votos. Para el Gobierno, Córdoba es un territorio perdido.
Lo mismo sucede con Mendoza, donde la Casa Rosada asume con absoluta resignación que perderán la elección. La fuerza política que lideran los radicales Alfredo Cornejo y Rodolfo Suárez obtuvo el 43,07% de los votos, mientras que la boleta peronista que encabezó la dirigente de La Cámpora Anabel Fernández Sagasti se quedó con el 25,23%.
Según las cuentas que hacen en Juntos por el Cambio en base a trabajos de consultoría y a los datos que provienen de los intendentes, en ambas provincias podrán aumentar la ventaja. En el peronismo dan por perdido ambos distritos. y solo esperan que la derrota sea lo más digna posible.
El Frente de Todos tiene una elección complicada por delante y podría perder el quórum en el Senado (Comunicación Senado)
En Corrientes tampoco hay margen para un crecimiento importante del peronismo. En las PASO, Juntos por el Cambio obtuvo el 58,90% y el Frente de Todos se quedó con 34, 45%. La gestión del radical Gustavo Valdés tuvo un enorme respaldo en agosto. El gobernador renovó su mandato con el 77% de los votos. En el gobierno correntino dan por descontado que, de mínima, mantendrán la distancia. Están seguros de que obtendrán una victoria mayor a los veintes puntos.
En lo que respecta a Chubut, Juntos por el Cambio ganó por 13 puntos. Pocos días después de las elecciones del 12 de septiembre en el Gobierno creían que era una provincia remontable. Pero la expectativa se fue diluyendo con el tiempo. No hubo medidas nacionales que lograrán inclinar la balanza en los sondeos.
En la oposición creen que el conflicto mapuche que estalló en la región terminará perjudicándolos ya que el peronismo no tiene una posición firme frente a un tema que genera mucho malestar en la sociedad patagónica. En esta etapa final de la campaña todos los temas que queden arriba de la mesa influirá, de alguna u otra manera, en el resultado de las elecciones.
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