Polirrubro y dueño del grupo Dinosaurio, fue cercano a Menem y Kirchner. También hizo migas con radicales. Cuna humilde, causas en la Justicia y negocios 24/7.
Por Luis Zegarra
La dolarización endógena que disparó la cadena de supermercados Diarco al informar que aceptará dólares cara chica para el pago de las mercaderías tuvo réplicas en distintas partes del país. La más relevante es la del grupo cordobés Dinosaurio, propiedad de Euclides Bugliotti, megaempresario mediterráneo que ha pisado el barro de la política en su larga trayectoria.
“Dicen que soy kirchnerista. Yo primero soy, he sido, de Perón. Perón, Perón, Perón. Después, me conoció Evita cuando era chico. Después, conocí a Menem; lo acompañé en su campaña. Después, acompañé a Kirchner; todas las noches me llamaba. Ahora estoy cerca de Larreta. ¿Qué quiere que haga? ¿A quién quiere que vote? ¿Al que me cierra el Orfeo? ¿Al que me pone un impuesto a los pases indebidamente? ¿A los que se pasan por donde quieren el Estado de Derecho?”, repasaba Bugliotti con su voz áspera las simpatías políticas a lo largo de su vida en FM Sol de Río Tercero en abril de 2023, tras mostrarse con el entonces precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta.
Aquel comentario operaba casi como justificación, tras haber ratificado su enojo con el todavía intendente capitalino Martín Llaryora, a quien responsabilizaba por frustrar sus intentos por reconvertir al estadio Orfeo, una de las unidades de negocio de Buglioti, cerrado para espectáculos desde los albores de la pandemia y fuente de grandes pérdidas económicas.
En aquel lejano 2023, el empresario había llegado a Río Tercero para avanzar con un proyecto de construcción de residencias para estudiantes de la futura universidad. Larreta, en el marco de una gira en la que buscaba consolidar su armado provincial. Con el intendente Marcos Ferrer como mediador, intercambiaron miradas sobre la situación del país.
Los registros de rigor no tardaron en reenviarse, acompañados por emojis de sorpresa. Nadie esperaba ver a Bugliotti junto a un dirigente PRO. Aún distanciado de los líderes cordobesistas y cercano a referentes del peronismo, no había rondado el espacio cambiemista.
Una sorpresa que tampoco genera asombro. Sus inclinaciones políticas, aún con trayecto sinuoso, lo distinguen de los conspicuos integrantes del Círculo Rojo. Siendo uno de los empresarios más importantes de la provincia nunca se plegó a los movimientos acompasados de los sectores de poder. Antes bien se guió por conveniencias propias.
El dinosaurio de la dolarización
Resulta difícil, acaso impreciso, aplicar categorías taxativas a las actividades de "Tati", apodo moldeado entre su Rosario natal y Jesús María, donde vive desde su infancia.
A la calle por trabajo desde adolescente, no pudo completar el colegio secundario. Camionero a temprana edad, muchos mitos acompañan una trayectoria de impresionante crecimiento. A los 83 años puede recapitular experiencia en el rubro supermercadista, con las firmas Libertad (luego vendida) y Mami, hipermercados y mayoristas, con presencia en varias ciudades. También en centros comerciales, torres de departamentos, hoteles, una radio, parques industriales y financieras. Todo con el multifacético Grupo Dinosaurio.
Muchos lo veían fuera del mapa. Sólo trascendían contactos políticos con referentes habituales, algunos del peronismo, otros radicales de vieja estirpe. Su imputación por el caso de la financiera ilegal CBI Cordubensis en 2015, también obraba como filtro. Independientemente de que pocos se hayan santiguado ante lo que se definía como una "mesa de dinero", en la investigación apareció dinero vinculado a funcionarios. Entre ellos, Eduardo Accastello, hoy intendente de Villa María; Fernando Boldú, exintendente de Laguna Larga y luego procesado por lavado. También fueron investigadas conexiones con las gestiones de los exintendentes Daniel Giacomino y Ramón Mestre (h), a través de Red Bus, empresa de Siemens que tenía la concesión para la recaudación del boleto urbano.
Sus vínculos exceden lo político partidario. Imputado por los delitos de asociación ilícita, lavado de activos e intermediación financiera agravada en aquella causa, fue absuelto definitivamente siete años después. Previamente, había sido apartado de la investigación por el controvertido juez federal Ricardo Bustos Fierro, decisión revertida por la Cámara Federal de Apelaciones. Para la anécdota quedaron los registros fotográficos que mostraban a ambos, magistrado y empresario, celebrando juntos en una fiesta.
"Te diría que su preocupación es económica. Está grande y tiene que dejar ordenado para sus hijos. Son muchas cosas a seguir y el parate del Orfeo le ocasionó grandes pérdidas. Era lógico que quisiera hacer otra cosa en el terreno, pero Llaryora no quería pagar el costo político de cerrar el mejor estadio cubierto. El tema es que sigue siendo un elefante blanco", le decía a este medio el año pasado un viejo conocedor del terreno político.
“No le busquen ideología. Le interesan los negocios. Eso lo hace acercarse al poder, cualquiera sea quien esté”, afirmaba una fuente de uno de los partidos integrantes de Juntos por el Cambio, que desmentía terminantemente cualquier proximidad con esta alianza en tierras cordobesas.
Curiosamente, en 2011 el hoy senador Luis Juez le había ofrecido postularse a la intendencia por su partido, el Frente Cívico. Aduciendo otras prioridades, por entonces dedicado de lleno al rubro inmobiliario, Bugliotti declinó la invitación. Aún abrevaba en ámbitos kirchneristas, sin perder expectativa en los bonos del Tesoro que había adquirido.
El rebelde del Círculo Rojo
Independientemente de la afinidad por peronistas, Tati Bugliotti también cosechó frutos con administraciones radicales. Particularmente durante la gobernación de Ramón Mestre padre, cuando sus supermercados fueron los primeros en aceptar los bonos Cecor emitidos por el tesoro provincial para afrontar la crisis financiera heredada de la gestión de Eduardo Angeloz.
Más conflictiva ha sido la relación con Mestre hijo, a quien embistió con declaraciones en distintos momentos de la carrera del exintendente. En particular a inicios de la década pasada, cuando el empresario lo criticó en plena campaña para la intendencia. Por entonces, Bugliotti apoyaba a Olga Riutort, exintegrante del gobierno de José Manuel De la Sota.
Tampoco son desconocidos sus conflictos con el municipio capitalino. Ya en 2004 también había tenido una resolución favorable del Tribunal Superior de Justicia, que falló a su favor en una contienda iniciada en 2002, durante la administración del ucedeísta Germán Kammerath, cuando una ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante le intentó impedir la construcción de un hipermercado en la zona oeste de la ciudad.
El rebelde del Círculo Rojo cordobés tiene historia en el mundo empresarial y político provincial. Es buscado y temido por la política. Mirando a sus pares, les enrrostra el clasismo típico. "No me perdonan que me haya iniciado como camionero", suele responder en las entrevistas, casi todas ellas vinculadas a un nuevo emprendimiento.
Desde siempre, Bugliotti se ha defendido de las críticas señalando sus cuantiosas inversiones. Lleva años pidiendo a los sucesivos gobiernos que "liberen" la circulación del dólar, que promuevan créditos blandos y faciliten blanqueos de capitales. Entiende que todo dinero guardado debe salir a circulación, también para cortar con los ciclos de endeudamiento. La dolarización silvestre que alienta la Casa Rosada y disparó el dólar Diarco parecen calzar perfecto con esa prédica.
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