El duhaldismo probó motores en Rosario con un acto al que asistió la mayoría de su tropa sindical. Duhalde llamó a pacificar el país con una concertación y dijo que el kirchnerismo es "una forma de la vieja política del enfrentamiento".
El bonaerense estuvo en la ciudad santafesina tejiendo contactos diversos –hasta visitó la Bolsa de Comercio–, pero se cuidó de no mostrarse con el titular de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, quien evalúa postularse a gobernador de Santa Fe por el duhaldismo. Es que el anfitrión de la visita fue el principal referente local del ex presidente, Norberto Nicotra, quien también aspira a anotarse en la carrera por la candidatura del PJ provincial, para pelear con los postulantes del reutemismo y del kirchnerismo, algo que todavía ninguna corriente se apura por definir. Por lo demás, la cita estuvo desprovista de figuras del PJ provincial y también de intendentes o presidentes comunales.
El viernes por la noche, en el Patio de la Madera, algo más de mil concurrentes fueron a escuchar a Duhalde, quien subió al escenario flanqueado por su esposa, Chiche, y el secretario general de las 62 Organizaciones y titular de Uatre, Gerónimo Venegas. En rigor, la mayoría de los presentes estaba convocada por el sindicato de peones rurales, a juzgar por el enjambre de gorras y remeras con esa identidad que dominaba el salón.
Los bombos sonaron esporádicos durante la media hora en la que habló Duhalde, arengados por la reaparición de El Tula, que ya no toca los parches pero se muestra activo en la campaña duhaldista.
El leit motiv del mitin era la bandera nacional, multiplicada en ejemplares plásticos que la organización proveyó a cada concurrente. Así lo confirmó Duhalde cuando pidió varias veces al público que agite sus banderitas "porque ese es el símbolo que tiene que aunar a todos los argentinos, al margen de sus partidos políticos", dijo.
Para diferenciarse la virulencia que campea en la escena política nacional entre oficialismo y oposición, Duhalde eligió alabar el Pacto de la Moncloa español, y "la coherencia de los brasileños que continúan sus políticas de Estado aunque cambien de presidente". Por eso, mencionó que viene trabajando "con un radical como Rodolfo Terragno" en planes de políticas públicas "para construir un proyecto nacional que nos abarque a todos y que rescate al país como cuando en 2002 me tocó asumir en medio del caos".
El fundador del Movimiento Productivo Argentino dijo que "la lógica del enfrentamiento permanente forma parte de la vieja política". Por eso, se culpó de "haber llevado de la mano a Néstor Kirchner" a la presidencia y señaló que "es la hora de la reflexión, no de la arenga".
Con su acto en tierra santafesina, Duhalde dedicó un homenaje a "la provincia chacarera que se mantuvo erguida frente al atropello de un gobierno que intentó confiscar el fruto de su esfuerzo" y "a los trabajadores del campo, del aceite, la lechería, la carne y todos los que construyen la Argentina productiva". "El campo y la Iglesia fueron las únicas instituciones que se me acercaron en 2002 con la actitud de ayudar a pacificar el país", mencionó.
Con su llegada a Rosario, aparecieron en el centro de la ciudad unos afiches que mostraban el rostro de Duhalde tras las rejas y la leyenda "candidato a la cárcel". El panfleto, anónimo, le adjudicaba responsabilidad en la represión del estallido social de diciembre de 2001. "Esos cartelitos son de una cooperativa de la Side que me sigue a todos lados", minimizó antes del acto. En la víspera, un grupo de manifestantes identificados como "Frente Popular Darío Santillán" lo había recibido con un escrache.
Por eso, antes de marcharse raudo del Patio de la Madera, escoltado por policías, en una Jeep Cherokee de vidrios polarizados, Duhalde ratificó su voluntad de ganarle a Kirchner la interna justicialista e ir por el Sillón de Rivadavia: "No les tengo miedo. Si me quieren parar, tendrán que hacerlo en la calle y contratar a un francotirador", desafió.
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