En el peronismo creen que el ex gobernador quedó golpeado por el apoyo de Alberto Fernández a Manzur.
Juan Manzur y José Alperovich creen que este domingo se disputarán mucho más que una elección. El gobernador asume que una victoria lo catapultará como el conductor indiscutido del peronismo de Tucumán, mientras su antecesor confía en dar un batacazo y volver a gobernar la provincia.
La pelea central de este domingo será la de Manzur y Alperovich, pese a que el gobernador cree que su mentor político puede incluso quedar en el tercer puesto.
En el entorno de Manzur aseguraron a LPO que la caída de Alperovich se profundizó en las últimas semanas y se preparan para festejar una victoria, en un búnker en el que especulan con la presencia de Alberto Fernández. De hecho, cerca del gobernador analizan que fue "clave" el impulso que recibió del candidato presidencial en una provincia en la que Cristina Kirchner supera los 50 puntos.
En la última semana de campaña, Fernández jugó activamente para Manzur y quebró la actitud equidistante que venía ensayando Cristina. Cerca del candidato presidencial explican que decidió recibirlo en el sanatorio Otamendi como una gentileza por haber liderado el retorno de los gobernadores díscolos a las filas de Cristina.
El propio Manzur se sorprendió cuando llamó a Alberto para ver cómo estaba de salud y recibió la invitación para charlar en persona, justo la semana previa a la votación. Rápido de reflejos, el gobernador viajó a Buenos Aires con una colaboradora y una fotógrafa.
Alberto recibió a Manzur en la clínica en un gesto de apoyo frente a Alperovich
En el peronismo están convencidos de que la jugada no tuvo el aval de la ex Presidenta, que incluso se excusó ante su amiga Beatriz Rojkés -esposa de Alperovich- y le manifestó su molestia. Es que, desde hace meses, en el Instituto Patria prometen no involucrarse en la batalla provincial y piden "que gane el peronismo".
Los Alperovich minimizan la incidencia de Fernández en el resultado de mañana. El antecesor de Manzur habla del candidato como "un par" y le quita mérito para inclinar la balanza en las provincias.
Alperovich y Manuzur no hablan desde 2017. La relación se terminó de quebrar cuando el gobernador salió a hacer pintadas por su reelección sin haber resuelto la interna con su ex jefe político, que entonces definió que no tenían nada más que hablar.
Sin embargo, la verdadera ruptura comenzó unos meses antes, cuando su esposa Beatriz organizó un gran evento con su agrupación, la Red de Mujeres Solidarias, al que invitó a Cristina Kirchner. Alperovich acusó a Manzur de sacarles el personal de seguridad para arruinar el evento e intentar vaciarles el acto.
El diálogo se cortó desde entonces, pese a los esfuerzos de Jorge Gassenbauer -histórico operador de Alperovich- de acercar posiciones entre ambos. "Nosotros estábamos intentando recuperar el PJ con Gioja y ellos sacándose fotos en el día de la lealtad con Barrionuevo", recuerdan y le achacan al gobernador su relación con el intereentor del partido.
En un clima enrarecido y una tensión que escala de parte de ambos, Alperovich esperará mañana los resultados junto a su familia y algunos colaboradores de su campaña de pasado kirchnerista, como el ex ministro Carlos Fernández y Mercedes Marcó del Pont. Espera que "el aparato", esta vez en contra suyo, no traccione lo suficiente y le permita ser la sorpresa de la noche. Manzur se ilusiona con que en su búnker aparezcan algunos gobernadores, como Lucía Corpacci y Sergio Uñac, pero sobre todo espera coronar la alianza con Alberto Fernández y sumarlo a los festejos.
Comentá la nota