Con una infraestructura sanitaria al borde del colapso que impide proveer agua potable a todos los rafaelinos y garantizar un tratamiento eficiente de los líquidos cloacales en la planta ubicada en barrio Villa Podio, la Municipalidad de Rafaela y un conjunto de entidades decidieron crear el Foro del Agua que tendrá, como primer trabajo, el diseño de un plan director en el que se definirán cuáles son las obras prioritarias.

"Estamos en una situación muy compleja que tiene que ver con la provisión de agua y cloaca en la ciudad. Es necesario que tomemos el tema como política de Estado y podemos avanzar hacia la elaboración de un plan director propio de agua y cloaca", afirmó el intendente, Luis Castellano, durante una conferencia de prensa que brindó junto a los representante de instituciones en su despacho. Fue después de haber sentado las bases para conformar el Foro del Agua, al que definió como "una mesa que se mantendrá en estado deliberativo y ejecutivo durante el tiempo que sea necesario".

El presidente del Concejo Municipal, Daniel Ricotti, el titular del Colegio de Arquitectos, Carlos Brarda y del Centro Comercial e Industrial, Germán Gaggiotti, junto al representante de la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Rafaela, Marco Boidi, y el desarrollador Guillermo Eguiazu fueron algunos de los participantes del encuentro. Sin confrontar pese al malestar generalizado que existe contra Aguas Santafesinas (ASSA) por la calidad de los servicios que brinda, Castellano señaló que "esta mesa no es contra nadie, es a favor de la ciudad".

El flamante Foro del Agua ahora buscará redactar un convenio que luego firmará con la UTN con el objetivo de constituir equipos técnicos que se encarguen de elaborar un "estudio técnico que incluya un diagnóstico y un plan de obras". Castellano remarcó que "buscamos salir de la discusión en el plano político sobre los servicios y entrar a un debate técnico que sea útil para resolver qué inversiones son urgentes para que los rafaelinos tengan un futuro que se merece en lo que hace a los servicios sanitarios".

Para el Intendente, el "desarrollo inmobiliario y crecimiento general de la ciudad va a un ritmo que supera ampliamente a la velocidad con la que se realizan las inversiones en agua y cloaca, por tanto si no tomamos medidas y no armamos un plan director la situación se agravará sustancialmente". "No sólo se trata del acueducto. Esa es la pelea final, pero mientras tanto hay muchas acciones que desarrollar, como por ejemplo conocer el estado actual de las redes de la ciudad para saber si van a resistir la presión de agua una vez que el acueducto sea un hecho", expresó.

Una vez más Castellano lamentó ante una consulta de este Diario, que "Rafaela no conozca el proyecto del nuevo acueducto que ejecutará la Provincia, lo normal sería que se informe cuál es el volumen con el que se abastecerá a Rafaela teniendo en cuenta la proyección de crecimiento de Rafaela, pero la Provincia no nos informa nada a pesar de nuestros pedidos, el gobernador (Antonio) Bonfatti no nos respondió aún la nota que le enviamos hace varios meses".

Por su parte, Gaggiotti, consideró que es prioritario "poner la infraestructura de Rafaela a la altura del desarrollo de la ciudad". En tanto, Boidi señaló que "la idea es estudiar sistemas de abastecimientos de agua y desagües cloacales como un todo" y que la premisa no sólo es "garantizar un mayor abastecimiento de agua, sino también racionalizar el consumo y distribuirla adecuadamente".

Nuevamente se coincidió en que el mal estado de la red domiciliaria es determinante para que se pierdan entre el 30 y 40 por ciento de los 1.700 metros cúbicos por hora que tiene disponible la ciudad (1.300 llega a través del acueducto desde Esperanza y 400 m3 se generan en la planta de ósmosis inversa). En este sentido, se acordó insistir con el reclamo a ASSA para que brinde un informe sobre el estado de las cañerías, un insumo vital para decidir un reemplazo gradual principalmente en el macrocentro.

Con respecto a las cloacas, como la expansión del sistema está limitado a imposibilidad de la planta de tratamiento de recibir mayores volúmenes, se corre el riesgo de caer en una emergencia sanitaria. Al respecto, Boidi dio un dato que ilustra el problema: cuando un barrio que importa el agua a través de la red domiciliaria no puede volcar esos líquidos a las cloacas, es como que soportaría una lluvia anual de 300 mm que aumenta la presión sobre las napas.