El presidente Alberto Fernández señaló que la pandemia "nos obliga a revisar cómo es el mundo que hicimos, y cómo es el mundo que queremos". El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, definió la conformación de cinco gabinetes temáticos e interministeriales
“En la peste la gente muere, pero en la peste también quedan al descubierto las miserias de las almas”. La frase es de Albert Camus, pero el fin de semana fue mencionada por el presidente Alberto Fernández, conocido lector del argelino, y quizás pueda ser el hilván que recorre gran parte de la agenda. El contexto de esa mención fue la Feria del Libro Digital del Chaco, en la cual el gobernador Jorge Capitanich, en diálogo virtual con el primer mandatario, también echó mano del autor uruguayo Horacio Quiroga. Fernández, señaló entonces que la pandemia “nos obliga a revisar cómo es el mundo que hicimos, y cómo es el mundo que queremos”. E insistió: en el mundo actual “algunos nos preocupamos por cuidar la salud de los nuestros y otros por no perder rentabilidad en sus empresas”.
El que parece haber elaborado una hipótesis en torno a la rentabilidad de algunos negocios en el sector eléctrico es el presidente de Integración Energética S.A. (IEASA), Andrés Cirnigliaro, quien se presentó como querellante en la causa que impulsaron diputados del Frente de Todos por administración fraudulenta (imputado el ex presidente Macri y otros funcionarios), en relación a la polémica venta “a precio vil” de las centrales eléctricas Ensenada de Barragán y Brigadier López a dos empresas, una de Marcelo Mindlin y otra de Nicolás Caputo. La causa, que recayó en el tribunal que el juez Sebastián Casanello preside en Comodoro Py, tiene numerosos imputados. Se estima que el Estado Argentino perdió u$s118 millones de recaudar, que se desprende de la diferencia entre la tasación establecida por el Tribunal de Tasaciones de la Nación, que fue eliminada, y los que finalmente fueron los valores de venta a los grupos energéticos YPF-Pampa y Central Puerto.
Mientras tanto, el inefable (e impúdico) francotirador de críticas que es Domingo Cavallo volvió a la carga. Advirtió en las últimas horas por una eventual devaluación antes de la elección 2021. Cavallo abona dos argumentos plausibles: uno, (el suyo), que señala que “si el gobierno se decidiera a encarar una buena reorganización de la economía y fuera capaz de formular un plan integral de estabilización y crecimiento que inspire confianza, debería comenzar con un sinceramiento de la estructura de precios relativos, la que, sin duda, debería incluir un salto cambiario inicial”. Pero acto seguido le baja el pulgar: ese argumento “sería relevante sólo si el presidente Alberto Fernández cambiara radicalmente su discurso y su forma de gobernar, desprendiéndose de la ideología estatista, intervencionista y aislacionista que caracteriza al Kirchnerismo (sic) de Cristina”. La segunda hipótesis para el salto devaluatorio (que el economista admite de autoría del establishment) dice que “convendría reproducir los superávits gemelos que generaron las decisiones de Duhalde a principios de 2002, para conseguir resultados de desinflación y reactivación como los que se lograron a partir de 2003”. A esto Cavallo la llama a la “experiencia Duhalde-Lavagna” (y los dos primeros años de Kirchner), es “deseable y reproducible”. De todas formas predice que tampoco podrá darse este segundo escenario y augura entonces que el manejo de la economía, hasta las próximas elecciones, se basará en controles de todo tipo, “que procurarán reprimir la inflación y redistribuir ingresos, aún a costa de acumular una situación insostenible para después de las elecciones. Una suerte de Plan Gelbard en versión Kicillof-Moreno”.
Sorprende, pero no tanto. Un documento del FMI publicado en la última semana pone el foco en los principales problemas de la Argentina. Y, como es de esperar, consigna en primer lugar el déficit, para continuar recomendando un aumento de las reservas del BCRA. Tal como anticipó Ámbito, en el reciente “External Sector Report: Global imbalances and the covid-19 crisis” aparece la receta del FMI para la Argentina pospandemia y sus desequilibrios: “con el tiempo, una consolidación fiscal gradual y favorable al crecimiento, combinada con políticas monetarias prudentes, es esencial para mantener un superávit comercial, reconstruir las reservas internacionales y garantizar la sostenibilidad de la deuda”. Hablando de dolarizaciones y devaluaciones, el titular de Techint, Paolo Rocca, dolarizó la evaluación de sus resultados. En el balance de Ternium presentado en bolsa (cuyo resultado – perdió $641 millones versus ganancia de $5612 millones al año pasado- fue publicado la última semana por Ámbito) se señala que “a partir del 1 de enero del 2020 Ternium Argentina ha cambiado su moneda funcional de peso a dólar. En consecuencia, la información incluida en sus estados financieros se registra en dólares y se presenta en pesos conforme a los requerimientos de la CNV”, dice. Al referirse a las bases de presentación, señala que “Argentina continúa con elevados niveles de inflación, y en los últimos dos años el peso argentino se ha visto fuertemente afectado por la devaluación frente al dólar estadounidense”. También consigna que “estos eventos han tenido un impacto limitado en los precios de venta en dólares de Ternium Argentina” y que “hay una mayor proporción de los costos en dólares en los costos totales de producción”.
Para lo último, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, definió la conformación de cinco gabinetes temáticos e interministeriales, con el objetivo de priorizar la ejecución de las políticas públicas. Se reunirán todos los días a las 10 am, y habrá uno dedicado al Comercio Exterior, a la Promoción Federal, Ciudadanía, Económico y Planificación Urbana y Hábitat. A Santiago Cafiero y Cecilia Todesca Bocco, se sumarán el ministro Felipe Solá; de Agricultura, Luis Basterra; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; Juan Cabandié y del BCRA Miguel Pesce, quienes serán parte del de Comercio Exterior. En Economía, a Cafiero y Todesca, se sumarán los ministros Martín Guzmán, Claudio Moroni; Mercedes Marcó del Pont; Miguel Pesce y Fernanda Raverta (Anses).
Comentá la nota