Ecologistas aseguran que los humedales correntinos amortiguan el impacto de las crecidas, y que, por el contrario, el daño ambiental las empeora. El movimiento socio ambiental Guardianes del Iberá advierte que, además de las crecidas de los ríos Paraná y Uruguay, se observa un alarmante crecimiento en todos los cuerpos de agua en el interior de la Provincia de Corrientes; esteros, bañados, cañadas, lagunas, ríos y arroyos.
A su vez señala a los gobiernos provincial y nacional como primeros responsables del incremento de impactos negativos en la totalidad del territorio de Corrientes debido a la promoción continúa de monocultivos arroceros y forestales a través de políticas públicas de producción.
El movimiento socio ambiental asegura que para revertir la degradación de los ecosistemas naturales de Corrientes y con el objetivo de devolver capacidades y recuperar, los servicios ambientales, de modo tal que el sistema hídrico funcione naturalmente sin afectar a comunidades y poblaciones que habitan este territorio, es de suma necesidad, emprender inmediatamente un programa de trabajo específico que atienda demandas y propuestas locales de mitigación para revertir los efectos adversos de los fenómenos climáticos, algunos de los cuales fueron entregados el día 30 del mes de noviembre pasado al Gobierno de la Provincia, mediante un documento.
"Los humedales de Corrientes son ambientes con una enorme elasticidad, esto significa que en épocas secas disminuyen su tamaño y son una importante reserva de agua y pasturas verdes en suelos húmedos y en períodos lluviosos como el que nos toca por el fenómeno climático mundial conocido como "El Niño" nos dan el enorme servicio ambiental de contener una gran cantidad del agua que reciben en forma de precipitaciones. Cuando los bañados y/o cañadas son ocupados por mega arroceras destruimos este servicio ambiental y el agua desborda y ocupa zonas que no deberían inundarse. Lo mismo observamos con rutas, terraplenes, canales y otras obras de infraestructura, que alteraron el normal funcionamiento del sistema por no tomarse a los humedales como una unidad funcional, si no como meras tierras baldías", señaló el ambientalista Emilio Spataro.
Desde las organizaciones que integran Guardianes del Iberá se ofrece, a continuación, detalles de los numerosos casos del impacto en las poblaciones rurales afectadas por este fenómeno:
1- Municipio de Mercedes: Parajes del Paiubre. Desplazamiento de animales de las nacientes del Rio Corriente, zona conocida como Gallo Sapucay, están pagando altos costos de pastaje en estancias de la zona.
2- Municipio de Concepción: Parajes del Estero: Desplazamiento de animales, pago de pastaje en estancias de la zona. Autoevacuación de pobladores dado que el agua ya llegó a las casas.
3- Departamento San Miguel: La totalidad de lagunas se encuentran colmadas. Gran impacto de pérdidas de cosechas de agricultura familiar, en particular del cultivo de sandía.
4- Municipio de Chavarría: el Rio Corriente y el Arroyo Batel a la altura de la Ruta Nacional 123 ya ocupa el total de sus valles de inundación. El municipio se encuentra preparado ante lluvias inminentes que podrían inundar el pueblo, sin posibilidad de que el agua escurra obstaculizada por rutas y arroceras.
5- Municipio de San Luis: Parajes de la zona norte: Los esteros están al borde de las casas de los pobladores.
6- Municipio de Lavalle: Los parajes altos como Puerto Viejo reciben a los isleños del Paraná desplazados por las crecidas, quienes no hallan campos y deben pagar altos costos pastajes para sus animales.
7- Apipé chico: la situación es dramática. Ubicada bajo el vertedero de la represa de Yacyretá, la isla está completamente bajo agua. Todos los animales que se pudieron salvar están en campos donde se pagan onerosos pastajes. Pero allí la cercanía con el municipio de Ituzaingó, la falta de control de los órganos pertinentes y la decisión de un puñado de empresarios de dañar la economía campesina, llevan a la existencia de robo de ovejas, porcinos y escasos bienes materiales de las casas evacuadas por los pobladores. Se han depredado animales nativos y salvajes como ciervos y otros.
8- Ciudad de Corrientes: Los malloneros de la ciudad de Corrientes encuentran casi paralizada su actividad ante los riesgos de pérdida de sus mallones y riesgo de vida que implica pescar en un rio desbordado que ha arrastrado árboles y demás cosas a su paso. Aquí también, el acaparamiento urbano de tierras afecta a los pobladores ribereños como es el caso de las familias del Bañado Sur en el Barrio La Quilmes que se ven impedidos de paliar los efectos de la crecida agravada por el desagüe continuo de una empresa arenera.
"El acaparamiento de tierras no es un hecho abstracto, si los campesinos y pobladores están relegados a las tierras más bajas, cuando estas se llenan de agua deben subir a las lomas, la cuales encuentran ocupadas con pinos. Los pocos campos con pasturas cobran pastajes caros en el mejor de los casos, pero ni siquiera se consiguen, no hay campos. Lo mismo ocurre con las chacras, no se puede rotar de potreros, no hay más tierras, están en manos de unos pocos, el campesinado correntino no tiene tierras para desarrollarse. Con el agua al cuello, esto está claro para todos, menos para las autoridades", agregó el coordinador del Grupo Lapacho de Corrientes, Cristian Piriz.
Los Guardianes del Iberá aceptan donaciones de ropa para niños y niñas, elementos de limpieza y desinfectantes, en particular, repelentes, chapas, tirantes y colchones que serán entregados a los damnificados bajo absoluta responsabilidad de este movimiento.
Comentá la nota