El Gobierno negocia con el FMI un nuevo acuerdo. Los obstáculos para que se concrete en el mediano plazo y el factor político que podría romper ese equilibrio de tensión.
María Victoria Lippo
Representantes del Gobierno viajaron la semana pasada a Estados Unidos para asistir a la reunión anual del FMI. El organismo elogió el rumbo del programa económico y dijo que está en negociaciones con el país para un nuevo programa. Sin embargo, existen dudas todavía de que pueda alcanzarse un acuerdo.
El vicedirector del departamento del hemisferio Occidental, Luis Cubeddu, destacó en esa oportunidad el "importante progreso" de Argentina en materia de baja de la inflación y en el establecimiento de un ancla fiscal, subrayó que aún existen desafíos como "desarmar los controles de capital de forma gradual y ordenada" y enfatizó que se trabaja con las autoridades en un nuevo programa mientras trabajan en "comprender mejor y plenamente los planes y el período por delante" mientras estudian "las opciones para pasar a un nuevo programa".
Pero existen dudas desde los aspectos técnicos de que el Gobierno pueda alcanzar un nuevo programa con el organismo, de cara al fin del vigente.
Martín Rapetti, director ejecutivo de Equilibra y doctor en economía por la Universidad de Massachusetts, subrayó a El Cronista los aspectos por los cuales ve poco probable que se alcance un acuerdo en el mediano plazo.
"El Fondo ayuda a los países a restaurar su situación y brinda asistencia financiera cuando se cierran los mercados", aclaró como una primera etapa de intervención del organismo. Esto, agregó, apunta a que el país pueda recomponer sus condiciones de crédito para acceder nuevamente a los mercados para además, eventualmente, repagar el crédito.
La orientación de los programas es, explicó, típicamente fiscal, pero los países que toman deuda externa deben además garantizar que van a poder acceder a los dólares para pagar los créditos, por lo que deben "generar las condiciones para mejorar la situación externa".
"Nadie reprocha los resultados del Gobierno en materia fiscal. El tema es que, en el esquema actual, es difícil acumular reservas. Lo lógico sería que la economía tenga más dólares para sacar el cepo y que el Banco Central sume reservas", agregó el economista. Esto, destacó, es lo complicado.
Cabe destacar que el Banco Central en lo que va de octubre acumula reservas por u$s 2.712 millones adicionales.
Es que el FMI considera que el tipo de cambio debería ser más alto que el actual, por lo que es esperable que el staff pida alguna modificación que haga subir el dólar, mientras que el Gobierno quiere proteger su principal logro, que es la baja de la inflación. Es por esto que considera poco probable que en materia técnica se alcance un acuerdo entre las partes.
La variable que puede hacer cambiar este estado de tensión es la política. "Si Donald Trump gana el martes las elecciones presidenciales de Estados Unidos, no podemos descartar que haya un elemento político que modifique esta tensión", marcó Rapetti.
Una de las opciones que consideró es que se alcance un acuerdo en el que se le den fondos a la Argentina sin que se le pida devaluar. "En alguna medida, la euforia financiera de las últimas semanas está asociada a que el mercado percibe que gana Trump y que Argentina pueda conseguir un acuerdo así".
Comentá la nota