Ascendió a su hermano, contrató a tres primos y jerarquizó a otra prima. Su gente de confianza también llevó a parientes a trabajar al organismo recaudador. En todos los casos, tienen salarios que van desde los siete a los veinte mil pesos.
Echegaray llegó a la AFIP el 30 de diciembre de 2008, luego de haber sido director de la Aduana y de la ONCCA, siempre durante la gestión kirchnerista. Por este último trabajo está imputado en un expediente judicial junto a varios de los funcionarios de su entorno más cercano. Varios de ellos hoy lo acompañan en cargos claves del organismo recaudador de impuestos. La cúpula de la AFIP está poblada de hombres y mujeres de su confianza, quienes en muchos casos no tienen carrera en esas oficinas. Una investigación de Clarín reveló que también le dio un buen lugar a la familia y permitió que sus funcionarios más cercanos imitaran su nepotismo. Este diario accedió a los legajos de cada uno, con las fechas de ingreso y los salarios correspondientes. La información fue corroborada con los aportes patronales de cada una de las personas nombradas.
Los Echegaray son de Punta Alta, una localidad cercana a Bahía Blanca. El jefe de los sabuesos tiene una larga carrera en la Aduana, organismo que manejó entre 2004 y 2008. En 2007, ingresó a la Aduana su hermano Marcelo Fabián, quien en mayo de 2009, ascendió abruptamente a jefe de Sección, un cargo por el que no gana menos de 23 mil pesos. Echegaray ya era jefe de la AFIP.
Punta Alta es una zona sensible para la familia. Cerca de allí funciona “Hacienda Argentina SA”, el feed lot que investiga la justicia por sus posibles vínculos con el funcionario. Y en aquellas tierras Echegaray conoció a Silvana Quinteros, una amiga a quien confió primero la delegación de la ONCCA en Bahía Blanca y luego premió con uno de los cargos más altos de la jerarquía de la AFIP: es subdirectora de los recursos de la Seguridad Social y gana alrededor de 40 mil pesos por mes.
Aunque el funcionario desmintió el vínculo (ver La versión …), los Munafó son parientes de Echegaray: llevan el mismo apellido que su madre y casi todos tienen dirección en Punta Alta. María Rosana Munafó ingresó a la AFIP dos meses después que lo hiciera su primo, en marzo de 2009. Presentó su título de maestra jardinera y la designaron en la guardería infantil del organismo con un salario de 12 mil pesos. Desde su incorporación pidió sistemáticamente licencias con goce de sueldo que le fueron concedidas, hasta junio pasado. En los últimos días, pese a esos antecedentes, la trasladaron al Centro Único de Monitoreo Aduanero, un área sensible creada por Echegaray, donde se controla la operatoria de todas las aduanas del país. Mientras estuvo en el jardín de infantes, Rosana, logró que ingresaran también a la AFIP dos buenas amigas suyas. Una de ellas, Vanesa Antolich, gana 8 mil pesos por mes y en el último año tuvo 11 licencias por enfermedad.
Fabricio (ingresó en mayo de 2009, pero curiosamente se le reconoce antigüedad laboral desde 1994) y Federico Ezequiel (que ingresó en setiembre de 2007) son otros dos de los Munafó que llegaron desde Punta Alta. Miriam Adriana, la cuarta con ese apellido, trabaja en la AFIP desde 1980. Parece ser la única que obtuvo el puesto por mérito propio, antes de la llegada de Echegaray.
Todas estas incorporaciones resultan aún más llamativas si se toma en cuenta que el ingreso de personal quedó suspendido desde que la AFIP absorbió 2.000 empleados que trabajaban en las AFJP.
Si el buen ejemplo no llega de arriba, mal puede imitarse abajo. Buena parte de los funcionarios designados o promovidos por Echegaray incurrieron en la misma práctica que su jefe. Por ejemplo, antes de llegar a la cima de la Aduana, María Siomara Ayerán logró también un puesto para un sobrino, Mario Cazarre. Desde junio de 2009, disfruta de un salario de unos 11 mil pesos.
El hombre clave de Echegaray en la Aduana, no obstante, es Silvio Minisini, el subdirector de Control Aduanero. Se conocen desde que ambos trabajaban en Comodoro Rivadavia y es quien decide qué se controla y cuándo. Desde mayo del año pasado, su hermana Leandra Solange trabaja en el organismo y cobra unos 13 mil pesos.
El amor filial también reina en la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social, a cargo de Carlos Alberto Sánchez, un hombre que llegó a ese puesto en la gestión Echegaray. Este funcionario, desde junio de 2009, tiene a su hermana Laura Raquel trabajando en AFIP. Cobra 14 mil pesos.
Los casos se repiten con muchos subdirectores que dependen directamente de Echegaray. Ni bien llegó a la AFIP, éste designó a Silvia Brucciamonti como responsable de Sistemas y Telecomunicaciones. Un año después esta funcionaria consiguió un puesto para su hija, Renata Luzzi.
Otro funcionario, Marcelo Oscar Barone, también logró escalar posiciones y ahora maneja la Dirección de Informática. En marzo de 2009, su hijo, Diego Ignacio, obtuvo un jugoso contrato laboral con el organismo.
La subdirectora de Coordinación Institucional, Beatriz Scarpado, fue más allá. Desde hace un año es compañera de trabajo de Eduardo Esteban Elguezabal, que no es ni más ni menos que su marido. En el área de Logística, su responsable, Miguel Angel Cobián, logró colocar a su hija María Candela en la Aduana y ascender a su esposa, María Luisa Carbonell, quien trabaja en AFIP desde 1992 pero ahora gana 23 mil pesos.
Diego Garayzabal es el subdirector de Servicios al Contribuyente y, además, uno de los imputados en el expediente por las irregularidades en la entrega de subsidios en la ONCCA. Garayzabal está divorciado pero su ex esposa (Mariela Patricia Lascano) también se benefició -en la última gestión- con un claro ascenso en la escala jerárquica. Su sueldo ahora supera los veinte mil pesos.
En los principales cargos directivos de la AFIP figuran varios amigos directos de Echegaray, que ya lo acompañaban durante su gestión en la ONCCA.
Juan María Conte, por ejemplo, ocupa la subdirección de Administración Financiera; Fernando Caamaño la de Recursos Humanos; Pablo Aguilera de la Asuntos Jurídicos. Todos resultan piezas claves para controlar los principales resortes de poder dentro de la AFIP
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