La distribuidora presentó su primer balance del año, que además confirma que ya le debe más de $4.200 millones a Cammesa. La empresa responsabiliza a la inflación y a la falta de actualización tarifaria.
Perdió más de $720 millones en el primer semestre, le debe más de $4.200 millones a su principal “acreedor” y los índices que solvencia y liquidez que muestra están muy por debajo del ideal. Esa es la crítica radiografía actual de Edemsa, la distribuidora eléctrica del Grupo Vila Manzano que “culpa” a la inflación y a la presunta falta de actualización tarifaria por el claro deterioro de su situación económica-financiera.
El 31 de octubre, la principal distribuidora eléctrica de la provincia presentó el balance de sus actividades del año ante la Comisión Nacional de Valores (CNV). “El primer semestre del ejercicio 2019 está mostrando un deterioro en la situación económica de la empresa a raíz de la inflación que no ha sido aún reconocida en la tarifa”, afirma el informe aprobado por unanimidad por los directores, incluidos representantes de la Provincia.
El último incremento tarifario otorgado por el gobierno rige desde julio pasado. En ese momento la administración de Alfredo Cornejo, por recomendación del Ente Provincial Regulador Eléctrico (EPRE), autorizó un aumento del 16% en el Valor Agregado de Distribución (VAD), pese a que las compañías del sector solicitaban una suba del 45%.
En el gobierno repiten que las empresas del sector eléctrica tienen “tarifa plena”: es decir que, al menos hasta julio, no existían desfases respecto de la inflación. Y por otra parte destacan el endurecimiento de los controles y la aplicación de sanciones a las distribuidoras, fundamentalmente contra Edemsa, la empresa que cuenta con 440 mil clientes en la provincia y este año recibió diferentes multas por fallas en la prestación del servicio por aproximadamente $ 220 millones.
Números rojos
A raíz de la inflación, Edemsa modificó la forma de presentar su balance y utilizó la “moneda homogénea”, que tiene en cuenta la pérdida del poder adquisitivo del peso. Así buscó ajustar sus estados contables para unificar las mediciones.
El contraste es claro: el balance del primer semestre del 2018 terminó con una ganancia de $766,2 millones mientras que el mismo periodo, un año después, mostró una pérdida de $720,9 millones.
Otras dos mediciones contables reflejan los problemas de la distribuidora: el ratio de solvencia y el índice de liquidez. El primero, que define la capacidad de la empresa para hacer frente a las deudas y obligaciones si necesita responder con sus activos, es de 0,40 (a fines del año pasado era de 0,47). El recomendado es 1,5, aunque expertos señalan que un nivel inferior no implica que la empresa esté en una situación delicada de inestabilidad.
Mientras que el índice de liquidez actual, que es la capacidad de la empresa para hacer frente al pago de sus deudas a corto plazo (periodo inferior a un año) “asciende a 0,67, mostrando también niveles inferiores al del cierre del ejercicio 2018 (0,79 al 31/12/18)”, indica el documento. Lo ideal, según expertos, es que esté en torno a 1.
La deuda con Cammesa
El principal inconveniente para Edemsa es la deuda vencida con Cammesa, la empresa mayorista nacional que le vende la energía que luego distribuye entre sus usuarios. Al 30 de junio pasado, incluyendo intereses, la mora “por facturas de compra de energía” ascendía a $4.225 millones.
La distribuidora solicitó un plan de pago “que sea compatible con las nuevas condiciones de mercado que determinaron un aceleramiento en la tasa de inflación que impacta aumentando los costos operativos actuales y deteriorando los importes facturados pendientes de cobro, así como las cifras de la facturación futura, por no ser inmediata la adecuación de la tarifa”.
En este sentido, Cammesa aceptó el 4 octubre extender las negociaciones “para fijar condiciones que permitan la cancelación de la deuda”. Pero puso condiciones: que la distribuidora mendocina desista de la acción de amparo que presentó en la Justicia y que cancele las facturas corrientes por sus consumos de energía, potencia y otros servicios.
En tanto, Edemsa insiste en el cumplimiento del artículo 15 del Presupuesto Nacional 2017, que establece la compensación de la deuda de las distribuidoras por la compra de energía eléctrica con las diferencias de ingresos no percibidos con motivo del congelamiento tarifario entre 2014 y 2015.
Contrato de asesoramiento
En el primer semestre del año, Edemsa le pagó $69,3 millones por un servicio de asesoramiento integral a Trench Energy Consulting, una empresa también vinculada al grupo Vila Manzano.
Ese contrato estuvo en la mira del Gobierno, que obligó a la distribuidora a renegociarlo: Trench, que cobraba el 1,25% de las “ventas brutas” de Edemsa, pasará a percibir el 3,51% del “VAD facturado”. Fuentes oficiales confirmaron que se trata de un importante incremento en el monto final.
Junto con esa modificación en el convenio con Trench, este año el Gobierno también presionó para dar de baja contratos y “créditos no eléctricos” con varias empresas y proveedores de servicios “no necesarios ni vinculados” para la actividad comercial de Edemsa. La coincidencia es que casi la totalidad de esas compañías (locales, nacionales e internacionales), en mayor o menor medida, tienen vínculos con grupo Vila Manzano.
De esa manera se puso fin a un supuesto mecanismo de “autofinanciamiento” del socio mayoritario, que podría haber recibido beneficios millonarios mientras Edemsa cerraba durante años balances con resultados negativos que ponían en riesgo su funcionamiento.
La investigación puso la lupa los contratos entre la distribuidora eléctrica y distintas compañías que no habrían ofrecido servicios de utilidad, generando gastos “innecesarios e improductivos” para Edemsa. En el listado aparecían Magnus Agente de Valores, Magnus International, Global Valores, Fondo Argentino, Magnus Argentina, Pamar, Servicios y Mantenimientos Eléctricos, Supercanal, Saavedra Electrificaciones y Coral Montajes.
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