Economía redobló el ajuste y cerró noviembre con superávit fiscal

Economía redobló el ajuste y cerró noviembre con superávit fiscal

El Gobierno espera un déficit en torno al 0,3% del PBI en diciembre y el año terminaría en positivo. El ajuste del mes se centró en educación, salarios de empleados públicos y obra pública. Las jubilaciones por primera vez le ganaron a la inflación, pero fueron la principal partida de ajuste en el año. El 2025 presenta desafíos

 

Por Mariano Cuparo Ortiz

 

En noviembre, el Gobierno logró sostener su principal arma discursiva contra las amenazas del atraso cambiario: el superávit fiscal, que llegó a 0,6% del PBI. La Secretaría de Hacienda ya adelantó que en diciembre habrá un déficit, con explicación en la estacionalidad, de alrededor del 0,3% del PBI, por lo que la proyección es terminar el año con superávit. Por primera vez en el año el gasto en jubilaciones le ganó a la inflación, pero la motosierra sobre el resto de las erogaciones apretó el acelerador, con la educación y la obra pública como epicentro.

Si es que alguna amenaza se cierne sobre el programa económico, esa es la del atraso cambiario, que ya está en niveles similares a los que recibió el actual Gobierno al asumir. La diferencia, esta vez, advierten en el mercado y en Economía, es que hay superávit fiscal, la herramienta que permite mantener la actividad económica a raya y garantizar que haya pesos con los que comprar dólares para pagar los vencimientos de deuda. De ahí los esfuerzos que el Gobierno viene mostrando una y otra vez para sostener el equilibrio en las cuentas públicas.

En noviembre el superávit fiscal fue $357.162 millones. Los números muestran que costó mucho más sostenerlo en el segundo semestre que en el tercero: mientras que en la primera mitad del año el supérávit promedió $428.721 millones, en la segunda parte, pese a los aportes de una vez que hicieron el adelanto de BB.PP y el blanqueo, viene en los $149.952 millones. De ahí que lo que viene implique grandes desafíos para que el Gobierno continúe mostrando números positivos. En primer lugar, el 2025 será electoral y cada ajuste podrá implicar un costo político. Además, no habrá ya impuesto PAIS, el triunfo de Trump promete impactar en commodities y el cepo podrá limitar el aporte que haga vía impuestos la hipotética reactivación económica.

El economista jefe del Grupo SBS, Juan Manuel Franco, afirmó: “Existen desafíos en materia fiscal que no deberán perderse de vista en 2025, más allá de lo claro que quedó en 2024 el compromiso del gobierno en ordenar las cuentas públicas. Dado que el gobierno apela a la apreciación del TCR para continuar con la desinflación, es clave mantener la disciplina fiscal para evitar que la estrategia termine siendo contraproducente, como en experiencias previas de apreciación cambiaria”.

Y detalló: “Los desafíos fiscales de 2025 podrían venir tanto por el lado de los ingresos como de los gastos. Respecto a ingresos, está la pérdida de vigencia del Impuesto PAIS. Si bien creemos que la economía rebotará en 2025, la vigencia de controles de cambios y el aumento de los costos en dólares podría contener el upside. Por el lado de los DEX, habrá que seguir de cerca qué tanto ayudan o no los commodities. Por el lado de los gastos, la desinflación hará menos efectiva a la licuadora, por lo que habrá que avanzar en reducciones de gastos vía motosierra, pudiendo esto representar un desafío en año electoral. Creemos que el gobierno podría apelar a privatizaciones para anotar algunos ingresos de una sola vez, de ser necesario”.

En noviembre, por primera vez el gasto en jubilaciones le ganó a la inflación y creció 3,6% real interanual. Se trata de una recomposición mínima: en el total del año ese ajuste fue la principal explicación de la motosierra, ya que cayó 19,3% real y representó el 27,7% del recorte total del gasto. Según SBS noviembre tuvo, sin embargo, una aceleración en el ajuste del gasto primario, luego de dos meses de desaceleración. Los mayores recortes fueron en los envíos a las provincias, con una caída del 67,9% anual, con epicentro en las partidas de educación, que cayeron 92,3% real. La obra pública se redujo 75,3% real. Los envíos a universidades, 27,1% real.

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