Las primarias republicanas. Ultraconservador de Texas, logró dos buenos triunfos el fin de semana y se mantiene cerca del magnate inmobiliario.
Los resultados del fin de semana en las primarias republicanas entregaron dos triunfos para cada uno de los principales candidatos de la contienda partidaria y la sensación cada vez más firme de que Donald Trump liderará hasta el final y que Ted Cruz será quien le haga fuerza. El tercero en número de delegados, Marco Rubio, quedó relegado y hasta el propio Trump le pidió públicamente que retire su precandidatura.
Cruz, un ultraconservador senador de Texas, se impuso en los ‘caucus’ (asambleas electorales) republicanos de Maine (noreste) y Kansas (centro), impulsando sus argumentos para posicionarse como el más claro rival del explosivo magnate. Cosecha en este momento 300 electores contra 382 de Trump. Rubio tiene 128 delegados, que aparecen como los árbitros en la disputa. Cruz recibió un impulso adicional, cuando ganó una votación, simbólica pero significativa, en CPAC, la gran cita anual de los conservadores estadounidenses, que se realizó también el fin de semana cerca de Washington. Trump causó resquemor entre los conservadores al cancelar su presentación en CPAC.
Las votaciones del sábado se presentaban como una prueba para determinar si la cruzada emprendida la dirigencia republicana para frenar a Trump, liderada esta semana por Mitt Romney, el candidato presidencial del partido en 2012, está teniendo algún efecto en los votantes. Por ahora Trump sigue firme, pero los resultados sugieren que un número sustancial de los republicanos todavía estaban incómodos con él: terminó por encima del 40% en un solo estado.
“El establishment está muy infeliz por la manera cómo van las cosas y lo puedo entender, yo fui parte del establishment. Pero ahora no soy parte del establishment”, dijo Trump. “Amo el partido republicano y amo a los conservadores”, añadió. Retórica virulenta, falso conservadurismo y un discurso presuntamente cambiante: la élite del Partido Republicano teme que una candidatura del magnate le entregue las elecciones de noviembre en bandeja de plata a Clinton o peor, sacuda para siempre los fundamentos del centenario partido de Abraham Lincoln. Pero por ahora en 12 de los 18 estados que ya realizaron elecciones internas el que gana es Trump.
Después de sus triunfos de este fin de semana en las primarias de Louisiana y Kentucky, dos estados que otorgaron la mayor cantidad de delegados de la jornada, el magnate inmobiliario planteó su nueva estrategia: tratar de que Marco Rubio se baje. “Marco tiene que salir de la contienda. Debe hacerlo. Quiero enfrentar solo a Ted”, dijo Trump durante una rueda de prensa en West Palm Beach, Florida. “Eso será fácil”, agregó.
La preocupación de Trump es que en Florida, el feudo de Rubio, pueda sufrir un traspié. Allí el ganador se queda con todos los delegados y por eso intenta que se baje de la campaña antes de que se haga esa elección.
En la mira están ahora las grandes batallas del 15 de marzo: cinco estados decisivos. Será el momento de la verdad para Ted Cruz y sus intenciones de achicar las diferencias. Este domingo, hubo ‘caucus’ en Puerto Rico (republicanos) y Maine (demócratas).
Con los rivales de Trump convencidos en mantenerse hasta el final, existe la posibilidad de que ningún candidato obtenga los 1.237 delegados necesarios para obtener la nominación antes de la convención en julio. Eso conduciría al escenario de una convención “negociada”, con posibilidades de que se produzca una tormenta si las figuras del partido intentan evitar la candidatura de Trump.
En la interna demócrata, la campaña de Sanders perdió fuerza luego de la abrumadora victoria de Clinton el Supermartes, cuando la ex secretaria de Estado ganó en siete de los 11 estados en juego. Pero el senador de Vermont no dio señales de abandonar la batalla y rápidamente lanzó un reimpulso a sus aspiraciones.
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