Hay señales de tregua entre los candidatos presidenciales de JxC. ¿Se vienen las fotos de la unidad en Córdoba y Chubut? Polémica por los spots de la ex ministra de Seguridad. En el tramo final de la campaña, una apuesta fuerte por el AMBA.
Por: Ricardo Carpena.
En el tramo final de las PASO, la pelea entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich quedó impregnada del “efecto Losada”. Es que el resultado de las primarias en Santa Fe le dio más potencia (anímica, en principio) al jefe de Gobierno en su carrera hacia la Presidencia, mientras que le sumó una imprevista cuota de dudas a la titular del PRO en uso de licencia, que estaba muy segura de su triunfo.
Ahora, hay luces de alerta en el tablero bullrichista: ¿la derrota de Carolina Losada en las PASO santafesinas obedece a su ataque frontal contra Maximiliano Pullaro porque el electorado quiere otro estilo dirigencial? ¿Se puede extrapolar ese resultado provincial adverso para la candidata radical al escenario nacional y condicionar a Bullrich, siempre dispuesta a castigar la moderación de Larreta?
Existe un indicio: los máximos operadores de Bullrich ya no descartan de manera terminante alguna negociación con sus pares de Rodríguez Larreta para evitar los golpes bajos en lo que queda de campaña y, sobre todo, fijar reglas de convivencia pacífica para el día después de las primarias. El “efecto Losada” hizo posible, por ejemplo, que los bullrichistas más duros admitan ahora reunirse con los larretistas para evaluar la posibilidad de compartir el búnker el día de las PASO y dar de esa forma una imagen de una fuerza civilizada que se prepara para unirse en contra del kirchnerismo.
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“No hay nada concreto. Fue una operación de Horacio para acorralar a Patricia con la idea del búnker compartido. Si ella ahora dijera que no, quedaría asociada con la intolerancia. Y eso es lo que quieren: tratar de demostrar que Patricia es violenta”, se queja un dirigente de confianza de Bullrich. Aun así, reconoce que hubo charlas “informales” entre los dos sectores y aclara que recién esta semana la ex ministra de Seguridad definirá en qué lugar esperará los resultados de las PASO.
En el larretismo están exultantes por el triunfo de Pullaro porque el candidato radical hizo una campaña sin agresiones y con propuestas, en la misma sintonía del alcalde porteño. Y deslizan que Bullrich quedó desacomodada por la derrota de Losada y ahora recalcula su estrategia nacional: una de las pistas que lo demostrarían, según los referentes de Rodríguez Larreta, es que la precandidata presidencial difundió su segundo spot de campaña para “explicar mejor lo que quiso decir en el primero”. Aluden así al video en el que Bullrich estrenó el slogan “si no es todo, es nada”, que en dos semanas alcanzó el récord de 11 millones de visualizaciones, pero que sus críticos consideran que aleja al votante de centro porque está emparentado con el “Vamos por todo” de Cristina Kirchner.
En ese spot, la candidata arranca con críticas a su rival interno y a Javier Milei cuando dice que “si estuviéramos en un país normal tal vez alcanzaría con un buen administrador o un teórico de la economía, pero no estamos viviendo en un país normal; estamos viviendo en esta Argentina”. Se diferencia aún más del perfil dialoguista de Rodríguez Larreta cuando asegura que “va a hacer falta mucha fuerza para recuperar el orden que perdimos; fuerza, porque el diálogo no saca a los narcos de Rosario, porque la corrupción no se termina por consenso, porque no se acuerda con las mafias; fuerza porque a las cajas y a los privilegios nunca se los suelta negociando; fuerza porque el mejor plan del mundo va a tener que defenderse, más que en la teoría económica, en la calle”.
Horacio Rodríguez Larreta, de campaña en Neuquén
Este sábado comenzó a circular el segundo spot de Bullrich, que, según su equipo de campaña, “sigue la línea del anterior: un cambio profundo es sólo posible con coraje y convicción, un cambio a medias es lo mismo que no cambiar”. En el video ya no aparece el concepto “si no es todo, es nada”. Al comenzar, la postulante de JxC explica que “violencia es lo que vivimos todos los días en esta Argentina, violencia es que cada día tu plata valga menos, son los cortes y las horas de espera, es que te mientan en la cara una y otra vez (con imágenes de Sergio Massa), violencia es ver a tus hijos perder días de clase, violencia es ver familias enteras viviendo en la calle, violencia hay cuando no hay orden”.
Parece casi una respuesta a quienes relacionan a Bullrich con la violencia por su discurso duro y sus planes de cambios drásticos con posibles consecuencias sociales si llega a la Casa Rosada. En el equipo de la ex ministra de Seguridad lo niegan: “Sabíamos que los periodistas lo iban a interpretar así -se atajan-. Pero falta un video más de los que tenemos previstos y el contenido de los tres es anterior a esa polémica con la que intentan descalificar a Patricia. En el último spot, que se conocerá 10 días antes de las PASO, ella va a detallar ese mundo distinto al que propone llevar a los argentinos”.
Más allá de esta controversia sobre los spots, Larreta y Bullrich tendrán oportunidad de dar una señal distinta en las elecciones de la ciudad de Córdoba de este domingo y en los comicios del 30 de este mes para elegir gobernador de Chubut. Ambos viajarán para acompañar al radical Rodrigo de Loredo, el candidato de JxC a intendente cordobés, y la semana próxima harán lo mismo para estar al lado de Ignacio Torres, del PRO, postulante a gobernador chubutense. ¿Se vienen dos fotos de unidad para demostrar que la disputa interna no es tan despiadada? ¿El “efecto Losada” lo hará posible?
Patricia Bullrich, en un recorrida de campaña en San Martín
Córdoba capital y Chubut serán dos test decisivos en el interior que podrían servirle a Juntos por el Cambio para completar un impactante combo de victorias electorales en el país, que incluye hasta ahora las registradas en Santa Fe, San Juan y San Luis. Hay que agregar los resultados favorables que se esperan en distritos propios como la ciudad de Buenos Aires y Mendoza. Y hay buenas perspectivas en Entre Ríos; en el Chaco, con el gobernador Jorge Capitanich afectado por la muerte de Cecilia Strzyzowski, y en la provincia de Buenos Aires, donde Axel Kicillof compite de igual a igual con los candidatos de JxC, el larretista Diego Santilli y el bullrichista Néstor Grindetti.
En los dos equipos de campaña coinciden en que Larreta y Bullrich harán caso a quienes les advierten que la marca Juntos por el Cambio queda dañada con cada pelea que mantienen y que en el tramo final de la campaña se centrarán en Massa como blanco preferencial, un postulante al que no quieren menospreciar pese a que parece cercado por la economía. “Para los dos se viene una etapa de campaña territorial, basada más en propuestas, sin agresiones y apuntándole al kirchnerismo”, afirma un estratega larretista, para quien no es casual que esa impronta la hayan adoptado ganadores en sus distritos como Pullaro (Santa Fe), Claudio Poggi (San Luis) y Marcelo Orrego (San Juan).
“El que cometa menos errores tendrá más chances de ganar en las PASO del 13 de agosto”, dice con convicción este mismo asesor, que destaca una diferencia entre el estilo agresivo de Bullrich y el que eligió su candidato a gobernador bonaerense: “Néstor (Grindetti) decidió no atacar con golpes bajos a El Colo. Sólo insiste con la chicana de que él nació en la provincia de Buenos Aires, pese a que se sabe que vive desde hace años en Caballito”, señala con una dosis envenenada de ironía.
Mauricio Macri y Carolina Losada
La competencia pacífica -hasta ahora- de Santilli y Grindetti también responde a una realidad: los dos saben que si se meten en el barro de las acusaciones contra el otro corren el riesgo de perder terreno en el electorado del AMBA, donde, según las encuestas, son mayoría los que le piden unidad a la oposición. El reclamo no debería ser desoído: sin la ciudad de Buenos Aires, en el AMBA viven unos 9 millones de votantes, de los cuales aproximadamente 8 millones son de la Primera y de la Tercera Sección Electoral. Por eso los precandidatos a gobernador de JxC proyectan sus últimos esfuerzos de campaña antes de las PASO en esos distritos clave, muchas veces acompañados por Larreta y por Bullrich para aprovechar el envión a sus figuras que les pueden otorgar los postulantes presidenciales.
Este lunes habrá una recorrida de Larreta y Santilli sugestiva: compartirán una actividad de campaña en Lanús, el territorio que gobierna su rival Grindetti, y luego en La Plata, donde el intendente Julio Garro, del PRO, competirá por su reelección contra Juan Pablo Allan, precandidato del bullrichismo. Más fuertes en el interior bonaerense, Bullrich y Grindetti fueron al Partido de La Costa, Villa Gesell y Pinamar para desembarcar luego en Chascomús, Florencio Varela y Berazategui. Y luego de que la candidata presidencial viaje este martes a Corrientes, Formosa y el Chaco, regresará al conurbano.
Dentro de pocos días, el que volverá al país para sumarse a la campaña será Mauricio Macri. Viajó el 6 de este mes a Belice para dar una charla y luego partió a Europa, donde estuvo en varias ciudades para mantener actividades como presidente ejecutivo de la Fundación FIFA. Se trató de una ausencia acordada con Rodríguez Larreta para tomar distancia de la interna de JxC y evitar cualquier interferencia en la actividad proselitista, lo cual permite al menos dos conclusiones: 1) la mala relación del ex presidente y el jefe de Gobierno atraviesa una suerte de tregua y 2) Macri se meterá en la campaña porteña para apuntalar a su primo, en un distrito en el que, en teoría, Larreta y Bullrich hacen la misma apuesta electoral. Aseguran que el ex mandatario quiere mediar entre los presidenciables para impedir una guerra. ¿Será también una consecuencia del “efecto Losada”? Después de todo, Macri también salió derrotado de su apuesta en Santa Fe y no sería extraño verlo en una actitud equilibrada. Parafraseando a Bullrich, si en JxC no es todo paz, pueden quedarse sin nada.
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