Respondiendo los intereses de quienes invirtieron en su campaña, el Presidente sacrificó, con su reforma tributaria, a la cada vez más empobrecida Clase Media.
La Reforma Tributaria no afectará a las Iglesias ni a las bebidas azucaradas, esto último indigna teniendo en cuenta que en todo el mundo civilizado se está atacando e incomodando a las gaseosas.
Pero Duque, demostrando una vez más su falta de imaginación, decidió atacar el lado más débil, la clase media. Esto ha desatado una serie de críticas encabezadas por Daniel Samper Ospina. Si el presidente aprueba esta Reforma Tributaria no hay de otra, todos deben salir a la calle.
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