La dinámica se dio vuelta: en los últimos nueve días hábiles, el Central vendió u$s650 millones y perdió lo acumulado en los 32 días hábiles previos.
"La soja es peronista pero la energía, no". Con un chascarrillo, el funcionario del equipo económico le quita dramatismo a la actual dinámica cambiaria. "Pasó lo que esperábamos: septiembre es -estacionalmente- vendedor de dólares. Se terminó la época de oro de las liquidaciones por parte de los chacareros y ahora viene la parte de la historia que, aunque esperada, no le quita temor: hay que pagar la cuenta de la energía que se compra en el exterior y afrontar la fuerte demanda de divisas por parte de los importadores.
Lo concreto es que en cinco días hábiles del mes, el Banco Central tuvo que intervenir con ventas por u$s320 millones en el mercado "oficial". A los que deben añadirse otros u$s70 millones que la mesa de operaciones del BCRA vendió para mantener a raya el precio del "contado con liqui" (ayer martes cerró en $171,34 luego de haber picado a $174 después del mediodía).
Desde el Central tranquilizan: "No hay ninguna preocupación por el ritmo de ventas: a esta altura de septiembre del año pasado ya habíamos vendido u$s500 millones".
La fuente oficial agrega información que da contexto a lo que está sucediendo en el mercado cambiario: "Esto no tiene nada que ver con la situación de septiembre del año pasado. No es comparable. En 2020 teníamos muchos pagos anticipados de importaciones y de deuda. No había ninguna norma para ordenar los pagos de las empresas. Todo eso se reguló. Ahora son todos pagos de importaciones: básicamente insumos y energía y vacunas".
Con la mira en las reservas
El escenario de las últimas jornadas era esperable. Lo llamativo era lo que sucedió hasta bien entrado el mes de agosto, con las cerealeras manteniendo un buen ritmo de liquidaciones, algo que fue aprovechado por el BCRA para engrosar las reservas.
Ahora la dinámica se dio vuelta. En los últimos nueve días hábiles, el Central vendió u$s650 millones. "Perdió lo acumulado en los 32 días hábiles previos, entre el 12 de julio y el 25 de agosto", destacó un informe de la consultora del economista Gabriel Rubinstein.
Justamente, lo que llama la atención es el vértigo de las últimas jornadas. Por eso, desde Reconquista 266 se apresuran en aclarar que no hay una especial preocupación por el ritmo de las intervenciones.
También se pone de relieve la cantidad de medidas que se pusieron en marcha hace un año para evitar una disrupción del mercado. Junto con las regulaciones para las empresas y los importadores, en aquel momento también se ajustó la demanda del "dólar ahorro", que por entonces había llegado a u$s800 millones mensuales y ahora bajó a u$s125 millones.
"Acumulamos las reservas necesarias para estos meses. Sabemos que septiembre, octubre y noviembre son de ventas y así se asume", remató el funcionario del Central, en diálogo con iProfesional.
De aquí en más, desde la City van a monitorear de cerca la evolución de las reservas netas.
Cálculos de distintas consultoras dan cuenta que las reservas netas se ubican en torno a los u$s9.500 millones. La mayor parte ya tiene destino asegurado para antes de fin de año: habrá que pagar vencimientos de deuda con organismos, básicamente el FMI. Esos pagos rondarán los u$s5.000 millones.
El primer giro se concretará poco después de las PASO. El miércoles 22 saldrán u$s1.880 millones hacia el FMI.
La lupa de los financistas estará puesta sobre los u$s4.500 millones de reservas que no se usarán para los compromisos de la deuda y son de libre disponibilidad.
Si ese monto disminuye rápido por las intervenciones diarias del BCRA, entonces habrá alarma.
Importaciones, ¿variable de ajuste?
Los empresarios también estarán atentos. Por ahora, las cámaras industriales fueron elogiosas del Gobierno porque no había trabas a los insumos para la producción.
Con la excepción del sector automotor, que ya alertó que en agosto se frenaron las ventas de 0 kilómetro por la falta de dólares para traer vehículos importados.
De todas formas, habrá que ver si en el actual contexto de tensión cambiaria y menor oferta de divisas, el nivel de importaciones de los últimos meses podrá mantenerse. Las compras en el exterior estuvieron en el orden de los u$s 5.700 millones mensuales, un monto difícil de sostener en el nuevo contexto.
¿Volverán a pisar las importaciones? Por ahora, el Gobierno rechazó esa posibilidad para darle oxígeno a la recuperación de la actividad económica.
Más allá de que en la coyuntura el Gobierno extreme las precauciones, está más que claro que el escenario de fondo es desafiante para las autoridades.
Básicamente porque se presume que las liquidaciones de las cerealeras -hasta ahora en niveles récord- van a contraerse en las próximas semanas, al menos hasta fin de año.
Hay varias estimaciones al respecto. Una última de la Fundación Mediterránea prevé que todavía queda el 20% de las exportaciones de soja sin liquidar. Un total de unos u$s2.500 millones mensuales hasta diciembre.
Implicaría un recorte de u$s1.300 millones mensuales respecto del segundo y tercer cuatrimestre, afirma la Mediterránea.
El superávit comercial viene dando números holgados, que llevaban algo de paz al tensionado mercado cambiario. Ese superávit fue de unos u$s1.500 millones mensuales.
Sin embargo, ese saldo podría caer en las próximas semanas: por un lado debido a la estacionalidad (que seca la oferta de los exportadores por el fin de la cosecha) y, por el otro, por la mayor demanda de los importadores.
Estimaciones de distintas consultoras dan cuenta de que ese superávit podría caer a no más de u$s1.000 millones mensuales a partir de septiembre. Lo que dejaría la cuenta del balance cambiario muy justita.
¿Qué decisión tomará el Gobierno? ¿Negará las divisas a las empresas, que necesitan de insumos y productos para atender la mayor demanda, ante el repunte de la actividad económica? En una palabra: ¿Qué preferirá la Casa Rosada? ¿Correr el riesgo de taponar la tan ansiada recuperación de la actividad económica? ¿O correr el riesgo de una presión sobre la brecha? O sea, ¿una corriente alcista del "contado con liqui" o del "blue"?
Desde los despachos oficiales, los principales funcionarios del equipo económico intentan llevar tranquilidad. Sostienen que el escenario es "perfectamente manejable".
Habrá que esperar que transcurran las próximas semanas para observar la profundidad de esta nueva dinámica en el mercado cambiario, siempre complicada en la previa a las elecciones.
Por Claudio Zlotnik
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