El candidato no quiere que sus asesores hablen sobre la adopción de la moneda de EE UU. Hay sectores que intentarían tender un puente con el Vaticano, pero perciben que se llegó a un punto de "no retorno".
Por: Claudio Mardones
Javier Milei aprovechó al máximo la híper exposición que le ofreció el presentador norteamericano Tucker Carlson. El reconocido adorador de Donald Trump viajó a Buenos Aires para entrevistarlo y le permitió al candidato presidencial de ultraderecha sortear por un rato la falla estructural que todavía no logra reconducir. El economista reafirmó sus arengas anticomunistas, volvió a criticar al papa Jorge Mario Bergoglio con dureza y consideró al aborto como un «asesinato agravado». La entrevista registró un récord de visitas, pero Milei no aportó una sola definición sobre sus presuntos planes de dolarización de la economía argentina.
El líder de La Libertad Avanza se movió mucho mejor en la zona de confort que le ofreció la ultraderecha norteamerciana que en las conferencias donde el círculo rojo le exige detalles sobre la dolarización que impulsa en la campaña. La ausencia de precisiones no es un problema de comunicación. La estrategia de marketing político que tiene sumó otro hito gracias al aventón republicano de Carlson. Así le permitió poner en segundo plano los tironeos que hay en el espacio de ultraderecha sobre cómo y qué explicar de la dolarización. Todavía no cierra la herida autoinfringida hace diez días, cuando al menos cuatro referentes económicos de Milei dieron explicaciones e interpretaciones sobre las intenciones de dolarizar.
Desde entonces Milei es el único vocero al respecto. Carlson no le preguntó sobre el tema y el entrevistado no habló nada de economía. Detrás del diálogo de convencidos laten las intrigas sobre las diferencias que hay en el entorno de Milei respecto al programa dolarizador. Los problemas para explicarlo no sólo desnudaron diferencias sino que podrían implicar un discreto segundo plano de figuras relevantes de LLA, como la economista Diana Mondino. Es promovida por Milei como posible ministra de Relaciones Exteriores y las diferencias empeoraron cuando respecto del tema Malvinas le dijo al diario Daily Telegraph que «los derechos de los isleños serán respetados». Mondino aseguró que fue malinterpretada en sus declaraciones, pero su futuro al lado de Milei es cada vez más vidrioso. No sólo por Malvinas sino por sumarse al coro que habló sobre la dolarización sin autorización de su jefe político.
Ante las consultas de Tiempo, en LLA desestimaron los rumores. «No hay ningún problema con Diana», contestaron y sólo celebraron el efecto masivo de la entrevista con Carlson. «Lo puso por encima del resto de los competidores», resaltaron.
El economista y candidato, que fue ejecutivo de Aeropuertos Argentina 2000, consideró al aborto como un «asesinato agravado por el vínculo y por el diferencial de fuerzas». Fue otro guiño al antiabortismo de las iglesias evangélicas y de la católica, pero lo volvió a sacudir a Bergoglio con fuerza. «El Papa juega políticamente. Es un Papa que tiene fuerte injerencia política y ha mostrado además una gran afinidad por dictadores como Castro o Maduro. Está del lado de dictaduras sangrientas», le dijo al entrevistador. Durante los 30 minutos de la charla, Carlson casi no repreguntó y reprodujo el estilo que lo hizo famoso cuando protagonizó el prime time de Fox, la poderosa cadena estadounidense que hizo campaña por Trump y posee una fuerte presencia en Argentina, especialmente en el negocio del fútbol.
¿Qué lo llevó a Milei a redoblar su virulencia con Bergoglio? «No hay una estrategia deliberada respecto a la Iglesia. Javier no la critica como institución sino que cuestiona al Papa», contestaron en LLA.
En la mesa chica que rodea al dirigente de ultraderecha buscaron justificarlo. «A su manera, Bergoglio le dijo nazi», recordó un dirigente que lamenta el incremento de la tensión con el Vaticano. En LLA aseguran que hasta ahora Milei no tiene un interlocutor con los credos. Desde que le pega a Bergoglio ha comenzado a recibir adhesiones de los sectores más conservadores del clero argentino y la escena con Carlson posiblemente le rinda dividendos en otras diócesis sin impacto electoral, como en Estados Unidos, donde hay una larga lista de obispos críticos de Bergoglio. No aportarán votos, pero podrían enviar dólares. La atracción no pasa solamente por la crítica por derecha a Francisco sino por el ferviente antiabortismo que vende Milei, con un discurso que también moviliza a un amplio sector de las iglesias evangélicas. Los dardos discursivos contra Francisco no dejan de mover el avispero local. Hace dos semanas los curas villeros armaron una inusual misa para desagraviar a Francisco y apuntar a Milei. Este viernes el magnate Eduardo Eurnekián, dueño de AA2000, le dijo al canal E que «Milei no está a la altura para juzgar ni para opinar sobre el Papa». Con esas palabras el empresario armenio le bajó el precio a su antiguo empleado, aunque también buscó preservarse de las sospechas contra ejecutivos de la Corporación América que estarían recaudando fondos para el líder de LLA sin abandonar sus posiciones corporativas.
Milei estuvo este sábado en San Luis. Esta semana viajará a Corrientes y Salta. Tiene por delante la misión de visitar las 11 provincias que no recorrió y donde obtuvo el primer y segundo lugar el 13 de agosto. La cuenta regresiva es muy corta hasta el 22 de octubre y el candidato asume que no volverá a recorrer cada provincia o localidad que visite en las próximas semanas. El tiempo no le alcanza para volver a pasar por cada lugar que transite. Con esa premisa combinará las visitas a distintas provincias, en algunos casos arriba de un Motor Home, con recorridas por la Provincia de Buenos Aires junto a la diputada y candidata a gobernadora Carolina Píparo.
El martes no harán campaña en la calle porque estarán en la Cámara de Diputados para participar de la próxima sesión. Milei y Píparó se sentarán en sus bancas junto a la candidata a vice Victoria Villarruel. Llegarán de otro modo al recinto porque la semana pasada el mismo equipo económico (que cruje por la dolarización) se anotó un poroto. Ese cúmulo de asesores en las sombras impulsó la propuesta de pedirle al Gobierno que no presente el Presupuesto 2024 hasta después de las elecciones del 22 de octubre. El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, le hizo un nuevo guiño a Milei. Volvió a alimentar la danza de enemigos preferidos y opinó que no era descabellada la iniciativa. Le concedió el 50% de la propuesta: el plan de cuentas nacionales entró el viernes pasado, pero será tratado después de las presidenciales. Con esa validación que le ofrendó el oficialismo, los diputados de ultraderecha se sentarán con otra iniciativa en sus bancas. «Somos pocos en el recinto, pero el resultado de las primarias exige una respuesta acorde y la obtuvimos», celebraron en la bancada que lidera Milei.
En ese interbloque hay una ferviente católica que podría administrar el vínculo con las confesiones religiosas. Píparo tiene una buena relación con uno de los colaboradores más cercanos de Bergoglio. La tejió en 2021, poco antes de romper con Juntos por el Cambio y pasarse a Avanza Libertad, la fuerza que armó José Luis Espert después de pelearse con Milei. Por esos días, cuando todavía era funcionaria de La Plata, Píparo se reunió con el entonces arzobispo de la ciudad Víctor Manuel «Tucho» Fernández, reconocido como uno de los teólogos más respetados y leídos por Bergoglio. Este año lo nombró en Roma como Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, es decir, jefe del antiguo y temido Santo Oficio. Con ese cargo «Tucho» reporta diariamente a Francisco. Ya no está en La Plata pero nunca perdió el lazo con Píparo, que pasa sus días organizando la fiscalización en territorio bonaerense y la ruta provincial del candidato presidencial. Dicen que no pierde la esperanza de acercar posiciones entre Bergoglio y Milei, aunque sabe que el nivel de agresión del candidato contra el Papa argentino se ha transformado en un camino sin retorno, especialmente después de la entrevista con Carlson.
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