Es una elección legislativa y no una ejecutiva. Estamos en el 2021 por más que muchos piensen en el 2023. Un error que perjudica a los argentinos pero seguramente beneficias a las egoístas estrategias de algunos políticos.
Por: Fernando José Kohutiak.
Tenemos que tener bien en claro que es una elección legislativa y no una ejecutiva. Estamos en el 2021 por más que muchos piensen en el 2023. Un error que perjudica a los argentinos pero seguramente beneficias a las egoístas estrategias de algunos políticos.
Tenemos que tener muy en claro que necesitamos personas con ideas y mucho criterio en el Congreso. No estamos eligiendo un Presidente ni votando un candidato a gobernador o a jefe de Gobierno.
A pesar de ello, muchos de los candidatos en estas elecciones legislativas ya han manifestado sus intenciones a ejercer un cargo ejecutivo en el futuro próximo, o sea en el 2023, por lo cual de ser electos este año asumirán con la clara intención de no finalizar su mandato.
Un político si después de ser electo y asumir quiere renunciar tienen que ser libre de hacerlo, pero a la vez deberían estar imposibilitado de postularse a otro cargo hasta que finalice el período por el que fue elegido.
Por ejemplo, un diputado que es elegido y asume el 10 de diciembre de este año puede renunciar cuando quiera pero hasta el 10 de diciembre del 2025 no tendría que poder postularse a otro cargo. Así, por ejemplo, María Eugenia Vidal, Leandro Santoro, Javier Milei, Myriam Bregman o Luis Zamora, de ser electos, no podrían postularse a Jefe de Gobierno o a cualquier otro cargo hasta el 2025.
Pero dudo que los mismos políticos voten una ley que limite sus ambiciones y fomente la aparición de caras nuevas.
Ante esta situación, los argentinos si sabemos en qué año estamos y no podemos pensar en el 2023 como muchos políticos.
La falta de trabajo, de educación, de inseguridad y tantas otras falencias del país son las preocupaciones de los argentinos de bien, que en muchos casos se ven obligados por la incapacidad, ineficiencia o intencionalidad de la mayoría de los políticos a abandonar el país en busca de una mejor vida.
Pero claro estos políticos no tienen ese problema y se pueden dar el beneficio de plantear sus estrategias personales a largo plazo. Están sumergidos en la rosca política y no ven lo que sucede antes sus narices: la necesidades de la gente. Prefiero creer esto y no pensar que las ven y no hacen nada porque no les importa.
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Tan enceguecidos están por su afán político que no pueden pensar en otra cosa que en sus propias ambiciones. Por eso necesitan un receso de su actividad parlamentaria hasta después de las elecciones.
Triste realidad de la Argentina que no tendría que ser así. Aquel político en funciones no debería participar de en una campaña. Una vez electo su principal prioridad tiene que ser la sociedad y no cubrir las falencias de cuadros políticos, nuevos y relevantes, de su partido o alianza electoral.
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