Ecolif, la empresa cordobesa que produce objetos de plástico 100% reciclado y traspasa las fronteras de la provincia

Ecolif, la empresa cordobesa que produce objetos de plástico 100% reciclado y traspasa las fronteras de la provincia

En una sociedad que es cada vez más consciente sobre la necesidad de cuidar el medioambiente, Iñaki Gorostidi y Luciano Caparroz se destacan como un ejemplo inspirador de innovación y compromiso ambiental para todos.

Por: Mariano Migliazzo.

Ecolif es una empresa cordobesa que, a través de la Economía Circular y el reciclaje, propone transformar el plástico en una solución, otorgándole al residuo un valor ambiental y social. Fue fundada en 2017 por Iñaki Gorostidi y Luciano Caparroz, dos diseñadores industriales que se conocieron por su deseo de proteger al medioambiente.

El proyecto surgió de la preocupación de Gorostidi por la contaminación plástica durante sus estudios en la Universidad Nacional de Córdoba. Inspirado por una herramienta de código abierto (open source) de los Países Bajos, comenzó replicando maquinaria de reciclaje: tardó seis meses en armar una trituradora, una compresora y una inyectora. Este open source conectaba a todas las personas del mundo mediante un mapeo, así fue como se conocieron Iñaki y Luciano. Actualmente, producen una variedad de productos ecológicos y personalizados.

 

Cada vez que un residuo plástico termina en un basural, estamos perdiendo una gran oportunidad para crear valor social y ambiental. En Ecolif, uno de sus objetivos es eliminar los residuos plásticos por completo. Para tomar dimensión del camino recorrido por los dos diseñadores, hasta el momento llevan recicladas más de 3 millones de tapitas y más de 600 mil vasos de yogurt y queso untable, lo que equivale a llenar más de la mitad de la Casa de Gobierno de Córdoba.

 

El primer producto que fabricaron a gran escala fue Waltic, un reloj de pulsera pionero en el mundo creado completamente a partir de materiales plásticos reciclados de posconsumo. Este innovador reloj se comercializa en Europa entre €89 y €95. Además, en 2022, junto a la Municipalidad de Córdoba, distribuyeron más de 15.000 eco-lentes en barrios vulnerables de la ciudad y utilizaron más de 100.000 tapitas para realizar 15 mil eco-medallas para la Maratón Recorré Córdoba.

Durante 2023, en Córdoba se lograron recuperar más de 59 mil toneladas de “residuos”, que hoy son insumos de la Economía Circular. “El monto es el equivalente a la basura que ingresa al predio de enterramiento de Piedras Blancas de 27 municipios netropilinatos y empresas privadas en un mes”, habían mencionado desde la Municipalidad.

En una entrevista exclusiva con Puntal, Iñaki Gorostidi detalló el camino recorrido, las aspiraciones que tienen para el futuro y mucho más.

 

¿Cómo surgió la idea de Ecolif?

Nacimos en 2017, yo estaba estudiando diseño industrial en la Universidad Nacional de Córdoba. Un poco inquietado en segundo año y más relacionado con los conceptos de sostenibilidad, medioambiente, entre otras, me di cuenta que el tema de la contaminación del plástico era mucho más grande de lo que se imaginan. Inquietado por eso, me preguntaba si había algo posible de realizar para mitigar este problema.

 

¿Cómo comenzó el desarrollo de las máquinas de reciclaje?

Quería plantear un diseño desde cero y no cortar una botella, ponerle tierra y utilizarla. A partir de ahí, encontré un proyecto de código abierto de unos chicos de Países Bajos que habían diseñado maquinaria a bajo costo para reciclar plástico. Habían subido planos y videos tutoriales a internet para replicar estas máquinas. Nos pusimos a replicar estas máquinas sin saber para qué eran o cuál era el objetivo que íbamos a alcanzar. Era todo por una inquietud mía y porque me parecía llamativo. Uno se va instruyendo y encontrando gente que te permite ir creciendo.

 

Ese código fue clave para conocer a tu socio…

Al poco tiempo, conocí a Lucho. Él es diseñador industrial y en su momento, estaba desarrollando una de las máquinas. Me acuerdo que Luciano juntaba tapitas en un instituto de inglés que tenía en su momento. Empezamos a hacer sinergia y a unir fuerzas sin ningún objetivo claro. Así empezó todo. Tuvimos la oportunidad de acercarnos a la cámara de industriales metalúrgicos de Córdoba donde mediante una incubadora, empezamos a profesionalizarnos. Hacíamos agua ahí. No teníamos idea de cómo hacer un modelo de negocio, de cómo vender, de cómo hacer una propuesta de valor.

 

¿Cuál fue el primer producto que desarrollaron juntos?

Lo primero que empezamos a hacer fue la fabricación de estas máquinas para otras personas. Incluso, nos las compró un municipio. Había mucha gente que quería replicar el proyecto pero se veía limitada para fabricar estas máquinas. A partir de eso, empezamos a generar esa facilidad. Junto a nosotros, había más de 30 mil personas que replicaban el proyecto en todo el mundo. Uno de los creadores del código abierto nos vino a visitar en 2018. Fue de gran agrado para nosotros porque nos había dado muchísimo. Este nuevo concepto de economía no solo circular y de triple impacto, que solo busca un beneficio económico, ambiental y social sino también economía colaborativa. Todo lo que desarrollaron ellos, lo subieron a internet para todo sin pedir nada a cambio.

 

¿Cuáles son sus principales líneas de productos?

Nuestra propuesta de valor se basa en tres líneas: la que más estamos profundizando actualmente es nuestra línea de eco-productos. Estuvimos entregando eco-lentes en barrios vulnerables, fueron más de 15.000 marcos que estaban hechos solo con 4 tapitas. También tenemos un kit de geometría, llaveros, juegos de ajedrez, medallas. Estos son para gobiernos o empresas que quieran comprar masivamente. Después tenemos otra línea que son desarrollos personalizados, estos son para startups o alguna empresa en particular que quiera desarrollar algo desde cero. La tercera línea y última, que actualmente está medio frenada porque estamos en un proceso de validación, son los revestimientos de paredes 100% reciclados hechos con vasos de yogurt y queso untable.

 

¿Pensaron en dejar todo en algún momento por alguna situación o barrera?

Siempre se nos presentaron obstáculos muy complejos. Hemos logrado generar una estructura grande. Siempre uno se encuentra con alguna barrera para lograr sustentarse en la parte económica, pero siempre decimos que hay como una energía que nos ayuda que hace que se solucionen las cosas. Siempre salimos a flote de algún problema que se nos plantee. Siempre estuvimos seguros de lo que hacíamos. Hay un convencimiento de todo el equipo para hacer que esto funcione. Hay un propósito detrás que es lo que nos mueve. Te podés replantear el cómo, pero el qué y el por qué, te hacen sacar energías de donde sea.

 

¿Cómo describirías el impacto de Ecolif hasta ahora? ¿Qué sentís al ver todo lo que lograron?

Es una gratificación muy grande. Llevamos un ritmo de trabajo muy arduo. Estamos todo el tiempo en pleno movimiento. Siempre buscando innovación. Esto lleva un ritmo de trabajo muy interesante pero muy desgastante. Nunca tenés tiempo de frenar y decir ‘mira todo lo que hemos logrado’. Hemos reciclado más de 3 millones de tapitas en este recorrido y más de 600 mil vasos de yogurt y queso untable, lo que equivale a llenar más de la mitad de la Casa de Gobierno. Es un volumen gigante de material, que no solo se evitó que terminara en un basural a cielo abierto o incinerado, sino que también generó una fuente de trabajo para muchas personas. Trabajamos con cooperativas. La materia prima viene de centros verdes y de empresas que tienen un descarte. En esta propuesta que decimos que es integral, hay un montón de actores involucrados. Esos resultados que se han logrado nos llenan de felicidad y energía para seguir proyectando. Esto que nació como una inquietud, se está convirtiendo en un proyecto enorme. Ponemos ficha en que la gente se anime a desarrollar un proyecto para su emprendimiento a partir de plástico reciclado.

 

¿Qué mensaje le darías a otros emprendedores?

Es muy gratificante y lindo saber que se puede emprender. En base a todos los panoramas desalentadores que uno ve en el día a día, es posible tener una idea y llevarla a cabo. Emprender es posible pero hacerlo de forma sustentable es obligatorio.

Comentá la nota