La compleja situación hídrica por la que atraviesa la provincia obliga a que los jujeños a modificar el habitual consumo de agua durante la temporada de altas temperaturas, mientras el Gobierno encara un proyecto de obras con una inversión de 270 millones de pesos que optimizarán el servicio.
“Los jujeños están pagando las consecuencias de 30 años de desidia en ese tema”, enfatizó el secretario de Comunicación y Gobierno Abierto, Raúl García Goyena. Remarcó que en ese tiempo no se hicieron obras de envergadura que proyecte un incremento sostenido del consumo a lo largo del tiempo como consecuencia del crecimiento demográfico de las ciudades más grandes de la provincia.
“En la planta de La Urbana, que abastece a San Pedro, están con una obra sin concluir hace 12 años”, ejemplificó. Con respecto a la ciudad de San Salvador y zonas aledañas, indicó que el abastecimiento más importante se da a través del flujo que ingresa por la toma del río Guerreo que tiene como destino la planta de Reyes, caudal que resulta insuficiente en períodos en los que las precipitaciones son escasas, a lo que se le suma el incremento poblacional.
“En el último año tenemos cerca de 14 mil nuevos usuarios y como en su momento no se hicieron las obras correspondientes hoy sufrimos la falta de agua”, subrayó.
Señaló que la Provincia tiene proyectada una importante obra hídrica, por un monto de 270 millones de pesos, que tiene como objetivo la optimización del servicio. El proyecto estaría concluido a fines del 2017 y contempla ampliar el abastecimiento de la planta potabilizadora de Reyes con aguas del río Yala y de las vertientes de Lozano, con lo que se incrementaría considerablemente la cantidad de líquido a procesar para el consumo hogareño.
“Realizar obras también trae problemas porque hay que cortar el agua y distribuir con mecanismos que a la gente le fastidia, y con justa razón”, añadió.
Apuntó que “esto no se soluciona en una semana” y afirmó que “vamos a solucionar el problema, estamos trabajando para eso, pero la gente debe saber que va a llevar tiempo”.
“Sabemos que los cortes programados son odiosos pero son necesarios en este tiempo en el que el clima no ayuda y se tiende a consumir más agua, pero debemos ser conscientes que estamos pagando las consecuencias de que durante 30 años no se hizo nada”, concluyó.
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