"Ojalá que para esta gente llegue muy pronto el 4 de julio así cantan con ellos el himno que los representa mejor", señaló el periodista y conductor de La Mañana en su editorial.
El periodista y conductor Víctor Hugo Morales reflexionó sobre la "dependencia" que exhibe el gobierno de Javier Milei ante Estados Unidos, expuesto visiblemente en la escarapela de Luis Caputo y en el acuerdo con el ejército norteamericano por el control de la hidrovía del Río Paraná.
El editorial de Víctor Hugo Morales
Cuando veo que el ejército de los Estados Unidos se instala con sus ingenieros en la hidrovía del Río Paraná, el rey o sátrapa local, asegurándole a la Casa Blanca central que todo está listo para que controlen lo que se refiere al agua. Ya lo había dicho la responsable del Comando Sur, ¿se acuerdan? “Venimos por el agua”. Con toda naturalidad.
Es una puntada que se siente en el pecho, una impotencia que hace impresionar el cuerpo.
MIlei acuerda la famosa colaboración conjunta a través de la autoridad general de puertos, y dale que va. Los norteamericanos controlando el Río Paraná. Lo que será de los que pelearon en la Vuelta de Obligado revolviéndose en las lejanas tumbas.
Caputo, además, en AmCham con dos escarapelas. El sentido colonial llevado a la exageración.
Alcanzaba con ir, como todos los que son convocados a hacer buena letra con Estados Unidos, con el embajador Stanley, con el FMI, con todo lo que marca la dependencia dolorosa de Argentina.
Relaciones carnales la llamaron alguna vez, ¿se acuerdan? ¿Qué nombre le ponemos ahora? No tiene nombre. No tienen nombre lo que hacen. Hay hechos, personas, que no tienen nombre.
Ahí va Caputo. Ahí va, mirenlo, orgulloso, sonriente. Ya no le alcanza con la fuga brutal de 15.000 millones de dólares, por lo menos, que denunció Milei.Milei lo denunció. Ahí están juntos.
Caputo, el que tomó la deuda, el de los bonos a 100 años. No tiene suficiente con su discurso entreguista de ayer. Desea ser el más americano de los argentinos presentes en AmCham con sus dos escarapelas, una de Argentina y una de Estados Unidos entrelazadas.
La dependencia duele porque Caputo actúa en nombre de los argentinos, y va a hablar con los que se comportan como dueños de la Argentina.
Los que sacan comunicados diciendo lo qué hay que hacer en Argentina, ellos, los norteamericanos. Los que dicen que está bien un gobierno que hambrea al pueblo.
Lo titulan al coloquio “La Argentina viable”. ¿Esto es la Argentina viable para ellos? El coloquio donde, quien más, quien menos, pretende quedar bien, ser felicitado por el verdadero poder.
Milei sabe, ya que dije eso de sátrapas, Milei sabe de emperadores y sátrapas. Estuvo en el coliseo dos veces: cuando se encontró con Conan y después cuando fue por el Papa. Asuntos que le dan igual, por cierto.
Dos escarapelas en la solapa de Caputo. Dos banderas. Ciudadanos cuya patria es el mundo financiero. Wall Street, Washington de capital. No alcanza con esa imagen de Milei colgado de Trump como si fuera un ídolo de rock, arrastrándose ante Trump. Es necesario que Stanley vea en Caputo hasta qué punto le pertenecemos.
Ojalá que para esta gente llegue muy pronto el 4 de julio así cantan con ellos el himno que los representa mejor. Porque allí están sus intereses, su pertenencia y su verdad profunda, la del corazón.
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