Piden la renuncia de Bacileff por su intransigencia frente a reclamos salariales y sociales. La habían convocado estatales y organizaciones sociales. Fueron dispersados con gases, agua y balas de goma.
Una multitudinaria marcha de más de 3.000 personas que reclamaba la salida del poder del gobernador interino del Chaco, Juan Bacileff Ivanoff, acabó con una batalla campal que se desparramó por todo el centro de Resistencia, luego de la que policía recibiera la orden de reprimir la manifestación. Hubo doce personas detenidas y más de treinta heridos.
La protesta había sido organizada por gremios estatales -que vienen reclamando una recomposición salarial superior al 25%fijado por el gobierno- y movimientos sociales que quieren un incremento de la asistencia del Estado, devaluada por el proceso inflacionario. También se sumaron comunidades indígenas del interior.
En los días previos, la Multisectorial contra el Ajuste, que agrupa a todos esos sectores, había difundido un documento en el quereclamaba el alejamiento de Bacileff, quien conduce el gobierno desde noviembre del año pasado, cuando Jorge Capitanich se tomó licencia por tiempo indeterminado para ocupar la Jefatura de Gabinete en la gestión de Cristina Kirchner.
Los argumentos esgrimidos por sindicatos, campesinos y grupos piqueteros se basan en la pérdida de ingresos de trabajadores y desocupados y en la intransigencia de Bacileff, que nunca aceptó recibir a los dirigentes gremiales y sociales. La movilización se instaló ayer a las 11 de la mañana frente a la Casa de Gobierno, que amaneció totalmente vallada y con un dispositivo de seguridad de casi 500 policías. Los manifestantes volvieron a pedir que las autoridades provinciales los recibieran, pero un mediador oficial les contestó que debían solicitar audiencia por vía administrativa y con varias días de antelación. La tensión fue creciendo, y pasadas las 13 se desató la violencia. Los organizadores de la marcha responsabilizaron al gobierno, y consideraron a la represión premeditada e injustificada. “La policía comenzó una brutal represión persiguiendo a los manifestantes en un radio de 15 cuadras de la plaza. Se usaron balas de plomo, de goma, gases lacrimógenos y todo un arsenal represivo”, denunció el Partido Obrero.
Desde el gobierno, el subsecretario de Seguridad, Mauro Flores, dio una versión distinta. “La policía actuó cuando le comenzaron a arrojar todo tipo de elementos; había gente con armas blancas y con tumberas (armas de fabricación casera)”, afirmó.
Lo concreto es que la plaza central de Resistencia se convirtió en un campo de batalla. La policía actuó con itakas, gases, un camión hidrante y efectivos a caballo. Algunos manifestantes llevaban palos, pedazos de baldosas y hondas. La conmoción se extendió a todo el centro, con nuevos choques que ocasionaron daños también a vehículos estacionados y locales comerciales.
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