En la actualidad no se sabe si el servicio Mar del Plata-Constitución funcionará normalmente para la próxima temporada veraniega. Desde el sector turístico local mostraron "preocupación" ante la falta de respuestas concretas.
Desde el pasado agosto, cuando las inundaciones dañaron un puente ferroviario sobre el río Salado -entre Lezama y Castelli- está interrumpida la circulación de las formaciones entre Constitución y Mar del Plata y nadie sabe cuándo volverá a la normalidad.
Así las cosas, desde septiembre pasado, Ferrobaires ofrece un servicio combinado para cumplir con el trayecto Constitución-Buenos Aires: un tramo en ferrocarril -hasta Lezama- y el resto en ómnibus, disponible tres veces por semana.
La situación se mantendrá hasta diciembre, pero nadie asegura que el servicio esté normalizado antes del inicio del verano. Esto preocupa al sector turístico de la ciudad.
Desde la Asociación Empresaria Gastronómica Hotelera dijeron estar "preocupados" debido a que el ferrocarril "es un transporte interesante si funciona bien. Y se utiliza mucho, sobre todo por un determinado sector de gente", señaló el presidente de la entidad, Eduardo Palena.
En tanto, desde las oficinas locales de Ferrobaires aseguraron que "no sabemos y tampoco tenemos nada que hacer, la respuesta la tiene que dar Hidráulica de la provincia de Buenos Aires". Las autoridades del sector también hicieron "mutis por el foro", tanto las salientes como los potenciales sucesores.
Los lunes, miércoles y viernes llegan a Lezama, alrededor de las 19, micros contratados por Ferrobaires transportando pasajeros desde Mar del Plata. En Lezama esperan para seguir viaje en tren, con destino final a la estación de Constitución.
En tanto, el tren llega a Lezama desde Plaza Constitución con pasajeros cuyo destino final es Mar del Plata. En Lezama se produce el cruce: hasta la ciudad siguen en micro y los que llegaron hasta allí a bordo del ómnibus se cambian al tren.
Obras
Desde antes de las inundaciones estaban en marcha obras de construcción de un nuevo puente sobre el río Salado, pero la continuidad de las mismas se vio afectada por las inundaciones de agosto pasado.
Aunque ahora el agua regresó a su cauce natural, la tierra no está firme para que operen máquinas de gran porte, explicaron desde Ferrobaires. En tanto, el viejo puente está en mal estado desde las inundaciones y debería ser habilitado por la dirección de Hidráulica de la provincia de Buenos Aires antes que los trenes puedan volver a usarlo. Pero esa inspección se demora.
Claro que esa formación tiene otro problema: los nuevos durmientes no resistieron el paso de los trenes, sumando más de 7 mil unidades rotas en un tramo de 20 kilómetros. Los durmientes habían sido fabricados en Mar del Plata y tras ser instalados en varios tramos del ramal que une Constitución con la ciudad quedaron quebrados al poco tiempo de circulación de las formaciones con pasajeros.
Casi 50 mil durmientes quedaron bajo observación por esta falla.
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