El regreso del Apache a Boca le agregó un condimento inesperado a la campaña. El jugador es amigo de Scioli y de Macri. Los dos se lo disputan.
Esta fue la semana de los vices. Daniel Scioli sorprendió con Carlos Zannini y Mauricio Macri prefirió a Gabriela Michetti. Los dos presidenciables eligieron pareja y, hasta ahí, todo en orden. Pero en medio de las roscas y las especulaciones, como un colado que se infiltra en una fiesta ajena, apareció Carlos Tevez. Y no es que le hayan ofrecido algún puesto o prometido alguna gestión a medida. La cuestión vuelve a cruzar, una vez más, la política y el fútbol. El anuncio del regreso del Apache a Boca dividió aún más a los candidatos.
Tevez es amigo de Scioli. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, fanático de Boca, lo tiene de ídolo: llegó a pedirle a Alejandro Sabella que lo convocara al Mundial de Brasil y hasta compartieron partidos en la cancha de la Villa La Ñata, el predio que Scioli tiene en Tigre.
Tevez es amigo de Macri. El jefe de Gobierno porteño, fanático de Boca, fue presidente durante los tres años que el delantero brilló en el club y hace apenas unos meses sellaron un acuerdo para que el jugador apoyara su campaña.
El regreso de Tevez a Boca, entonces, no se puede interpretar sólo como un refuerzo para un equipo que entró en caída libre desde que al Panadero se le ocurrió tirarles gas pimienta a los jugadores de River. Detrás del entusiasmo de millones de hinchas entran en juego las campañas de los dos candidatosque en octubre se van a disputar la presidencia de la Nación.
Porteño y bonaerense. Cuando, hace un par de meses, se conoció que la negociación por el regreso de Tevez a Boca estaba avanzada, Scioli no se inmutó. Pudo haber hecho una lectura política, especular con que el operativo retorno que concretaba Daniel Angelici podría interpretarse, de manera indirecta, como un mérito de Macri. Pero, en este caso, la rosca quedó en segundo plano.
En una reunión del gabinete provincial, un colaborador le planteó el dilema a Scioli. “Si Tevez vuelve a Boca, Macri lo va a capitalizar de alguna manera”, expuso con lógica de campaña. La respuesta del gobernador fue inesperada. Primero tomó un diario y señaló un título: “Tevez quiere ser presidente de Boca”. Y después explicó: “¿Ves esto? Se lo dije yo. Hace poco hablamos y me comentó que quería volver, entonces yo le dije que me parecía bárbaro, pero que vaya por todo, que pegue un salto y apunte a la presidencia”.
Cuando Scioli desestimaba el beneficio macrista por la llegada de Tevez, hacía un mes que Macri había llegado a un acuerdo para que el jugador apoyara su campaña. Fue en marzo, y el pacto establecía que el jugador se mostraría con el jefe de Gobierno en eventos solidarios a cambio de colaboración con laFundación Carlos Tevez, que realiza tareas sociales con pibes de bajos recursos. Con el acuerdo bajo el brazo, Macri lo anunció en su entorno con entusiasmo. La frase que más se escuchó en la reunión fue: “Scioli se durmió”.
Pelota al pie. Más allá de interpretaciones partidarias y de ventajas o desventajas de campaña, Tevez se mantiene en un lugar de equilibrio. Habla con uno y con otro, posa en las fotos con uno y con otro, pero no se la juega por ninguno. En un tuit del 12 de marzo de este año, el propio jugador puso las cosas en su lugar: “Quiero aclarar que nunca fui ni seré instrumento de campaña de ningún partido. Y como todos saben, tengo amistad y aprecio por Daniel Scioli como por Mauricio Macri. Siempre voy a estar dispuesto a ayudar a la gente que más lo necesita”.
El año pasado, después del secuestro de su padre, también usó la red social para referirse a los candidatos. “También agradezco a Daniel Scioli, a Mauricio Macri, a Berni, a la policía bonaerense y federal y antisecuestro por el apoyo a mi familia”. Y se animó a más: “Como amigo que soy de Daniel Scioli y Mauricio Macri, quisiera pedirles que se junten y luchen para sacar el país adelante”.
Ahora, desde Chile, Tevez está pendiente de la Copa América y de su retorno a Boca. El resto lo tiene sin cuidado. Apenas se enterará de que Scioli va con Zannini y que Macri hará dupla con Michetti. En la semana que los dos candidatos a presidente movieron el tablero, la vuelta del jugador a Boca agregó un condimento inesperado a ese clásico que se va a disputar el 25 de octubre.
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