María Herrera Molina, hija del camarista Emilio Herrera Molina, uno de los magistrados que firmó la absolución de los 13 acusados por el secuestro y desaparición de Marita Verón.
Antes, la hija del magistrado le había solicitado a Sarita "de hija a hija" que interceda ante el Gobernador para que revea la decisión política de avanzar con la destitución de su padre, reclamada por Susana Trimarco, la mamá de Marita.
"Recuerdo cuando te pedí que le hicieras entender a tu padre que no había derecho para perseguir a mi papá, sabiendo que era absolutamente inocente y que sólo había cumplido con sus deberes constitucionales", reza el primer párrafo de la misiva.
"Recuerdo los silencios de papá, su sufrimiento y el de toda nuestra familia, masticando los insultos y las difamaciones, contemplando impotentes que desde la cima más alta del poder se haya decidido lincharlos, aún a sabiendas que eran probos y que él y los otros dos jueces, solamente habían cumplido con coraje ejemplar sus obligaciones, más allá de los posibles errores comunes a la naturaleza humana", acotó la hija del juez tucumano.
En otro tramo de su carta a Sarita, María recordó que su padre le explicó que "la presunción de inocencia es la base de la civilización occidental y que su preservación es la obligación moral más importante de todo juez penal, pues solamente la certeza absoluta de culpabilidad puede vencer a ese principio que enseña: 'que hiere a la dimensión ética del derecho que un inocente sea privado de su libertad y que ello es más grave que diez delincuentes libres'".
Luego, sostuvo que "las altas murallas del castillo del poder se están desmoronando y lo que uno da, luego lo recibe. Hoy la sociedad, ávida de escándalo y venganza, ya ha pronunciado su condena en el caso de Paulina, con todo rigor y contundencia, a lo largo y a lo ancho del país. Yo podría quedarme a observar el ahondamiento del linchamiento público al que ahora ustedes se encuentran sometidos. Pero estaría actuando en infracción ética y satisfaciendo bajos instintos, y no nobles ideales", enfatizó. Y dijo que, en cambio, decidió "dar una lucha frontal por la vigencia total del principio de inocencia como basamento de toda sociedad civilizada, ya que culturalmente debemos dar un gran salto cualitativo que elimine la justicia plebiscitaria o popular y confíe en la justicia de las pruebas y de las leyes". "Y si los acusados en el caso de Paulina son inocentes -como debemos todos sostener ante la vigencia del principio constitucional-, ¿No querrá tu padre jueces probos y valientes -como mi papá- , que no se dejen llevar por la condena popular?", sentenció.
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