La puja entre sectores internos del Pro hace que se demoren los acuerdos por las autoridades de Cámara que le corresponden al espacio y la jefatura de los bloques. Los socios políticos de los amarillos dicen que “así será muy difícil conducir” las bancadas. La rosca sigue a full.
Siempre a 48 horas de la asunción de los legisladores hay tires y aflojes entre oficialismo y oposición y en la interna de cada uno de los espacios políticos. Más aún, en los dos días previos a la jura y la definición de las autoridades de Cámara y de las bancadas siempre está la amenaza latente de que todo implosionará. Finalmente, pocas veces sucede, y sobre la línea final se llega a los acuerdos que dejan a algunos contentos y a otros caracúlicos, pero a todos contenidos. Sin embargo, en esta ocasión hay en la oposición algunos elementos que hacen dudar de ese desenlace mientras se hacen esfuerzos por cerrar.
Como se sabe, en el Pro hay una encarnizada lucha por ganar espacios de poder entre distintos sectores internos, y eso conlleva a un estado de nerviosismo a toda la coalición. Los socios de los amarillos ya se muestran molestos por la indefinición y comienzan a alentar la posibilidad de recurrir a un cambio de reglamento interno en las dos Cámaras que permita la figura del interbloque, para replicar en la Provincia lo que sucede en el Congreso de la Nación.
La pelea, fundamentalmente por la presidencia del bloque de senadores y la vicepresidencia de la Cámara de Diputados, involucra a varios sectores (en algunos casos hasta individuales) dentro del rompecabezas del Pro. Son más los grupos con intereses que los caramelos en el paquete, por lo tanto no logran llegar a la síntesis necesaria para cerrar luego con los socios el combo completo. Y eso empieza a mellar la relación con el radicalismo y en el peronismo que contiene la alianza.
Puntualmente, la queja de los otros sectores es que los amarillos se quedaron sin un ordenador político, un cacique que alineé a todas las tribus. El rol que cumplió María Eugenia Vidal mientras estuvo en la Provincia, pero que ahora no tiene espejo y sí tribus sueltas con primus interpares. Hay quienes esperan que el ordenador sea Rodríguez Larreta, pero sectores bonaerenses se oponen a demasiada intervención desde el gobierno porteño. Los intendentes tampoco aparecen como un grupo amalgamado, porque sus intereses chocan. Y Jorge Macri sostiene su cuota de poder, pero no como para tener ascendencia sobre todos los demás.
En ese contexto, los socios políticos del Pro en Juntos empiezan a impacientarse e indagan sobre la posibilidad de comenzar de movida con un interbloque, figura que no está en la Legislatura pero que el oficialismo permitiría con tal de ver la estructura de Juntos dividida en pequeñas parcelas. Sin dudas, si los 23 senadores y los 42 diputados de Juntos no aparecen bajo una misma estructura el Frente de Todos habrá logrado un triunfo político de cara al futuro manejo de las Cámaras.
También es cierto que en el desorden actual que tiene el Pro de la Provincia de Buenos Aires (paradójicamente el radicalismo aparece mucho más alineado y sin los problemas que afrontó en el Congreso, donde se dividió) plantea interrogantes para el corto y mediano plazo. “¿Si no se pueden poner de acuerdo ahora, cómo van a conducir los bloques después?”, se preguntó un radical en diálogo con este medio. Esa pregunta opera tanto para el Senado, donde está la principal batalla como para diputados, donde la conducción quedaría para el radical Maximiliano Abad, pero es quien deberá consensuar después las posturas de la bancada con todos los sectores internos.
“Si cada espacio no tiene un ordenador o no hay una figura fuerte como presidente de bloque (que es lo que faltaría en la Cámara alta) es imposible sostener la unidad”, graficó un senador entrante a la espera de una resolución. “Es probable que ahora aparezcamos todos juntos en un solo bloque, pero si esto no se ordena en tres meses va a ser insostenible”, agregó.
Estará en la responsabilidad política de quienes armaron la alianza opositora evitar que la sangre llegue al río y que la convivencia se sostenga. En ese sentido, varias voces destacaron la labor realizada por Roberto Costa en el Senado, que pese a haber atravesado tormentas supo sostener la unidad de Juntos por el Cambio tanto cuando el espacio era gobierno como cuando pasó a ser oposición en estos dos últimos años. Y lo mismo cabe para Abad en diputados.
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