Ariel Maciel

La metamorfosis de la imagen de algunos funcionarios nacionales, tanto en la dialéctica como en las formas que encarna del presidente Javier Milei, encendió las alarmas en el empresariado. Sucede que el círculo rojo les tiene terror a los insultos y al choque frontal con el Congreso y con la casta empresaria que ensayan desde la Casa Rosada, y que ahora, además, imitan desde distintos ministerios. Y si bien se los tolera al jefe de Estado, como parte de la “batalla cultural”, reclama que en el Gabinete se impongan actores que puedan traducir ese “acting político” en canales de diálogo y de reconstrucción política para la gestión.

En los múltiples foros empresarios, que su multiplicaron para la última parte del año, se instaló la necesidad de que “se evite el clima de campaña electoral”, cuando todavía falta un año para que se realicen los comicios legislativos de 2025. En el sector privado manejan dos hipótesis de la “exacerbación” del humor dialéctico del oficialismo: el intento por buscar respaldo institucional en el círculo rojo y en las gobernaciones, ante los reproches de la oposición más dura; o la idea de esquivarle a los temas que más incertidumbre económica genera en los negocios.

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“El Gobierno parece que necesita poner sobre la mesa el rumor de un juicio político contra Milei o alguno de sus ministros para que exista un pronunciamiento explícito de apoyo a las instituciones, que despeje de dudas”, analizó un asesor de primera línea de un banco internacional, que sigue de cerca la realidad argentina, consultado por PERFIL. En principio, el Ejecutivo nacional pareció cosechar, porque los gobernadores dialoguistas Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Valdés (Corrientes) e Ignacio Torres (Chubut) afirmaron, casi a coro, que Milei “necesita tiempo” para gobernar. Lo dijeron en el Coloquio de IDEA y, a pesar de deslizar reclamos por obras públicas o coparticipación.

Con debate político, pero sin dólares

Otra de las variantes planteadas por el sector privado es el “debate de la distracción”. “La pelea política anticipada, cuando el peronismo se está desgastando con una interna que no necesita de la intervención de otros actores, parece esconder otro debate: la falta de dólares y de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Sin reservas en el Banco Central, tendremos cepo para rato”, se lamentó la fuente consultada por este medio. Esos datos atravesaron los pasillos de IDEA, pero ya venían con antecedentes en otros foros empresarios. En el exterior siguen de cerca la agenda discursiva.

Según la agenda oficial, el ministro de Economía, Luis Caputo, partió este lunes hacia Washington DC, para participar en la Cumbre del FMI y el Banco Mundial. Se espera que mantenga “múltiples reuniones bilaterales y que participe en los paneles de discusión organizados por los organismos internacionales”. “Durante la semana, también está prevista la participación del Ministro Caputo en el Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), un espacio que asesora e informa a la Junta de Gobernadores del FMI acerca de la supervisión y gestión del sistema monetario y financiero internacional”, señaló un comunicado de prensa.

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El jefe del Palacio de Hacienda espera encaminar la negociación. La intervención en las cotizaciones de los dólares financieros es uno de los puntos que divide las aguas. El Mecon no quiere resignar ese poder de fuego, señalaron fuentes del equipo económico. Para esa tarea, Caputo subió al avión al secretario de Finanzas, Pablo Quirno; a su par de Política Económica, José Luis Daza; al presidente del Banco Central, Santiago Bausili; y al vicepresidente de la autoridad monetaria, Vladimir Werning.

Devaluar o no devaluar, esa es la cuestión

En el establishment, tanto nacional como extranjero, existe “poca expectativa” de una renegociación expeditiva de la deuda que tiene el país con el FMI. El calendario de vencimientos del 2025 les pondrá presión a las reservas del BCRA y algunos de los analistas esperan que el debate de una devaluación se plantee en el corto tiempo, aún si hay acuerdo, pero es “insuficiente”. Si bien el Gobierno desmintió esa posibilidad en varias ocasiones, la falta de dólares puede obligar al pragmatismo. El punto es cuándo será esa decisión.

“Con la inflación cada vez más a la baja y a la entrada de un diciembre caliente, es impensable que haya una devaluación antes de fin de año. Y como el año que viene es electoral, a medida que se acerquen las elecciones habrá menos margen de corregir el tipo de cambio. Así que podría hacerlo en enero o febrero, para tener posibilidad de recuperar rápidamente, o pateará la decisión para después de octubre, con una olla a presión que dejará menos margen de maniobra. La experiencia dice que siempre es mejor tomar la decisión, antes de que la tome el mercado. Porque devaluar va a ser inevitable”, aseguró el asesor bancario, ante PERFIL.

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El motivo del pedido de corrección cambiaria no está vinculado a mejoras en la exportación. De hecho, un grupo de empresas de la cadena bioagroindustrial aprovechó el Coloquio de IDEA para unificar posiciones y decir públicamente que no estaba detrás de un peso más débil, a pesar de las dificultades competitivas que tienen las ventas al mundo. En ese universo, hay una empresa que está a punto de anunciar una inversión millonaria en dólares.

Pero, el problema está en las inversiones que no están, en la actualidad, radicadas en la Argentina. “Las empresas que tenemos fábricas en el país, seguiremos apostando a la tecnología, para ganar competitividad y tender el puente hasta la salida de la recesión. Pero alguien que tiene que definir un negocio, lo primero que ve es la realidad del país a invertir y nadie está pensando en poner un dólar en la Argentina, mientras siga el cepo. Es una utopía”, sentenció el ejecutivo de una multinacional, radicada en el país.