Postergó hasta junio el aumento del Impuesto a los Combustibles para evitar el traspaso a precios. Permitió aumentos acotados en medicina prepaga desde marzo. Descongeló la luz y el gas.
Los primeros datos sobre la evolución de los precios en febrero no resultan agradables a la mirada del equipo económico que encabeza Martín Guzmán, en una etapa en la que tiene que cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, a la vez, procurar que el Congreso apruebe el programa que resulte de las conversaciones con el organismo de crédito.
No es de descartar, según analistas privados, que el Índice de Precios al Consumidor del segundo mes del año se ubique nuevamente cerca del 4%, tal cual ocurrió en enero, mostrando una fuerte inercia respecto del final de 2021. Para algunos, se trata del pasaje a precios del shock de emisión del año pasado, un proceso que los economistas estiman siempre que ocurre entre los tres y seis meses posteriores a una tanda de expansión monetaria.
Frente a ello, el Gobierno comenzó a dosificar los incrementos previstos para esta primera etapa del año. Así, trata de correr las subas previstas en los denominados “precios regulados” para marzo y abril, meses en los que la inflación suele ya ser de por sí alta, en función del inicio de las clases. Además, dejó para junio una suba indirecta en la nafta.
Con todo, el próximo mes aumentarán algunos segmentos importantes: Medicina Prepaga y energía. Se confirmó que desde el 1 de marzo aumentarán entre 20% y 23% las tarifas de electricidad para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El encargado de dar a conocer los detalles de los incrementos fue el Ente Regulador de la Electricidad (ENRE) a través de la publicación de las resoluciones. La novedad se suma al incremento del 17% promedio nacional que tendrán las tarifas de gas.
Por otro lado, el Ministerio de Salud autorizó a las empresas de medicina prepaga a aumentar sus tarifas 12%. El incremento será de hasta un 6% desde el 1 de marzo y otro porcentaje idéntico desde el 1 de abril, de acuerdo a lo establecido por la Resolución 459, publicada el domingo en el Boletín Oficial.
En cambio, el Gobierno pospuso hasta junio el aumento de los impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), para evitar incrementos en la nafta que impacten luego en la inflación. La actualización estaba prevista para este lunes 28 de febrero, pero fue modificada a través del Decreto 98/2022, publicado este domingo en el Boletín Oficial. El Ejecutivo justificó la medida expresando que “tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles”. El decreto, que lleva la firma del presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y del ministro de Economía, Martín Guzmán, precisa que se instrumentó la medida “con el fin de asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios”.
Al cerrar febrero, la inercia de los precios de los alimentos, que impacta de manera decisiva en el IPC, está lejos de apaciguarse. Un estudio de la consultora LCG advierte que en la cuarta semana la suba en alimentos promedió 1,23%, acelerando 0,2 puntos respecto de la semana anterior. “El índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual de 4,8% promedio en las últimas 4 semanas y 4,6% punta a punta en el mismo periodo”, advirtió LCG.
La consultora dijo que “la economía se recupera, pero la inflación empieza a preocupar todavía más por la posibilidad cierta de que se amplifique a futuro”. “Febrero nuevamente parece cerrar en torno al 4% mensual, y sobre esto deberá sumarse la corrección de tarifas (20% inicial en gas residencial anunciado para marzo, que aporta 0,3 punto de inflación directa) y las presiones inflacionarias del aumento de combustibles y alimentos a raíz de los eventos desatados por el Kremlin. Cada vez luce más probable un guarismo anual del orden del 60% para 2022”, advirtió LCG.
Según la medición que hace la ONG Consumidores Libres con 21 productos de la canasta básica de alimentos en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires, se registró un incremento del 2,90% en los primeros 15 días de febrero, lo que significa que el acumulado del año es de 8,09%. En el total del rubro “almacén” la disparada quincenal fue de 4,53%; en los huevos de color, 17,39%; y en el pan fresco, 16,77%. El promedio de frutas y verduras aumentó 3,66% y el de carne, 1,64%.
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