Mientras recorre el interior bonaerense, mantiene activo el búnker en calle Piedras, donde su equipo más cercano traza diagnósticos y posibles políticas económicas.
Por FACUNDO COTTET.
Lo repitió una y otra vez. “Hasta después del 27 de octubre no voy a tomar ninguna definición respecto de la conformación del Gabinete”, le dijo a Letra P -once días después de haber ganado las elecciones Primarias- el candidato a gobernador bonaerense por el Frente de Todos, Axel Kicillof. Pero lo concreto es que la obsesión del exministro de Economía pasa, justamente, por la situación económica y financiera con la que se encontrará si se convierte en el próximo gobernador de la provincia de Buenos Aires. Y es por eso que los nombres que asoman -en un esquema de posible gestión de gobierno- son mayormente de economistas de su confianza que tienen asiento en las oficinas de calle Piedras, en el microcentro porteño.
En el búnker que se armó hace meses en pleno centro porteño se encierra el kicillofismo. Ubicada en Piedras e Hipólito Yrigoyen, la sede -que está en el primer piso del edificio- se divide con paneles. El despacho del fondo es el que utiliza Kicillof. Tiene un mapa de la provincia de Buenos Aires. Para reuniones generales se utiliza un espacio amplio especialmente preparado. Allí, en esa mesa, se sienta el núcleo duro del candidato.
Ese kicillofismo es en su mayoría estudioso de temas económicos. Con excepción de su vocera, la licenciada en Comunicación Social Jéssica Rey, la licenciada en Ciencias Políticas Agustina Vila y el abogado y rector de la Universidad Nacional de José C. Paz, Federico Thea, el resto de quienes se sientan a la mesa de Kicillof es economista.
Banco Provincia, ministerio de Economía, la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), el Instituto de Previsión Social (IPS) y hasta el instituto de Lotería (que también es un coto de caza para un sector del PJ) son mirados al detalle por el grupo de Kicillof. Recaudación y administración para afrontar una gestión que, presumen, llegará a enero de 2020 con un déficit de 80 mil millones de pesos y con mercados prácticamente cerrados a los cuales salir a buscar financiamiento.
“La principal medida para recuperar la recaudación es dar vuelta la página y que empiece a crecer la economía. Así comienza a crecer de vuelta la recaudación. Por otro lado, sería interesante revisar algunos impuestos históricos, como el Impuesto Inmobiliario Rural, que ha perdido muy fuertemente su incidencia en la estructura tributaria de la provincia a pesar de que en el medio pasó la revolución de la soja”, le decía Pablo Manzanelli a Letra P. Manzanelli es un economista de Flacso y de la Universidad de Quilmes que escribió junto con Kicillof el capítulo económico del libro “Radiografía de la provincia de Buenos Aires. Crisis de un territorio en disputa”.
Se suman a la mesa económica de AK la ex subsecretaria de Comercio Exterior Paula Español; el ex secretario de Comercio de la Nación Augusto Costa; de diálogo con industriales y empresarios, la ex Embajadora de Argentina en EEUU Cecilia Nahón; Laura Goldberg, economista y asesora de Kicillof en esa área durante su mandato en la Cámara de Diputados. Hay más economistas, hoy en su mayoría dedicados a la investigación.
Hay mucho para hacer desde la gobernación para favorecer la producción y defender la industria. La provincia de Buenos Aires es el corazón productivo del país. Convocamos a los pequeños y medianos empresarios para trabajar en conjunto y poner en marcha la provincia. pic.twitter.com/CxuPzCGWTH
— Axel Kicillof (@Kicillofok) September 4, 2019
Estuvimos en el Primer Congreso Industrial PyME, organizado por @UIPBA junto a @MRappallini y @CostaAugusto9 #ProvinciaEnMarcha#AxelGobernador 🇦🇷☀
— Axel Kicillof (@Kicillofok) September 4, 2019
ACUERDO TÁCITO. Un intendente del PJ le dice a este medio que en el espacio peronista ya dan por descontado que será Kicillof quien defina todo en el área económica si efectivamente logra ganar la elección del 27 de octubre, y aguardan señales para el resto de un posible esquema de Gobierno.
“Si algo no le gusta a Axel es que le loteen el Gabinete o el ámbito de trabajo”, dice una fuente muy cercana al candidato por el Frente de Todos. Y el propio Kicillof le dijo a los intendentes durante una reunión que mantuvo en la sede del PJ Nacional que no abrirá el juego. Al menos en público.
La senadora y presidenta del bloque de Unidad Ciudadana en la Cámara alta bonaerese, Teresa García, es una de las pocas espadas legislativas puras con las que cuenta Kicillof. La legisladora, cuyo futuro también puede ser el Ejecutivo, le dijo a este medio: “No puede ser que haya ministro que no hable con otro. Un gabinete se arma estructural e interconectado entre todas las áreas. No se puede armar un equipo de trabajo con islas”. Nombres no hay, ni los habrá por el momento.
Como los intendentes saben que si Kicillof es gobernador tendrá control casi total sobre Economía, Arba y Lotería, esperan un guiño para las otras áreas sobre las que se mantiene un total hermetismo. Salud, Educación, Infraestructura y Desarrollo Social son las patas de la estructura de gestión. La compañera de fórmula de Kicillof, la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, buscará tener incidencia y participación en la toma de decisiones de esas áreas de corte más social. Con cautela, en el distrito del conurbano avisan que “primero hay que ganar”.
En caso de que el diputado nacional sea electo en octubre también lo espera la pesada cartera de Seguridad. Las versiones sobre los nombres para circularon para encabezar el control policíaco fueron todas desmentidas.
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