Nicolas Dujovne tiene resuelta una decisión clave : congelará el gasto del año próximo de acuerdo al Presupuesto y así aspira a evitar que se desborden las cuentas en el año electoral. De esta forma lo comunicará a la brevedad, quizá hoy en una conferencia de prensa, donde quedará en claro otra cuestión : Dujovne será el nuevo vocero del área económica, el encargado de explicar un –hasta hora inexistente – rumbo de la política económica.
La tarea se la encargó el propio Presidente quien con sus últimas decisiones tomó una determinación política : el nuevo ministro de Economía será el propio Mauricio Macri. El Presidente definió e hizo explícita esa resolución. También que los únicos responsables políticos de las futuras decisiones económicas serán la troika que forman: Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.
Quintana fue precisamente el encargado de convocar a Dujovne. Ocurrió el martes antes de Navidad , cuando le hizo una oferta enigmática y general : “¿Nico, te gustaría formar parte del Gobierno?” Ambos trabajaron en la macrista Fundación Pensar, pero Quintana está ahora seducido por la fama de comunicador de Dujovne.
El domingo pasado cuando se activó el reelevo de Alfonso Prat Gay, ambos se volvieron a comunicar. El influyente economista puso como condición ser “ministro” de Hacienda y no sólo un secretario dependiente de Luis Caputo. Quintana, a su vez, objetó a Nicolás Gadamo, el primer candidato que Dujovne propuso para la estratégica secretaria de Hacienda. Al final hubo acuerdo para que Rodrigo Pena ocupe ese cargo . El economista Maximiliano Castillo se incorpora a la Jefatura de Gabinete, en la estratégica área presupuestaria.
Así terminó el proceso de destitución de Prat Gay, que estaba previsto recién para el 9 de enero, cuando Macri volviera de sus vacaciones. Las acciones se aceleraron en forma imprevista. El domingo la Casa Rosada se enteró que la información estaba circulando y quisieron evitar que Prat Gay se anticipara y diera un portazo. Un inquieto periodista encendió el alerta en la Navidad de Villa La Angostura. La orden de Macri fue concreta: hay que echarlo y el principal motivo (ni político, ni económico) residía en que no soportaba más sus actitudes de pedantería.
Así Macri lo confesó a sus íntimos : “ La relación personal no da para más. Está totalmente deteriorada. Alfonso desayuna bronce”. Pero la decisión de expulsarlo del Gobierno se inició a comienzos de noviembre, cuando la Casa Rosada conoció una reunión secreta de Prat Gay con varios líderes Parlamentarios. Fue después del triunfo de Donald Trump.
Entre otros, estaban Graciela Camaño, Mario Negri, Sergio Massa, Emilio Monsó y Nicolas Massot. En ese encuentro Prat Gay fue muy desalentador con su diagnóstico económico para el año próximo y puntualizó lo adverso que estará el frente externo para Argentina. Afirmó que el triunfo de Trump complicaba el financiamiento y contó que hubo una disputa entre Macri y Putin que aleja el dinero de Rusia. También anticipó que China no dará créditos hasta que la Argentina no la reconozca como economía de mercado.
Fue diplomático, pero cuestionó la forma como Marcos Peña llevaba adelante la gestión del Gobierno y los errores que, a su criterio, cometía siempre la Jefatura de Gabinete que perjudicaban a Macri. Horas después, el contenido de sus críticas se conocían en la Casa Rosada. Peña utilizó el encuentro para insistir frente a Macri con la salida del Ministro : “No se puede trabajar así". Porque Prat Gay había insistido en la intimidad que “la troika” de la Casa Rosada había cometido fuertes desaciertos , que exacerbaron la recesión y la inflación:
-No aceptar hacer al inicio un balance de la herencia recibida.
-Bloquear la convocatoria a un acuerdo empresario-sindical para moderar expectativas de precios.
-Avalar un exagerado aumento de las tasas y la recesión.
-Insistir con el pésimo manejo del tarifazo.
-Propiciar la división ministerial que complica las decisiones claves.
En las ultimas, semanas Prat Gay decidió romper puentes. Al final sólo iba a encuentros donde estaba Macri y despreciaba los que lideraba Peña. El propio Peña se desquitó una jornadas después del encuentro con los líderes parlamentarios. Fue cuando Roberto Lavagna embistió contra el Gobierno y el Jefe de Gabinete dijo en alusión a Lavagna y a Prat Gay : “Hay que terminar con los egos de afuera y de adentro”. Prat Gay recibió el impacto y sintió amenazada su continuidad. Por eso mantuvo diálogos secretos con líderes políticos. Fue muy crudo, directamente contra el Presidente.
Confesó: “ Macri no quiere compartir ningún éxito”. Y agregó : “No quiere ministros que piensen y hagan política. Quiere gerentes que obedezcan”. Los hombres de negocios están conformes con este sinceramiento. Pero tienen dudas e insisten en una cuestión: no se trata sólo de nombres, sino de que se explicite un programa económico de crecimiento. En la Unión Industrial creció la incertidumbre. Aunque sus caciques están en una sórdida pelea por el poder. Existe una batalla campal para definir al sucesor de Adrian Kaufmman Brea.
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