Estiman que se mantendrá la política de devaluación progresiva
“El BCRA empezó a mover un poco más rápido la tasa de devaluación (en el mercado spot y de futuros) compatible con un dólar de 4,96/5 a fin de año”, estimó el estudio de Miguel Bein & Asociados.
Al respecto, evalúa que “si continúa con este camino, y deja a un lado la creatividad de anunciar dos o tres medidas por semana (que incentivan el apetito de los depositantes por sus dólares), más algo de tasa de interés, hay chances de que la brecha (entre el dólar oficial y el paralelo) se estabilice, probablemente en niveles altos”.
Según Mariano Kestelboim, economista de la Fundación Pro Tejer, la Argentina atraviesa una etapa de “aceleración en la tasa de depreciación de la moneda”, que pasó por distintas etapas en tan sólo nueve meses. “Hasta las elecciones la tasa promedio de depreciación se había mantenido durante un año a 0,86% mensual, y cuando todos los analistas esperaban que se acelere, el ritmo devaluatorio bajó a 0,5% mensual tras las elecciones. Sin embargo, en mayo de 2012 empezó a acelerarse, a 1,1%, en junio alcanzó 1,5%, y en julio va a estar cerca del 2 por ciento”, describió el economista de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA). En este escenario, Kestelboim coincide en que “a este ritmo va a llegar a un nivel en diciembre de 5 pesos por dólar”.
El economista de Pro Tejer señaló, además, que “se aprecia un movimiento ordenado del tipo de cambio, que se está acomodando a los incrementos de salarios”.
En cuanto a los beneficios que una devaluación pronunciada podría representar para las arcas nacionales, Kestelboim sostuvo que “no le cambia nada, pero sí a los productores agrícolas que bajan sus costos internos”, dado que “a más cantidad de dólares, los costos internos bajan”.
En igual sentido, Mario Rapoport ve un “corrimiento muy suave” en el tipo de cambio, pero lejos de la devaluación pronunciada por la que pugnan los exportadores. “Eso es lo que quieren los exportadores, que apuestan a una devaluación; es una correlación de fuerzas”, indicó el economista. Y agregó que “una cosa es lo que el peso vale en relación con el dólar y otra cosa las ganancias extraordinarias de un sector. Una devaluación afecta a los precios y el Gobierno no va a caer a generar un proceso inflacionario”, remató Rapoport.
En cuanto a la brecha entre el dólar oficial y el blue, el economista remarcó que “el paralelo no refleja una realidad exacta” y advirtió que con la devaluación “se puede ganar un poco de competitividad, pero un pequeño desastre también”.
Sobre este punto, Rapoport opinó que en una estrategia coordinada con Brasil “no hay que ir a devaluaciones sino a la coordinación de políticas”, debido a que “una devaluación aumenta los precios, en una economía mundial que está en crisis”.
Si bien el economista subrayó que “hasta ahora el tipo de cambio fue competitivo y hay superávit comercial”, advirtió que el país enfrenta dos grandes problemas que tienen que ver por un lado con “la crisis mundial y la baja del comercio” y otro con “el proceso de industrialización”. “Cuando se tienen estos problemas se recurre a medidas proteccionistas”, enfatizó.
En cuanto a la posibilidad de que el Gobierno eche mano a medidas como la devaluación, opinó que “no es la política oficial”, porque “sería irse de las pautas que siempre tuvo”. Y, aunque reconoció que hay un movimiento “paulatino”, aclaró que “no va a acercarse al blue, porque el paralelo no refleja las condiciones reales del peso”.
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