Dudas, confirmaciones y la jugada libertaria que sacudió al oficialismo

Dudas, confirmaciones y la jugada libertaria que sacudió al oficialismo

Panorama Político Local. Con guiños de todo tipo a Milei, en el municipio aplauden los anuncios de eventos que habían quedado en una nebulosa. Cambios de gabinete y versiones sobre Montenegro en los medios nacionales. Reproches de la UCR al PRO.

Por Ramiro Melucci.

Un hilo invisible une al Festival Internacional de Cine con los Juegos Nacionales Evita. El camino que recorrieron las dos citas con epicentro en Mar del Plata parece calcado. Primero, la incertidumbre por la falta de certezas del Gobierno nacional. Luego, las furiosas críticas opositoras por los recortes presupuestarios que se insinúan. Por último, la confirmación de que se harán.

Todo el proceso inicial desprovisto de información fue una invitación a los cuestionamientos; el anuncio de las fechas, una mini revancha de los aplaudidores del modelo liberal. Aunque todavía no se sepa a ciencia cierta cuánto incidirá el ajuste, la muestra cinematográfica se realizará entre el 21 de noviembre y el 1 de diciembre, mientras que las finales de los Evita se llevarán a cabo del 4 al 9 de noviembre.

El presidente del Ente de Turismo y Cultura, Bernardo Martín, envió en la ratificación de los Juegos un guiño a los que lo quieren en las filas libertarias. “Reunión en la Subsecretaría de Deportes. Juegos confirmados. Los esperamos como siempre en Mar del Plata del 4 al 9 de noviembre. Fin”, posteó con el estilo del vocero presidencial, Manuel Adorni, después de reunirse con Julio Garro, el titular del área. Parece disfrutarlo. Unos días antes había dicho que el Festival de Cine “no será un acto político”.

Mientras escuchaba en medios nacionales versiones sobre un posible desembarco en el gabinete de Javier Milei, Montenegro sonrió por partida doble después de hacerle honores a “la ciudad del sí” que trajo al mejor pádel del mundo. Había hecho gestiones con el presidente del Incaa, Carlos Pirovano, para que en tiempos de ajuste hubiese al menos un “Festival de Cine Netflix”, y había enviado a su hombre de confianza, el senador provincial Alejandro Rabinovich, a consultar por los juegos nacionales, que a pesar del deseo de algunos se seguirán llamando Evita.

Más que por el anuncio del secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli, Rabinovich se sintió reivindicado por un encuentro que mantuvo Milei en San Francisco. El Presidente se reunió con Sam Altman, fundador de OpenAI, y Alex Blania, cofundador y CEO de Tools for Humanity, que apoya al proyecto Worldcoin. El mismo que se instaló en el verano en la ciudad para escanear el iris de miles de marplatenses y turistas, y que fue duramente cuestionado por Acción Marplatense y denunciado por el Gobierno bonaerense. “Mar del Plata fue la primera ciudad que abrió sus puertas a Worldcoin. Hay que mirar para afuera y para adelante. Basta de prohibir y vivir en el pasado”, lanzó por elevación a Gustavo Pulti y Axel Kicillof.

Esa sociedad opositora buscada por el exintendente volvió a tener una expresión la semana que pasó. Ocurrió en la localidad de Lavalle, donde el diputado grabó un video con Kicillof en el que el gobernador ratificó la realización de los Juegos Bonaerenses. “La Provincia hace, la Nación recorta”, resumió, en alusión a los Evita.

Gustavo Pulti y Axel Kicillof, la semana pasada en Lavalle, donde grabaron un video contra el recorte en los Juegos Evita.

Todo sucede con el conflicto municipal de fondo. Esta vez la estocada la volvió a dar el Ministerio de Trabajo bonaerense, que rechazó el recurso de revocatoria interpuesto por el municipio contra el convenio colectivo de trabajo consensuado por el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) y la administración de Carlos Arroyo. “El diablo volvió a meter la cola”, comentaron por lo bajo en la comuna, y anticiparon que harán una presentación ante la Justicia para desestimar ese acuerdo laboral que no tiene aval de Montenegro.

El expediente está en el Concejo, donde a priori no tiene chances de superar la comisión de Legislación, la única a la que tiene giro. A pesar de que las relaciones en el interbloque oficialista no pasan por el mejor momento, y de su definición política de no acoplarse a la pelea del intendente con el sindicato, traducida en un vasto silencio, la UCR no trama un voto que destruya su vínculo con Montenegro.

Las turbulencias tuvieron un episodio claro en el inicio de la semana como consecuencia de una jugada de la bancada libertaria. Tras las declaraciones de Montenegro en contra del cambio de la fórmula con que se calculan los montos indemnizatorios en la provincia, La Libertad Avanza impulsó un proyecto de rechazo en el Concejo. Y propuso a los tres socios oficialistas (el PRO, la UCR y la Coalición Cívica) que lo firmaran. Contaba con un antecedente adicional: en la Cámara de Diputados bonaerense, donde la modificación de las indemnizaciones obtuvo media sanción, sólo dos de esos tres sectores habían votado de forma uniforme: el PRO y la Coalición Cívica, que rechazaron el proyecto kirchnerista; la UCR se abstuvo.

Los radicales vieron enseguida que detrás de la declaración de rechazo estaba el pacto libertario con el sector del PRO más afín. Sintieron que los invitaban a una fiesta que ya había comenzado. Y no lo firmaron. Por lo que salió con las rúbricas de los ediles libertarios, los de Montenegro (que tomaron el recaudo de consultar antes de hacerlo) y los de la Coalición.

Los reproches radicales al PRO no tardaron en llegar. “Fue una trastada de La Libertad Avanza”, interpretó uno de ellos. Y quedó en evidencia el cambio de alianza que pregonan otros. “Pero nuestra relación con el radicalismo no se va a terminar por la firma de un proyecto en el Concejo”, amortiguaron cerca del intendente.

Los radicales vieron enseguida que detrás de la declaración de rechazo estaba el pacto libertario con el sector del PRO más afín. Sintieron que los invitaban a una fiesta que ya había comenzado. 

Montenegro también vio la semana pasada la caída de uno de los primeros interlocutores que tuvo en el gobierno de Milei: Pablo de la Torre, eyectado de la Secretaría de Niñez y Familia y denunciado por el Gobierno en el marco del escándalo de los alimentos almacenados a punto de vencer.

En el gabinete municipal también hubo un cambio de apuro. Renunció el subsecretario de Seguridad, Marcelo Larroca, un comisario general retirado que había llegado en diciembre –en el inicio del segundo mandato de Montenegro– para acompañar a Rodrigo Goncálvez en reemplazo de Martín Ferlauto y Gustavo Jara. El gobierno local dio la versión de un hombre que, ante los cambios en la Policía Bonaerense, reconoció que ya no podía cumplir la misión que le había sido encomendada: la de coordinar los operativos del municipio con la policía.

Tales cambios se desencadenaron a partir de la detención de José Segovia en el marco de una causa por presunta corrupción. El lugar del entonces jefe departamental lo ocupa interinamente el superintendente de la Región Atlántica II, Miguel Ojeda, porque la que debía sucederlo, Cintia Tarantino, pidió licencia. En ese contexto signado por las turbulencias, la salida del subsecretario, más que la de un movimiento planificado, tiene todo el aspecto de un acto preventivo.

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