Un estudio científico fue publicado en la revista de la Sociedad Argentina de Pediatría. Sus resultados sirven para profundizar cambios ya en curso.
POR LORENA RONCAROLO
Uno de los principales componentes de las dietas poco saludables que consumen las niñas, los niños y los adolescentes es el consumo excesivo de bebidas azucaradas. Se sabe que a lo largo de la vida ese consumo contribuye al aumento del peso, al incremento del riesgo de diabetes tipo 2, afecciones cardíacas y otras enfermedades crónicas, así como las caries de los dientes.
En Río Negro, se estudió por primera vez cuál es el impacto de las bebidas azucaradas en la salud infantil. Se detectó que el nivel de consumo está asociado a más de 6.600 casos de personas con sobrepeso y obesidad en la provincia. En la adultez, serán más de 17500 casos de exceso de peso.
El trabajo fue publicado en la revista especializada Archivos Argentinos de Pediatría, de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Esos 6.600 casos representan el 20 % del total de casos de obesidad que son atribuibles a las bebidas azucaradas. El grupo de investigadores escribió que es “un valor relevante, aunque mejor que lo atribuible para la Argentina”.
Qué implican los resultados del estudio
Lo llamativo es que más del 27% de los casos de obesidad infanto juvenil puede atribuirse al consumo de bebidas azucaradas a nivel nacional. Ese porcentaje es del 20% en Río Negro. Así lo concluye un estudio que fue realizado por la Universidad Nacional de Río Negro, el hospital Ramón Carrillo de Bariloche, la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Fundación Interamericana del Corazón y el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (asociado a la UBA).
¿A qué se debe que Río Negro tenga un porcentaje menor -aunque no menos preocupante- que a nivel país? Los expertos coinciden en que es una de las pocas provincias que, ante los números alarmantes, desde 2017 ya está trabajando en la prevención de la obesidad infantil. Se empezó con la implementación de los kioscos saludables en las escuelas (con la prioridad de frutas, lácteos, cereales, agua y bebidas reducidas en calorías) y una ley provincial prohíbe la exhibición de alimentos no saludables (como golosinas) en la línea de cajas de los supermercados.
El trabajo de investigación sobre las bebidas azucaradas se llevó a cabo entre 2022 y 2023. «Nos presentamos a una convocatoria para acceder a una beca de investigación que otorgaba el Ministerio de Salud de Nación de la gestión anterior a fin de fomentar la investigación en temas estratégicos del país», contó Germán Guaresti, uno de los investigadores del estudio y director de la carrera de Medicina de la Universidad Nacional de Río Negro.
El consumo de bebidas azucaradas en la niñez aumenta el riesgo de tener obesidad, una enfermedad que también puede causar problemas cardiovasculares. Foto: archivo
De esta forma, se accedió a la beca de Salud Investiga que permitió un primer estudio a nivel nacional y luego, otro provincial con la mirada puesta en la población de Río Negro.
Se empleó un modelo de simulación matemática con enfoque de evaluación de riesgo comparativo en la población rionegrina de 0 a 17 años. «El objetivo fue evaluar la carga de obesidad atribuible al consumo de bebidas azucaradas a corto y largo plazo, el impacto en la salud y los costos médicos directos», especificó Guaresti.
Para el análisis se emplearon las bases de datos públicos disponibles de la Encuesta Nacional de Alimentación, la información regional del programa Salud Escolar y el Programa Sumar. Con esos valores se logró determinar el patrón de consumo de bebidas azucaradas en las infancias.
Cuáles son los datos que preocupan
El estudio arrojó que el 20% de los casos de malnutrición por exceso de peso en Río Negro está determinado por el consumo de bebidas azucaradas. No fue el único dato alarmante: el promedio de consumo de estas bebidas es de 340 mililitros por día. Un valor elevadísimo. En este sentido, la prevalencia de sobrepeso y obesidad fue del 16% y 11% respectivamente. Se estimaron más de 6.600 casos de exceso de peso en niños y adolescentes y más de 17.500, en la adultez como así también 34 muertes atribuibles a las bebidas azucaradas y 3.200 casos de diabetes.
«El consumo de bebidas azucaradas produce un incremento en el índice de masa corporal en menores de 18 años a corto plazo. Esto aumenta el riesgo de contraer enfermedades en la vida adulta, como diabetes, accidentes cardiovasculares, cáncer, problemas articulares. Un sinfín de enfermedades y muertes», advirtió el médico de Bariloche.
Agregó que también genera un impacto a nivel de ausentismo laboral por las enfermedades asociadas que implican internaciones o períodos de discapacidad. E incluso, en la aparición de caries. «El informe subvalora la carga de enfermedades que, sabemos, es mayor. También trae aparejado mucho sufrimiento a las personas ya que tiene un fuerte impacto emocional. La obesidad genera discriminación», acotó.
Las empresas que comercializan las bebidas azucaradas alientan el consumo mediante agresivas campañas de marketing cuyos principales destinatarios son los niños y adolescentes. En la Argentina, detalló el estudio, 9 de cada 10 alimentos publicitados en programas infantiles tiene bajo valor nutritivo y las bebidas azucaradas resultan ser las más promocionadas.
El estudio analiza también qué pasaría ante la implementación plena de la Ley de Promoción de Alimentación Saludable, aprobada en Argentina en 2021 que incluye el etiquetado frontal (sellos con forma de octógono de color negro que advierten sobre un exceso de azúcar, grasas, sodio y calorías en los alimentos), la protección de los entornos escolares y la prohibición de la publicidad de productos alimenticios no saludables dirigidas a las infancias, ya sea en los clubes, gimnasios, eventos deportivos o festivales.
«Se toma como modelo lo que pasó en Chile. Este país ya logró reducir el consumo de bebidas azucaradas, aunque registra un aumento de bebidas endulzadas con edulcorantes. No aportan azúcares y no van a traer un exceso de peso, pero los edulcorantes no están recomendados en niños ya que podrían acarrear enfermedades que no están certificadas», advirtió Guaresti.
¿Cuánto dinero que se destina hoy a atender esas enfermedades que se producen por el consumo de bebidas azucaradas, ¿se podría ahorrar? El estudio calculó costos médicos directos por 250 millones de pesos atribuibles al consumo de bebidas azucaradas.
«La gente invierte comprando bebidas azucaradas que, a largo plazo, traen problemas. Y esto tiene un costo en el sistema de salud: la gente paga prepagas o paga impuestos y se atiende en el sistema público», dijo Guaresti e insistió en la necesidad de acompañar la implementación de la ley con educación y sensibilización que hoy brillan por su ausencia.
Cómo impactarán las medidas de salud pública
Evaluó que la implementación de una política integral, como establece la ley, «en Río Negro disminuiría el 24% de los casos de exceso de peso, la morbimortalidad y los costos médicos asociados». En este sentido, destacó la ley rionegrina aprobada en 2017 que prohíbe exhibir golosinas en las líneas de cajas. Poco después, la ley nacional sumó que ningún producto «con etiquetado» puede ofrecerse en ese sector de los supermercados.
«Hay medidas fáciles de implementar en la provincia a través de las relaciones con los municipios y las comisiones de fomento, con acciones locales y regionales», concluyó.
Según el informe, la aplicación de la política integral permitiría evitar más de 1.500 casos de sobrepeso y obesidad infantil, más de 5.500 casos de exceso de peso en la adultez, casi 800 casos de diabetes y al menos, 8 muertes por año. Por otro lado, evitaría el gasto de 162 millones de pesos.
¿Por qué el estudio se centró en las bebidas azucaradas?
Los investigadores coinciden en que este tipo de bebidas son de distribución «masiva y accesible», es decir que están en cualquier lado. Además, hay gran cantidad de evidencia científica sobre el impacto nocivo en la salud.
«Hay escuelas que las siguen vendiendo aunque está prohibido. Y lo cierto es que ya está determinado el impacto que tienen en la salud. Son peores que comer un caramelo. El impacto está vinculado a la cantidad en el consumo. Los chicos se toman una botella de gaseosa como si nada», indicó Guaresti.
Dijo que la mirada crítica sobre este tipo de bebidas comenzó tiempo atrás en países como Inglaterra o México que ya implementaron «programas sólidos» de concientización con gran éxito. Y apuntó a la necesidad de implementar acciones para disminuir el consumo, especialmente a través de la publicidad.
Qué pasa con la obesidad en la Argentina
El 66% de la población adulta argentina tiene sobrepeso y obesidad; mientras que en niños y adolescentes, de 5 a 17 años, la cifra alcanza el 41% y en menores de 5 años, el 13,6%. Estos dos últimos son los mayores valores de Latinoamérica, según el estudio.
El patrón alimentario de los niños y adolescentes es el menos saludable: consumen un 40% más de bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería y el triple de golosinas.
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