"Haber sido funcionario (de Binner) no es ningún demérito",dijo Fajardo, quien ganó el concurso público. Y puso en duda
"la experiencia de la ineficacia de un modelo inquisitivo".
--Una de las críticas de Palmolelli es que en su caso viene trabajando desde hace 19 años en la justicia, es decir hizo la carrera judicial. ¿Cómo se entiende que no tenga los antecedentes necesarios?- preguntó Rosario/12.
--Yo ingresé al tribunal en 1989 antes que Palmolelli, pero es verdad, hay muchas cosas por explicar. Me preguntaría cuál es la causa por la cual en veinte años este señor llegó a fiscal de Cámara y yo soy empleado raso.
--¿Cuál es el motivo?
--Es inexplicable porque concursé para varios cargos. La diferencia es que este es un concurso público y aquel fue secreto. Este tiene como jurado a académicos reconocidos, y no participa el Ejecutivo con voto. En aquel otro no sabemos quién los evaluaba: concursé y defendí mi propuesta en un teatro con público, y está filmado mientras el anterior concurso fue en la oscuridad de una oficina y del resultado me notificaron por cédula.
--¿Pero quién elegía esos cargos?
--El mismo Poder Judicial.
--¿Por qué dice que no tiene injerencia el poder político en la promoción de la designación de fiscales y defensores?
--En nuestro caso el tribunal está integrado por Julio de Olazábal; el doctor Gabriel Navas, el doctor Geminiani y el doctor Gustavo González, profesor titular por concurso en la Universidad Nacional del Litoral.
--Pero en el caso de Gustavo González fue funcionario de este gobierno.
--Es verdad fue subsecretario de Derechos Humanos.
--Y usted también lo fue...
--Es cierto, en 2008 fui convocado por Leandro Corti y el ministro Daniel Cuenca a cumplir una función técnico-profesional en el ámbito penitenciario, en la selección y capacitación del personal penitenciario.
--¿Pero no vale de nada la experiencia que brinda la carrera judicial?
--¿La experiencia de la práctica inquisitorial escrita, la de los investigadores de escritorio, la del impulso espasmódico del expediente, la de la influencia del llamado telefónico, la de dar órdenes a la policía por teléfono sin moverse del despacho? ¿Cuál experiencia, la de un sistema en el que de cada cien causas logra menos de cuatro por ciento de condenas? Es decir, es la experiencia de la ineficacia de la tramitación escrituraria y burocrática de un modelo inquisitivo.
--¿Qué opinaría usted si cuando termine este proceso de selección muchos de los seleccionados fueran funcionarios, o ex funcionarios, o socios de estudios jurídicos de funcionarios de este gobierno? ¿Es ético que estos nuevos referentes de la justicia terminen ganando estos concursos?
--Hay de verdad un problema ético grave porque la selección de cargos en un momento de cambio institucional es dramático. Y nos podemos enfrentar a varios fantasmas, y algunos de ello tal vez tengan concreción: el mejor sistema es aquel que evalúa los méritos con publicidad, que es lo que estoy haciendo en este momento: entregar una copia de mi currículum. Todo visible, y un rol importante es el de la prensa, pero en el concurso de selección no hubo cobertura de la prensa. De todos modos haber sido funcionario no es ningún demérito, sí valerse de ese vínculo para obtener una ventaja ilícita en un concurso. Eso genera repugnancia, y es nepotismo, en cualquier sistema de selección.
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