Mario Rapoport, Guillermo Wierzba y Jerónimo Rodríguez Use apuntaron contra la posibilidad de abrir un nuevo ciclo de tomas de créditos en el exterior. Sostienen que no estaría vinculado al desarrollo de la economía, sino que tendría por fin el pago de deudas con los fondos buitre.
La economía comienza a convertirse en el campo de batalla principal del balotaje. Ayer, el candidato oficialista, Daniel Scioli, desarrolló una serie de conceptos sobre su plataforma económica en caso de acceder a la presidencia de la Nación (ver página 3). Mauricio Macri, el candidato de Cambiemos, ha hecho de la economía uno de sus caballitos de batalla, especialmente cuando está acompañado por alguno de sus referentes económicos, como Alfonso Prat-Gay o Rogelio Frigerio.
Ayer, un grupo de economistas, también reconocidos como académicos destacados, se expresó en forma abierta en contra de una de las claves del planteo de Macri: la vuelta al endeudamiento externo en contraposición de la política de desendeudamiento que desarrolló el gobierno kirchnerista.
Macri, al igual que sus asesores, suele ser bastante difuso a la hora de definir cómo hará para concretar la llegada de capitales del exterior. Tampoco avanza en las condiciones en que lo harían, si con las actuales regulaciones u otras nuevas que se incorporarían. Sí aparece un acercamiento al Fondo Monetario como garantía de una buena relación con los mercados financieros internacionales.
Para el economista Mario Rapoport, "el tipo de acceso al financiamiento externo que propone la oposición lleva al ajuste y la devaluación". Rapoport, que es investigador del CONICET, alertó sobre "un agujero muy grande para el futuro de la economía" en caso de que se amplíe el endeudamiento externo. Asimismo, sostuvo que esa propuesta "implica volver a depender de los organismos internacionales, significa volver a depender de la deuda".
El experto, consultado por la agencia Télam, destacó que "el financiamiento debe ser para actividades productivas", y destacó que endeudarse para pagar deuda "trae consecuencias devastadoras sobre la economía, tal como lo vivimos en los '90. Se asumiría una carga muy grande sobre la deuda, siendo el país que más se desendeudó en el mundo, y volveríamos a estar en la situación de los otros países. Es una barbaridad", sostuvo.
En tanto, Guillermo Wierzba, quien es presidente del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefidar), subrayó que "la política de sobreendeudamiento no es garantía de amigarse con la comunicad financiera internacional y que entonces lluevan los capitales sobre el país". Aseguró, además, que "el financiamiento externo debe estar atado a la producción, a la infraestructura, porque si no, implica aumentar la relación del Producto Interno Bruto (PIB) con la deuda". En consecuencia, afirmó que "si el endeudamiento no es para desarrollo, si el objetivo no es productivo, entonces se termina con la política económica soberana".
Por último, Jerónimo Rodríguez Use, miembro del Geenap, advirtió que "reducir la soberanía económica para acceder al financiamiento y al ingreso de capitales es un error de diagnóstico, una trampa". «
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